el hermano de Pedro Sánchez en el juzgado
Todavía era de noche cuando decenas de periodistas se agolpaban delante de una valla de seguridad frente al Palacio de Justicia de la Ronda Norte. La expectación era máxima. La gran presencia policial en la zona evidenciaba que la tensión gobernaría la jornada.
El objetivo de las cámaras estaba claro: conseguir la imagen del día. La entrada de David Sánchez (Azagra de nombre artístico), hermano del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en los juzgados para declarar era la golosa instantánea.
Sánchez acudía como investigado en la causa abierta contra él por su puesto de alto cargo en la diputación pacense. Pero no quiso afrontar el momento con los periodistas. Su declaración estaba prevista para las 9.30 y llegó minutos antes de las nueve en un vehículo que entró directamente en el garaje del Palacio de Justicia. No pisó la calle en ningún momento.
Así lo había pedido él un día antes para esquivar la manifestación de Hazte Oír. Lo cierto es que dos autobuses de esta organización recorrieron las calles aledañas a los juzgados desde primera hora mientras un grupo de personas, acompañadas de un muñeco que simulaba ser el presidente Sánchez, repartía chorizo a los viandantes. En los citados autobuses podían leerse mensajes como ‘Sánchez acorralado’ o ‘La tormenta judicial continúa’.
Tras su declaración ante la jueza, Sánchez volvió a dar plantón a los periodistas. Salió de nuevo por el garaje pero en otro vehículo, con chófer y los cristales tintados. Él iba en los asientos traseros.
Su abogado, Emilio Cortés, explicaría después que eran medidas de protección por las amenazadas recibidas en redes sociales.
Gallardo, a pie
Quien sí llegó a pie y acompañado de su letrado, Juan José Torres, fue el presidente de la Diputación de Badajoz, Miguel Ángel Gallardo. Tanto a la entrada como a la salida fue invadido por las cámaras y los micrófonos. Intentó no perder la sonrisa pero se vio sobrepasado por momentos.
Y quienes sí tuvieron una gran cercanía y constante contacto con la prensa fueron los abogados de las acusaciones populares, con Manos Limpias a la cabeza, cuyo presidente, Miguel Bernad, no quiso faltar a la cita. Fue esta organización la que llevó las acusaciones a los tribunales. Ahí empezó el proceso judicial que ha desembocado, de momento, en la toma de declaraciones. La jueza aún no ha decidido si abre juicio oral. Si lo hicera, se entraría en otro nivel.
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A última hora de la mañana, minutos antes de que acabara la última declaración, también apareció por los juzgados Ángel Pelayo Gordillo, diputado de Vox en la Asamblea de Extremadura, quien, igualmente, quiso vivir en primera persona el revuelo judicial en torno al hermano del presidente del Gobierno.
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