el Ártico es el nuevo polvorín donde Rusia reta a la OTAN
Longyearbyen, capital de Svalbard y el asentamiento más norte, ha sido el epicentro de un Interés geopolítico notable. La afluencia de dignatarios, incluido el primer ministro noruego y el príncipe heredero, conmemoró el centenario de la soberanía noruega en el archipiélago.
En este contexto, la competencia por la influencia en el Ártico se ha intensificado. La tensión aumenta después de la cumbre bilateral del 15 de agosto en Alaska entre Donald Trump y Vladimir Putin. Allí, además de la guerra de Ucrania, la Expansión de su influencia En la región.
Además, Svalbard, una posición avanzada en el Ártico, había permanecido fuera del enfoque geopolítico. Sin embargo, la inteligencia, los militares y los políticos muestran una preocupación de borrador por el archipiélago. Este renovado interés se ha acelerado desde la invasión rusa de Ucrania, la expansión de la OTAN con Suecia y Finlandia, y la sugerencia de Trump sobre el control de Groenlandia.
El ártico, nuevo tablero de ajedrez geopolítico
Por lo tanto, el giro hacia el Ártico se debe, en gran partea la política exterior rusa, según el economista. Rusia ha reabierto o establecido bases militares y civiles en su región del Ártico. Tiene la mayor presencia militar y civil y una flota considerable de Rompehielos. Además, coopera con China, autoproclamó el poder «cercano al Ártico», para desarrollar la región como una ruta de exportación de petróleo y gas a Asia.
Además, Noruega, miembro de la OTAN, es el «Ojos y oídos» de la alianza En el norte. La ubicación de Svalbard, entre Groenlandia, Noruega Continental y Rusia, confiere importancia geopolítica. El tratado centenario de Svalbard prohíbe las estructuras militares, pero Noruega refuerza su soberanía. Permite a los extranjeros establecer y explotar el territorio, como la compañía rusa Arktikugol, que opera Barentsburg a 40 kilómetros de Longyearbyen.
Por otro lado, la OTAN se preocupa por la actividad hostil rusa. Han sido detectados Indicaciones de sabotaje ruso En el Ártico, como el corte de un cable submarino entre Noruega Continental y Svalbard en 2022, y otro incidente el año anterior. En julio, se informó interferencia en las señales GPS de aeronaves que se acercan a Svalbard. Bruno Kahl, jefe de inteligencia alemana, describió un escenario de ataque híbrido ruso en Svalbard para probar el Artículo 5 de la OTAN.
Finalmente, el futuro de Svalbard, históricamente vinculado a la minería del carbón, la última mina noruega cerrada el 30 de junio, se reorienta hacia la investigación y el turismo. Longyearbyen ya alberga un centro científico. El deshielo del Ártico, impulsado por el cambio climático, podría promover rutas marítimas y actividad naval, generando un nuevo impulso económico y estratégico para Svalbard.
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