Defensa europea, cifras y escollos
La cumbre europea informal del 3 de febrero dedicada a la capacidad de defensa de la Unión Europea (UE) evidenció la división de los Veintisiete sobre dos cuestiones clave: cómo financiar los 500.000 millones de euros de inversión adicional que la Comisión Europea estima indispensables en 10 años y cómo reforzar la industria militar europea. Mientras, la derecha aspira a usar la defensa como excusa para recortar el gasto social.
Alemania, Países Bajos y otros estados descartaron la emisión de deuda común europea para financiar el salto cualitativo en la capacidad militar de la UE, como piden Francia, Polonia y España. Crear una preferencia europea en la adquisición de material militar de los Veintisiete para reforzar su propia industria y dejar de financiar las industrias de otras potencias chocó con la oposición de Polonia, Países Bajos y Suecia, entre otros, que temen molestar al presidente estadounidense, Donald Trump.
Actualmente, el 63% de los suministros militares adquiridos por los Veintisiete proceden de Estados Unidos y otro 15% es comprado a otros países de fuera de la UE, lo que supone decenas de miles de millones europeos anuales dedicados a fortalecer la industria y la economía de otros países en lugar de la europea, detalla el informe sobre las deficiencias de la UE del expresidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, abrió la posibilidad de flexibilizar las reglas del pacto de estabilidad para excluir la inversión en defensa de los límites de déficit público. Esta propuesta, cuyos detalles están por concretar, ampliaría la capacidad de gasto militar de los Estados sin violar las reglas europeas, pero no soluciona el problema fundamental de dónde sacarán los Veintisiete esos fondos adicionales en un contexto de malestar social y crecimiento muy débil en la mayoría de países.
Objetivo de la OTAN
De los 24 países de la UE miembros de la OTAN, aún no alcanzan el objetivo de dedicar a defensa al menos el 2% del producto interior bruto (PIB) España, Italia, Portugal, Bélgica, Croacia, Eslovenia y Luxemburgo, según la Alianza Atlántica. El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, plantea elevar ese objetivo al 3% como mínimo para reforzar la defensa europea ante las presiones de Trump.
En base a los PIB actuales, España, para cumplir con el objetivo del 2%, debería dedicar 11.500 millones adicionales anuales al presupuesto de defensa y llegar a 3% supondría otros 16.000 millones anuales más. En el caso de Italia, llegar al 2% requeriría ampliar su presupuesto de defensa en 11.000 millones anuales y necesitaría otros 21.300 millones para llegar al 3%. En Alemania, cuando en 2027 se agote el fondo especial de defensa 100.000 millones creado en 2022, el Gobierno se encontrará con un agujero de 40.000 millones anuales en su presupuesto de defensa para seguir cumpliendo el objetivo del 2% de la OTAN y llegar al 3% supondrá añadir otros 42.000 millones anuales.
Liberales y conservadores planean usar el tema de la defensa para recortar el gasto social. El liberal Rutte, primer ministro holandés hasta julio de 2024, ya lo planteó el 13 de enero ante la comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo al insistir en que ahora la prioridad es defensa y que eso «significa gastar menos en otras prioridades«. El democristiano alemán Friedrich Merz, favorito en las elecciones legislativas del próximo 23 de febrero, también está a favor de primar la defensa sobre el gasto social. La Comisión Europea propone destinar 100.000 millones a defensa en el próximo marco financiero 2028-2031 de la UE y sin un aumento del presupuesto será a costa de los fondos agrarios, sociales o regionales.
Ante el creciente descontento social y descrédito de las instituciones, desatender el malestar por la desigualdad, el deterioro en educación y sanidad, el precio inasequible de la vivienda y la inseguridad alimentará el avance de la ultraderecha. El secretario general de la OTAN es un ejemplo. La política de austeridad antisocial de Rutte al frente del Gobierno holandés condujo a su derrota en las elecciones regionales de 2023 frente al populista Movimiento Campesino Ciudadano (BBB) recién creado y en las posteriores elecciones legislativas venció el ultra Partido por la Libertad (PVV) con el 23,5% de los votos, mientras que su partido liberal (VVD) quedó en tercera posición con 15%. La herencia política de Rutte ha sido dejar los Países Bajos con un Gobierno dirigido por la ultraderecha.
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