DERECHOS LABORALES | La clave para evitar problemas con tu empresa, según un abogado laboralista

En el entorno laboral, muchas veces confiamos en la palabra de nuestros jefes o superiores. Promesas como “el mes que viene te subo el sueldo” o “te pagaré ese plus por los turnos extra” son más comunes de lo que parece. Sin embargo, como señala el abogado laboralista Juanma Lorente en su canal de TikTok, las palabras se las lleva el viento. Y en caso de conflicto, lo que no está por escrito simplemente no existe a efectos legales. Por eso, es fundamental entender que cualquier acuerdo con la empresa debe formalizarse por escrito si queremos que sea respetado y, sobre todo, defendible ante un juez.
No confiar en los acuerdos verbales
El gran error que cometen muchos trabajadores es confiar en los acuerdos verbales. Ya sea un aumento de sueldo, una mejora en el horario, una retribución variable o incluso una futura promoción, si no queda constancia escrita, no podrás reclamar nada si la empresa decide no cumplir lo prometido. Por ejemplo, si tu jefe te promete de palabra que a partir del mes siguiente te pagará un plus por productividad y no lo hace, no tendrás cómo demostrar que existía ese compromiso. Legalmente, la empresa no está obligada a nada si no hay prueba escrita del acuerdo.
Esta situación es todavía más delicada si decides quejarte o reclamar algo de forma verbal. Imagina que hablas con tu jefe porque no estás de acuerdo con una modificación de tu horario o porque no te han pagado una parte del salario. Si lo haces verbalmente y luego te despiden, no podrás demostrar que el despido se produjo como represalia por tu reclamación. En cambio, si hubieras enviado un correo electrónico, un mensaje de WhatsApp o una carta firmada por la empresa, sí tendrías una prueba clara que podrías presentar en un juicio.
El poder del documento escrito
Es por esto que cualquier negociación o conflicto con la empresa debe gestionarse por escrito. No es necesario un contrato formal en todos los casos, pero sí algún medio que deje constancia: un correo electrónico, un mensaje de WhatsApp, una carta firmada por la empresa o incluso una grabación legal. Lo importante es que haya una prueba documental de lo hablado, porque de lo contrario no podrás exigir ningún derecho derivado de ese acuerdo verbal.
Incluso cuando las intenciones de la empresa parecen buenas, es recomendable cubrirse. Muchas veces, las promesas no se cumplen no por mala fe, sino porque cambian las circunstancias, entra un nuevo responsable o simplemente se olvidan. Pero tú, como trabajador, necesitas seguridad y claridad. Y eso solo se consigue con documentos que respalden lo pactado. Por eso, si tu empresa accede a subirte el salario, a modificar tus condiciones o a pagarte un extra, pide siempre una confirmación escrita antes de que entre en vigor.
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí