DOTOR REAL SPORTING DE GIJÓN SAN CLAUDIO LAS PALMERAS
«Se habla mucho estos días de Carlos Dotor, sí». Si la Asturias futbolística tiene en el ex del Oviedo y nuevo jugador del Sporting uno de los grandes focos de actualidad, en la parroquia ovetense de San Claudio se sigue especialmente. Allí se instaló Dotor el pasado verano tras firmar por los azules. Allí celebró, hace unos días, su incorporación al conjunto gijonés. «Comió aquí el día que se cerró todo con el Sporting», confirman Diana Cachero y David García, matrimonio que regenta el café-bar Las Palmeras, en la calle Estación, donde reciben a LA NUEVA ESPAÑA. «Como vecino es un chaval de diez», aseguran hosteleros y clientes, muy pendientes, por distintas razones, de su posible debut este sábado en El Molinón.
San Claudio se ha convertido, en los últimos años, en un lugar elegido por miembros de la plantilla del Oviedo para fijar su residencia. Su cercanía al centro de la ciudad y, particularmente, al Carlos Tartiere, junto a la tranquilidad que ofrece la parroquia, son algunos de sus atractivos. Carlos Dotor tomó el testigo de Luis Carrión. No solo en el lugar elegido para vivir. El exentrenador azul era un cliente habitual del café-bar Las Palmeras, el mismo donde el centrocampista madrileño lleva siendo uno más desde hace meses. En la decoración hay figuras del Oviedo y el Sporting que demuestran que todo el mundo es bien recibido. Además de cafetería, bar y restaurante, también en el local se puede sellar quinielas y primitivas. En pocos metros, muchas historias.
«Aquí la mayoría de la clientela es del Oviedo, pero también hay mucho del Sporting. En los derbis vienen incluso pandillas con camisetas de uno y otro equipo», explican Diana Cachero y David García. Forma parte de su éxito, saber respetar y escuchar los gustos de cada uno de sus clientes. También en algo tan pasional como el fútbol. En ellos aparece una sonrisa cómplice cuando se les recuerda un momento en concreto de la presentación de Dotor en Mareo. «En el bar que tengo debajo de mi casa todo el mundo estaba encantado de que viniera aquí», comentó el futbolista. «A veces depende mucho de con quién coincidas ese día», desliza David. «Dotor viene habitualmente. Le gusta sentarse allí detrás (señala hacia la terraza), con su perrín. Es un chaval encantador, cercano con todo el mundo. Se merece que le vaya bien», dice Diana.
Los dueños del local son padres de un sportinguista, Iker, y también muy futboleros. Ella, natural de Ujo, tiene a la mayoría de su familia «del lado rojiblanco». Él, ovetense del barrio de Buenavista, cuenta con «más seguidores del Oviedo» entre sus más allegados y, a la vez, un curioso pasado rojiblanco. «Jugué en juveniles en el Sporting. Formé parte de la quinta de Angulo y Sergio Fernández, pero no llegué a dar el salto al filial. Ahí me quedé», detalla quien jugara como central en equipos como el Astur antes de vivir sus últimos años de fútbol en el San Claudio, donde ha echado raíces.
Al otro lado de la barra escucha atentamente José Manuel Fernández. Vecino de la parroquia, donde es conocido como el «Artillero», es un reconocido oviedista que dice entender el paso dado por Dotor. «Si no jugaba en el Oviedo, tendrá que buscarse la vida. A ver ahora qué haz en Gijón», afirma. Pedrín, otro habitual y amigo de este último, anima el debate. «Tú lo defiendes mucho porque vino del Madrid, claro», le espeta. «Escucha, vale más uno del Castilla que Cataluña entera», contesta José Manuel. Ambos sonríen con socarronería y coinciden en que Dotor es un futbolista prometedor, aunque «lo importante ahora es ver si subimos a Primera», en referencia a los azules. «Ascenso directo igual no, pero play-off, seguro», apostilla Pedrín. «Entre Dubasin, Hassan y este, no veíamos tantos cambios de un lado para otro desde Iván Iglesias y Bango», comentan al alrededor.
Al local entra en ese momento Clemen Fernández junto a su hijo Eric Álvarez. «El último regalo de cumpleaños de mi marido fue una camiseta del Oviedo firmada por toda la plantilla. ¿Sabe quién me la consiguió? Dotor», explica. Vecinos de San Claudio, su hijo mayor, Yhojan Álvarez, hizo de intermediario. Además, trabaja actualmente en el Oviedo. En la familia se tiene especial estima por el jugador. «Imagino que irse al Sporting tampoco habrá sido todo cosa de él. El Celta es el club que le cedió y le diría ahora que tendría que moverse», apunta Eric, muy oviedista, sobre el cambio de Dotor al eterno rival.
Fuera del local, el oviedismo se hace notar. Un niño espera en la parada del autobús junto a su abuela. «A mí no me ha gustado nada que se fuera al Sporting. Alemão es el mejor», confiesa Pelayo González, quien al margen de que sea vecino o no, prioriza los colores. Loli Menéndez le sujeta de la mano y evita hablar de fútbol «porque no me gusta nada, pero si tiene que ganar uno, que gane el Oviedo». Andrea Martínez escucha y sonríe. «Vivo aquí desde hace unos años, pero soy de Pola de Siero y durante una época fui a ver al Oviedo al Tartiere por un noviete que tenía. Por mí, que suban los dos», asegura. Mientras, el fichaje más sonado en San Claudio cuenta las horas para estrenarse de rojiblanco en El Molinón. También para completar la mudanza. Dotor ultima cambio de residencia, más cerca de Mareo. «Se le echará de menos», aseguran en Las Palmeras.
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