el análisis de Josu Uribe tra la derrota del Sporting en Huesca
Nueva derrota del Real Sporting, cuatro jornadas sin conseguir la victoria y, sobre todo, un equipo que cada vez genera más dudas sobre su nivel competitivo para aspirar a metas importantes en la categoría. Un Huesca muy necesitado de puntos salió con lo mejor que tenía. Una línea de cuatro típica en los equipos de Bolo; junto a un doble pivote muy posicional como Sielva y Jesús; tres jugadores por delante con calidad y mucha movilidad, que hicieron daño cuando se interiorizaban y buscaban las espaldas tanto de los pivotes como de los centrales; y una referencia clara en las disputas como Sergi Enrich.
[–>[–>[–>Un Sporting con el dibujo habitual 4-2-3-1, pero con las novedades de Curbelo en el centro de la defensa acompañando a Perrin y Justin en un perfil de central derecho, en sustitución del lesionado «a última hora» Dubasin. Pueden faltar jugadores importantes en ataque como Otero y Dubasin; puede faltar fútbol en un equipo con problemas en la construcción y en la iniciación del juego; pueden faltar recambios de nivel en la creación, en un equipo con muchos problemas en esa faceta. Pero lo que no te puede superar un rival es en actitud y alma.
[–> [–>[–>Los primeros quince minutos no son los que un equipo debe mostrar fuera de casa. Los rojiblancos igualaron el mando del partido con un Guille muy activo, junto a la calidad de Gaspar y Gelabert, pero una vez más un error infantil posibilitó la acción del penalti.
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En la segunda parte, el bagaje fue una buena ocasión de Justin junto al gol anulado, que evidentemente pueden cambiar el panorama del partido, pero no nos puede hacer dejar de analizar que los rojiblancos fueron un equipo con muchos problemas en la construcción de juego y en el desequilibrio individual, un equipo muy impotente para hacer daño al rival.
[–>[–>[–>Por contra, el rival ajustó más el equipo hacia unas líneas muy juntas, en un bloque muy bajo, dejando la iniciativa a un equipo al que le cuesta un mundo superar líneas. Así llegó el segundo gol oscense, tras un error en la pérdida y una muy mala transición defensiva.
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El equipo acabó con dos extremos puros como Gaspar y Cortés, junto a dos nueves claros como Caicedo y Otero, dejando la manija del equipo a Gelabert y Nacho. Pero esto no consiste en acumular gente en zonas de ataque, consiste en saber llevar los ataques a zonas y momentos donde el rival sufra. Es tener la capacidad de juego y desequilibrio necesarios y, sobre todo, minimizar los errores en las áreas. Y en estas facetas el equipo está muy lejos de los equipos punteros de la categoría.
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[–>La idea es analizar al Real Sporting desde un punto de vista constructivo. Si quieren escuchar que todo está bien, creo que eso no es bueno ni ayuda a crecer. Es importante saber dónde te equivocas y dónde puedes atacar el problema, porque, guste o no, el problema lo tienes.
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El cambio en el banquillo puede ser positivo en un equipo, pero cuando el equipo repite errores con el nuevo técnico hay que analizar más profundo al paciente. Para construir una plantilla hay que analizar muchos aspectos; no es tarea fácil, pero el Real Sporting tiene muchos problemas en varios de ellos.
[–>[–>[–>A Diego le están cayendo muchos palos. No estuvo nada bien en Huesca, pero no olvidemos que su posición natural no es la de lateral izquierdo y que el anterior técnico comentó esa necesidad. La importancia de los laterales hoy en día, tanto para atacar como para defender, es enorme. En la derecha, Guille te da esas aportaciones, pero en el otro sector tienes un problema.
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La diferencia entre los primeros espadas como Gelabert, Gaspar, Dubasin, Otero o Corredera con sus sustitutos naturales es enorme, y eso te hace perder potencial respecto al rival tanto cuando no pueden participar como en los últimos minutos de partido, donde han perdido frescura y ahí los asturianos han perdido muchos puntos. ¿Casualidad?
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La figura de Otero es determinante en la posición de «9», y es más un jugador exterior que de referencia, pero los rendimientos de Caicedo y Amadou, a día de hoy, están muy lejos de lo que el equipo necesita. En el juego exterior, tan importante en el fútbol actual, el equipo también se resiente cuando no participan Gaspar o Dubasin. Jugadores como Queipo y Cortés tampoco han demostrado el nivel que de ellos se espera .
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Hablamos de un equipo con una portería muy bien cubierta, junto a un centro del campo que también tiene un nivel acorde con la categoría, y posiblemente uno de los mejores enganches de la categoría, como es Gelabert. Dejemos ya de excusas y pongamos solución al problema. Se está a tiempo de todo todavía, pero toca reconocer errores y trabajar con una profesionalidad enorme y conocimiento de mercado para reconducir una planificación deportiva muy mejorable.
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Junto a ello, hace falta una reconducción de los objetivos reales de una escuela de fútbol como Mareo, donde se invierte muchísimo dinero y donde tiene que dar sus frutos competitivos, como siempre lo hizo: creer en el trabajo de formación, trabajar con una metodología correcta, trabajar con los mejores profesionales y apostar de verdad por ello.
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Posiblemente sean muchos problemas, pero todos tienen solución para que el Real Sporting sea un equipo terriblemente competitivo, acorde con su historia, con su afición y con un estadio que, con poco que se le dé, lo va a agradecer. Pero todo empieza, amigos, por ser un equipo siempre con alma, independientemente de su nivel de juego.
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