de la incompatibilidad de Mbappé y Vinicius a la falta de timonel

Ni épica ni resistencia. El triunfo del Real Madrid ante el Atlético en los octavos de la Champions dejó como mayor gratificación una clasificación para cuartos. Sin embargo, son pocas las lecciones positivas en cuanto al juego que pueden sacarse en clave blanca de esta eliminatoria. La conjunción de estrellas llamada a arrasar en Europa, de la que forman parte los campeones de la temporada pasada junto a Mbappé, fue inferior en el conjunto del cruce a los de Simeone. Pero a diferencia de episodios como la remontada en el Etihad de hace un año o la Decimocuarta, el título de las remontadas, el actual equipo blanco no actúa como tal. La sensación que reina en el Metropolitano es que los de Ancelotti han salido vivos después de una imagen con margen de mejora.
Las victorias son las que tradicionalmente han construido las dinámicas del Real Madrid. Algo que sucede en todos los clubes, pero que se extrema en este caso y, sobre todo, en la Champions. Por eso, se entendió la eliminatoria frente al Manchester City como un punto de inflexión. Es cierto que los de Guardiola atravesaban el peor momento de su temporada más nefasta, pero el vigente campeón del torneo fue superior en el global del enfrentamiento. Sin embargo, los octavos solo han supuesto lo mismo que la repesca en términos de resultado, que es suficiente para avanzar, aunque no para crecer.
Un gol a los 28 segundos que destapa la desconcentración
La defensa del Real Madrid fue objeto de debate en pretemporada. La salida de Nacho y la lesión de larga duración de Alaba obligaban a repensar un plan que ha pasado por seguir adelante con lo puesto. O lo que es lo mismo, una existencia marcada por los cruzados de Militao y Carvajal. A la frustrada incorporación de Leny Yoro, quien puso rumbo al Manchester United, se suma la incomparecencia de Jesús Vallejo, quien cubre una ficha sin ninguna utilidad. La necesidad ha descubierto una pepita de oro llamada Raúl Asencio, cuya adaptación es total, como demuestra su posible convocatoria por Luis de la Fuente para la selección española.
Antonio Rüdiger, jugador del Real Madrid, durante el partido de la Liga de Campeones contra el Atlético. / EP
Frente al Atlético, un error de concentración en la salida del partido obligó al Real Madrid a ir a remolque. Una sucesión de catastróficas desdichas que dejó en la foto del tanto, anotado por Gallagher antes del minuto de juego (28 segundos), a diferentes protagonistas. Rüdiger, a pesar de coronarse como el héroe temporal por anotar el penalti decisivo -que Oblak pudo pararle- tiene la jerarquía para ser capitán general. Sin embargo, necesita orden como acompañamiento para rendir al máximo, algo que le ha concedido Asencio, aunque no le corresponda este rol.
El mejor lateral del Real Madrid esta temporada es Valverde. El éxito blanco depende del uruguayo, quien sin cuajar su mejor arranque ante el Atlético sostuvo a sus compañeros hasta la prórroga. Fue por el otro flanco, el de Mendy (lesionado entre tres y cuatro semanas en el bíceps femoral), por donde más sufrió el equipo que en cuartos se medirá al Arsenal, el conjunto que más destaca a balón parado de Europa. A pesar de los 10 saques de esquina de los que dispuso, fue incapaz de sacar provecho. Los de Simeone lograron 17 remates a puerta que sacaron la mejor versión de Courtois, con siete paradas antes de la polémica y exitosa tanda para sus intereses. En la muerte súbita, y en la segunda parte de la prórroga, donde el fútbol deja de tener sentido, fue cuando más se lo creyó el Real Madrid.
