el arte como brújula frente a la emergencia climática

El arte se convierte en un agente de cambio en ARCOmadrid 2025, una edición marcada por la reflexión ambiental y la exploración de futuros alternativos. La Bienal Climática debuta con una colección que aborda la transición ecosocial, mientras propuestas como el amazofuturismo o el bioarte llevan al público desde las profundidades del Amazonas hasta la superficie lunar. Todo ello en un esfuerzo por inspirar acción frente a la crisis climática global.
La edición 2025 de ARCOmadrid, la Feria Internacional de Arte Contemporáneo, cerró sus puertas el pasado 9 de marzo dejando un claro mensaje: el arte es una herramienta poderosa para enfrentar la emergencia climática y reflexionar sobre el futuro de nuestro planeta. Este año, el evento destacó por su enfoque en temas ambientales y su capacidad para conectar tecnología, naturaleza y cultura en una narrativa que invita a la acción.
Una de las grandes novedades de esta edición fue la presentación de la Bienal Climática, un proyecto pionero en España que busca emplear el arte como catalizador del cambio frente a la crisis climática. Amanda Masha Caminals, directora artística de la Bienal Climática, es codirectora del Instituto Mutante de Narrativas Ambientales. Esta bienal propone un espacio bianual para reflexionar sobre la transición justa hacia un modelo sostenible.
Entre las obras adquiridas en ARCO para formar parte de su colección inaugural destacan piezas como Sobre A punto de ser nada de Irene Grau, La escritura de las piedras de Jorge Yeregui y Flexió Xilema de Laura Palau. También se incluyen trabajos como ST (Esparto) de Sonia Navarro, Mil leches de Asunción Molinos Gordo y I danced myself out of the womb [Salí bailando del útero] de Belén Rodríguez. La colección se completa con Manicomio de Ablardo gil-fournier.
Estas obras serán exhibidas en Avilés, Asturias, en una edición distribuida que ocupará espacios emblemáticos del pasado industrial de la ciudad. Posteriormente, pasarán a integrar las colecciones del Museo de la Energía en Ponferrada. Según Caminals “estamos diseñando una bienal de código abierto, que apele a públicos muy diversos más allá del especializado en arte contemporáneo. El negacionismo climático y el descrédito a instituciones científicas se mueven en el plano de lo sensible. Para rebatirlos y sincronizar mentes y espíritus en la presente transición ecológica es imprescindible dar centralidad a los agentes que mejor dominan ese lenguaje, las y los artistas, en su diversidad”.
Los responsables institucionales de la muestra han manifestado que “a través de obras de artistas españoles e internacionales, la colección ofrecerá un recorrido por aspectos fundamentales de la creación artística contemporánea vinculados a la emergencia ambiental. El conjunto de obras permitirá entender el mundo actual en el contexto de la transición ecosocial en la que estamos inmersos”.
Amazofuturismo: una visión alternativa del Amazonas
La sección central de ARCO 2025 estuvo dedicada al Amazonas bajo el título Wametisé: ideas para un amazofuturismo, comisariada por Denilson Beniwa y María Willis. El amazofuturismo es un movimiento artístico combina tecnología, cosmovisión indígena y ciencia ficción para imaginar futuros alternativos donde los pueblos amazónicos hubieran evolucionado sin la intervención colonial europea.
Las obras presentadas exploran conceptos como el Hóri (imágenes sagradas) entre los Tukano o el Kené entre los Huni Kuin, proponiendo nuevas maneras de repensar nuestra relación con la naturaleza. En palabras de los comisarios, el amazofuturismo no solo celebra las raíces indígenas, sino que también aboga por otorgar derechos a los territorios naturales.
Eduardo Kac en Arco 2025. / ARCO
El brasileño Eduardo Kac, pionero del bioarte, fue galardonado con el XX Premio ARCO/BEEP por su obra Adsum. Esta escultura cúbica, diseñada específicamente para la Luna, representa un poema tridimensional grabado con láser que puede leerse desde cualquier dirección. La obra ya descansa en la superficie lunar tras una misión espacial de la NASA, pero una pieza similar se expuso en ARCO junto a dibujos y un vídeo explicativo. Este trabajo invita a reflexionar sobre nuestra posición en el cosmos y redefine los límites entre arte y ciencia.
Eduardo Kac ha declarado al respecto: “Quería infundir una sensación de asombro y despertar la curiosidad. Detrás de la aparente lucidez de la obra se esconde una gran complejidad técnica e intelectual que el espectador puede elegir explorar. Adsum condensa en cuatro símbolos lo que es demasiado vasto para las palabras, suspendiéndolos de manera permanente dentro del cubo transparente. Estos pueden leerse en cualquier dirección, invitando a la pausa, la contemplación y la reflexión. Al confrontar la experiencia humana del tiempo en la Tierra con la inmensidad temporal del universo, el espectador puede perderse en el instante o imaginar la vida a lo largo de milenios”.
Otros protagonistas: tecnología y crítica social
El mexicano-canadiense Rafael Lozano-Hemmer presentó Tensión Binocular, una actualización interactiva de su icónica obra pionera de 1992 Tensión Superficial. En esta instalación, un ojo gigante sigue al espectador como metáfora de la vigilancia tecnológica contemporánea. Por su parte, Daniel Canogar exhibió Grove, una instalación digital que simula juncos meciéndose al viento que se me apareció como un símbolo de resiliencia ante las crisis y guerras.
La polaca Diana Lelonek también dejó su huella con una muestra dedicada al impacto humano en la extinción de especies. Su obra construye una «arqueología» crítica del pasado industrial mientras plantea preguntas sobre el futuro ecológico.
Esta edición no solo consolidó a ARCO como un referente del arte contemporáneo, sino que también demostró cómo el arte puede ser un vehículo para abordar los desafíos más urgentes de nuestro tiempo. Desde las visiones futuristas del Amazonas hasta las exploraciones cósmicas del bioarte, cada obra presentó una invitación a reflexionar sobre nuestra relación con el planeta y nuestro papel en su preservación.
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí