El bar más navideño de Salas transforma su terraza en un tren que lleva a Papá Noel de maquinista
A Susana Díaz se le ocurrió hace cuatro años montar algo especial para transformar la terraza del bar que regenta junto a su marido en pleno centro de Salas. Se le dan bien las manualidades, así que no dudó en embarcarse en la aventura de instalar un tren navideño que convierte al querido Bar Berlín en la estación de Papá Noel . Y claro, desde entonces se ha convertido en un aliciente más de la Navidad salense y el lugar preferido para los más pequeños de la casa que no dudan en subirse a la locomotora o a los vagones convertidos en mesas de café.
[–>[–>[–>«Me llamaron loca, pero fue un éxito. Me gusta la Navidad y quería hacer algo distinto», bromea Susana Díaz, sobre su feliz ocurrencia, un montaje que gusta a niños y también a mayores. Cada año, en cuanto se acerca la Navidad, levanta sus mesas habituales y traslada su tren a la fachada del establecimiento. «Lo traigo hasta aquí en un camión del pienso de Godán», señala. Cada año con algún retoque nuevo que mejore la instalación.
[–> [–>[–>Detalle de la locomotora. / T. Cascudo
[–>[–>[–>
Una rolla de madera
[–>[–>[–>
«Lo hice todo yo. La verdad es que me gustan mucho las manualidades. Me regalaron una rolla de madera, que me serró un señor de Aciana y, partir de ahí, me puse a trabajar«, relata Díaz, que contó con la ayuda de su amiga Rosa Fernández. El tren tiene tres vagones y todo está hecho a medida para que encaje con las dimensiones de la terraza del bar.
[–>[–>[–>
El Bar Berlín, situado a un paso del Ayuntamiento, cumplirá el próximo enero cincuenta años. Lo abrieron sus suegros, emigrantes a Alemania. Residían muy cerca de la capital alemana y, a su regreso a Salas, emprendieron con este negocio al que pusieron este nombre en recuerdo de su periplo en el extranjero. Desde hace trece años, la somedana Susana Díaz se ocupa del negocio junto a su marido.
[–>[–>[–>«Es un negocio que funciona bien. Lo trabajamos nosotros dos y una camarera y la verdad es que nos gusta a los tres, pero hay que echar horas«, señala Díaz. Confiesa que en casa ya empiezan a pensar en cómo celebrar el medio siglo del Berlín. «Aún no sabemos qué hacer, pero habrá que celebrarlo», apunta.
[–>[–>[–>

Vista general de la terraza. / T. Cascudo
[–>[–>[–>
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí