El fuerte repunte del absentismo en España ya supone un coste de 81.000 millones de euros al año en términos de PIB
España se ha convertido en el país de la Unión Europea con una de las tasas más altas de absentismo laboral por incapacidad temporal (IT), y también el que más rápido ha visto crecer este fenómeno. Así lo concluye el último estudio presentado por la mutua Umivale Activa y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), una investigación que alerta sobre el impacto económico y social de una situación que, aunque silenciosa, ya tiene efectos medibles en el PIB, la productividad y la sostenibilidad del sistema de bienestar.
Entre 2018 y 2023, las jornadas laborales perdidas por IT en el Régimen General se dispararon un 52%, pasando de 242 millones a 368,7 millones de días. Esto equivale a que un millón de personas estuvieran de baja cada día del año 2023, o que cada trabajador perdiera una media de 20 días laborales por IT, cinco más que en 2018. El coste económico de estas ausencias ha ascendido a 81.574 millones de euros, el 5,4% del PIB nacional, con un incremento de 25.900 millones en solo cinco años.
Son algunas de las conclusiones del estudio Evolución de la incapacidad temporal y la siniestralidad en España, que han presentado en la sede del Consejo Económico y Social (CES) en Madrid. Un trabajo que ha sido dirigido por los investigadores del Ivie José María Peiró y Lorenzo Serrano y elaborado por un equipo integrado por Francisco J. Goerlich, Consuelo Mínguez y Fernando Pascual, por parte del Ivie, y Marija Davcheva y Juan Miguel Mesa, por parte de Umivale Activa.
Umivale Presentación activa ivie / Umivale Activa Ivie
La principal novedad de este informe es que se ha dispuesto, para 2016 – 2023 -periodo en el que se ha centrado el análisis- de los microdatos anonimizados de la Estadística de IT del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Esta estadística recoge todos los procesos de IT registrados en España con sus características, más de 62 millones de procesos anonimizados, permitiendo un nivel de detalle que no había sido posible hasta el momento, así como un grado de representatividad completa del fenómeno.
Además, se ha cruzado toda esa información con la ofrecida por los microdatos de la Muestra Continua de Vidas Laborales (MCVL) y también se ha trabajado con los microdatos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística (INE). El uso combinado de diferentes bases de datos derivadas de fuentes solventes y ampliamente consolidadas ha permitido realizar un análisis integrador de un amplio número de determinantes potenciales de la IT y también sus diferentes formas de manifestarse.
Algias y salud mental: los motores invisibles del absentismo
El estudio revela que más del 50% del crecimiento del absentismo por IT se debe a dos tipos de patologías: las algias (dolores musculoesqueléticos como lumbalgias o cervicalgias) y los problemas de salud mental. Las bajas por salud mental se han duplicado (+111,4%) desde 2018, y las causadas por algias han crecido un 56,5%. Juntas, estas dolencias representan el 51,1% del total de días perdidos y el 56,1% de las bajas de larga duración, un fenómeno particularmente agudo tras la pandemia.
Además, los trabajadores que acumulan múltiples bajas en un mismo año son clave en este aumento. En 2023, más del 50% de los empleados con IT activa eran “repetidores”, responsables del 69,6% de las bajas totales. Aunque representan solo el 16,6% de la fuerza laboral, concentran casi dos tercios de las jornadas perdidas.
Edad, género y formación: diferencias estructurales
El absentismo por IT crece en todos los grupos de edad, pero se intensifica en los mayores de 50 años, responsables del 70% del aumento del indicador. Las bajas en mayores de 60 años triplican las de los jóvenes, aunque estos últimos presentan mayor incidencia (más episodios, pero de menor duración).
También existen diferencias por género: las mujeres registran un 6,4% de jornadas perdidas frente al 4,8% de los hombres. En ellas, la salud mental tiene un peso mayor en las bajas. En cuanto a la formación, los trabajadores con solo estudios obligatorios presentan una probabilidad de IT 9,5 puntos superior a la de los universitarios.
Por nacionalidad, los trabajadores extranjeros tienen una probabilidad de IT inferior en más de 10 puntos a la de los españoles, una diferencia que los expertos atribuyen a factores culturales o a una mayor precariedad percibida.
El papel del empleo y la gestión
Las condiciones laborales también influyen. Las tasas de IT son más altas entre quienes tienen contratos indefinidos y jornadas completas, así como en ocupaciones menos cualificadas y en sectores con alto estrés y baja capacidad de organización del trabajo.
Los sectores con mayor absentismo son actividades administrativas y auxiliares, saneamiento y sanidad, con tasas superiores al 7%. En el otro extremo se sitúan sectores como información y comunicaciones (2,4%) y actividades profesionales y científicas (2,6%).
En lo territorial, Canarias, País Vasco y Galicia lideran las tasas de absentismo, mientras que Madrid, La Rioja y Baleares se sitúan por debajo del 5%. Las diferencias se explican más por dinámicas regionales internas que por la estructura sectorial de cada comunidad.
Absentismo laboral para discapacidad temporal por provincias / umivale
La forma de gestionar las bajas también importa. Las mutuas, responsables del 72,5% de los procesos, muestran menores duraciones (36 días frente a 43 del INSS) y menos repetidores. Esto sugiere que una gestión más eficiente puede ayudar a mitigar el problema.
El caso de los autónomos
Entre los trabajadores autónomos, el absentismo por IT es inferior (4,3% en 2023), aunque con patrones similares: mayor en mujeres y en mayores. Las algias representan un peso mayor (36,4%) y la salud mental algo menor (12,6%). Aunque su probabilidad de baja es más baja, cuando ocurre suele ser de mayor duración, y el fenómeno también muestra una tendencia ascendente.
Un fenómeno vinculado al ciclo económico
Uno de los hallazgos clave del estudio es que el absentismo por IT no se explica del todo por cambios en la estructura del empleo o en las características de los trabajadores. El análisis econométrico apunta a una relación inversa con la tasa de paro: en épocas de desempleo alto, las bajas disminuyen; en fases expansivas, como la actual, aumentan. Pero este vínculo, aunque significativo, no basta para explicar el fuerte repunte de los últimos años.
Una llamada urgente a la acción
“España está liderando en Europa el crecimiento del absentismo por IT y eso es muy preocupante”, advierte José María Peiró, investigador del Ivie y codirector del informe, “El gasto en prestaciones ha crecido un 75% y las empresas soportan ya más de 4.000 millones de euros anuales por este concepto”.
Por su parte, Lorenzo Serrano, investigador del Ivie y codirector del estudio, subraya que “los nueve millones de procesos en 2023 son solo una parte del coste total, que incluye pérdida de productividad, sobrecarga del sistema sanitario y problemas para la sostenibilidad del sistema de bienestar”.
En definitiva, el informe alerta de que el absentismo por IT se ha convertido en un problema estructural que afecta tanto a la economía como a la salud pública. Su solución exige un enfoque global, basado en evidencia, y la implicación coordinada de empresas, trabajadores, mutuas, INSS y servicios sanitarios.
“No se trata solo de reducir costes. Está en juego la salud de millones de trabajadores y la capacidad del país para generar empleo y riqueza”, concluyen los investigadores.
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí