Salud

Cuando mi batería está en menos de un 20% sale mi peor versión

Cuando mi batería está en menos de un 20% sale mi peor versión
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  • Publishedenero 10, 2025

Llegas a casa, después de pasarte todo el día apagando incendios en el trabajo, solucionando cada problema que surge, y cuando cruzas la puerta, ahí estás: tu pareja, tu hijo, tu compañero de piso, tu padre, tu hermana o cualquiera. otra persona con quien compartes tu vida. Y lo que ven no es exactamente tu mejor versión.. Estás agotado, no te queda paciencia y lo único que quieres es descansar.

Marian Rojas Estapé describe con abrumadora claridad lo que nos está pasando en esta situación. Según el famoso psiquiatra, cuando nuestra batería está por debajo del 20% sale nuestra peor versión. “Abro el frigorífico y ya no quiero brócoli”, explica el famoso psiquiatra, “allí ya quiero este carbohidrato poco saludable con sal y azúcar. O pedir comida a domicilio. También nos hace “más impacientes, más sensibles, con menos capacidad de hablar”.. Y, en definitiva, condenamos a nuestro pueblo a vivir con “nuestra peor versión”. Porque sí, este agotamiento no sólo te concierne a ti. También afecta a quienes te rodean.

Nuestra peor versión

No hay duda de que cuando estamos agotados manejamos peor las cosas (la vida misma). La pregunta es: ¿por qué sucede esto? La verdad es que cuando estamos agotados, La capacidad de nuestro lóbulo prefrontal, responsable de funciones como el autocontrol, la planificación y la toma consciente de decisiones, disminuye significativamente. Esto nos lleva a optar por soluciones fáciles y rápidas, como comer alimentos poco saludables o no controlar nuestras reacciones impulsivas. O que toleramos menos la frustración y somos más irritables, lo que dificulta la gestión de conflictos o tensiones.

A esto hay que añadir que el agotamiento aumenta la actividad de la amígdala, esa parte del cerebro que regula las reacciones emocionales. Debido a esta amígdala hiperactiva, reaccionamos exageradamente ante cualquier pequeño conflicto, pareciendo impacientes, enojados y tristes sin razón aparente.. En definitiva, estamos lanzando nuestra peor versión. Y por supuesto afecta a nuestra familia.

Cuando llegamos al límite de nuestra energía, toda esta irritabilidad, falta de paciencia y cansancio afecta a quienes comparten nuestra vida diaria. Y sobre todo, afecta a nuestros hijos. Son ellos los que esperan impacientes nuestra llegada a casa, para contarnos cómo les ha ido.. O nuestros compañeros de vida, que buscan apoyo, una buena conversación, un gesto de cariño. Y son estas personas, que constituyen nuestra familia y deben ser nuestra prioridad, las que reciben el reflejo constante de nuestro cansancio.



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