Modric ejerce de nexo en la constante viudez por Kroos
La temporada del Real Madrid empezó con una gran duda: ¿quién conduciría el juego blanco tras la sorpresiva retirada de Kroos? La respuesta es: nadie. Por lo menos, nadie con los recursos que demostraba el alemán, capaz de expresar el estado de ánimo del equipo a través de su juego. La rotación en la base de la jugada ha sido alta, con cotizaciones a la baja en la mayor de los casos. El único que se ha acostumbrado a lo que demanda la posición es Ceballos, cuya progresión se cortó en su mejor momento, a finales de octubre. A sus 39 años, Modric fue el único que fijó puentes entre una retaguardia que se resigna a resistir para que los de arriba puedan desplegarse.
El sustituto del croata, Camavinga, fue el jugador que hizo un partido más redondo cuando estuvo en el campo. Por su perfil y características, la acumulación de recuperaciones del francés demuestra la más absoluta falta de control que tuvo el Real Madrid. Su mejor argumento es la falta de miedo, aun en situaciones de inferioridad. Bellingham ha perdido el carácter ‘box-to-box’ que le hizo un eficaz ladrón de balones rivales y un mejor finalizador. En una continua guerra de siglas, entre la ‘BMV’ o su versión mejorada con la ‘R’ de Rodrygo, los de Ancelotti han perdido el espíritu solidario que les hizo merecedores de una nueva Champions la temporada pasada.
La mejor noticia, a falta de creatividad, es la revitalización de Tchouaméni, el mediocampista más comprometido que ahora tiene el Real Madrid. Quizás por el regreso tras su exilio como central, cuando fue pitado en varios escenarios, pero el francés se ha redimido como escudo de núcleo tendiente a perder la tensión en determinadas fases del encuentro. Liberado de su etiqueta de chivo expiatorio, Ancelotti no podrá contar con él para la ida de los cuartos frente al Arsenal en Londres, por acumulación de amonestaciones.
Brahim, Modric y Vinicius celebran la clasificación del Real Madrid para las salas de la Liga de Campeones. / EP
Mbappé y Vinicius, el penalti de una sociedad frustrada
En un mundo ideal del Real Madrid, Mbappé y Vinicius estarían desarrollando una efervescencia goleadora que les haría olvidar cualquier preocupación. De cara al relato público, el francés y el brasileño se buscan en las celebraciones, pero no se encuentran en el campo tanto como quisieran. Vinicius lleva 19 tantos y 10 asistencias, mientras que Mbappé acumula 29 tantos y cinco pases de gol en lo que va de temporada. Con todo, sus caminos no se cruzan. Mientras que el ex del PSG busca ofrecerse, como sucedió en la jugada que originó el penalti que falló Vinicius, este sigue empeñado en hacer la guerra por su cuenta.
El disparo desde los once metros del ‘7’ fue horrible. Un reflejo de su partido, que terminó con un enfrentamiento contra la grada del Metropolitano. La celebración del Real Madrid fue problemática, con varios jugadores encarándose con la afición local, incluido Rüdiger, a la par que Courtois criticaba el «victimismo» de Simeone. Después, un paquete de tuits para hurgar en la herida rojiblanca, cubierta parcialmente por el debate del penalti de Julián Álvarez, sobre el que el argentino no hizo ningún comentario, quien se quedó con el apoyo del público. Los dos contendientes del ‘euroderbi’ llevaron a cabo una estrategia de autoprotección. Más allá del relato de vencedores y vencidos, los octavos de final no son la propia final, aunque se haya vivido de este modo.
El mejor diagnóstico del actual Real Madrid lo hizo su mejor hombre, Valverde. «Hicimos un partido regular de local. Aquí, en el Metropolitano, siempre nos pasa lo mismo, porque siempre salimos como si tuviéramos el partido ganado, cuando ni mucho menos estaba. Le dimos al Atlético un poder que no debimos dejarles. Estábamos muy cansados y gracias a Dios pudimos ganar«, diagnosticó el uruguayo, consciente de que la primavera ya está aquí y con ella debería llegar una revolución que, hasta ahora, parece lejana. Aunque por el camino hacia la excelencia, el Real Madrid sigue vivo y orientado en Liga, Champions y Copa del Rey, reflejo de que el juego no siempre explica los resultados.
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