DESCONEXIÓN DIGITAL | El Estatuto de los Trabajadores lo confirma: ya hay derecho legal a desconectar digitalmente tras la jornada laboral
El Estatuto de los Trabajadores reconoce oficialmente el derecho a la desconexión digital. Una medida que busca proteger la salud mental, la intimidad y la conciliación de millones de empleados en España.
El derecho a la desconexión digital ha dejado de ser una recomendación y se convierte en norma con rango de ley. El Boletín Oficial del Estado publicó el pasado 30 de julio la última actualización del Estatuto de los Trabajadores, que introduce de forma expresa la obligación de garantizar que los empleados no se vean forzados a atender llamadas, correos o mensajes fuera de su jornada laboral.
Este reconocimiento legal, que ya estaba previsto en la Ley de Protección de Datos y Garantía de los Derechos Digitales de 2018, se incorpora ahora de forma explícita al texto de referencia de las relaciones laborales en España. El objetivo es doble: proteger la salud de los trabajadores frente a la hiperconectividad y establecer obligaciones claras para las empresas en materia de conciliación y prevención de riesgos psicosociales.
De reivindicación a norma
Hasta ahora, la desconexión digital era una figura reconocida de forma difusa. Algunas empresas habían firmado protocolos internos o acuerdos colectivos, pero la ausencia de un marco homogéneo generaba diferencias entre sectores y compañías.
Con su inclusión en el Estatuto, el derecho pasa a ser vinculante para todos los empleados, sin importar si trabajan en modalidad presencial o en remoto. Los expertos coinciden en que esto supone un avance claro en la garantía de los derechos laborales en la era digital, y recuerdan que España se alinea así con directivas y recomendaciones europeas.
Qué cambia para trabajadores y empresas
La principal novedad es que las empresas deberán contar con una política interna clara sobre la desconexión digital. En ella se regulará el uso de dispositivos electrónicos, las franjas horarias de disponibilidad y los canales de comunicación autorizados. Además, se deberá formar y sensibilizar a los equipos directivos para que no exista presión, explícita o implícita, hacia la conectividad continua.
Para los trabajadores, la nueva norma ofrece un respaldo jurídico que antes no existía. En caso de incumplimiento, podrán recurrir a la Inspección de Trabajo o a los tribunales, ya que la vulneración del derecho se asimila a una lesión de la intimidad y del descanso.
Salud, productividad y cultura laboral
Los expertos en relaciones laborales advierten de que este derecho no es solo una cuestión formal. El exceso de disponibilidad —incluso en vacaciones— se ha relacionado con problemas de estrés, cansancio e incluso depresión, lo que a la larga impacta en la productividad y aumenta el riesgo de bajas laborales.
Al mismo tiempo, la medida obliga a replantear ciertas prácticas culturales muy extendidas en el mercado español, como los mensajes fuera de horario o las reuniones convocadas al final del día. Los expertos y sindicatos subrayan que el reto es «pasar de la teoría a la práctica». No basta con publicar la norma, hay que cambiar hábitos. Y, pese a que celebran el avance, siguen reclamando mecanismos de control efectivos.
Próximos pasos
Con la publicación en el BOE, el derecho a la desconexión es ya de aplicación inmediata. No obstante, las empresas disponen de un margen razonable para adaptar sus protocolos internos y negociar con la representación sindical cómo se aplicará en cada caso.
Se abre así una nueva etapa en el mercado laboral español, marcada por la búsqueda de equilibrio entre tecnología y descanso. El Estatuto de los Trabajadores lo confirma: fuera del horario laboral, el tiempo vuelve a ser de los trabajadores.
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