El mercado castiga a Indra con caídas del 4% por su posible integración con Escribano Mechanical

Indra ha arrancado la jornada bursátil de este viernes liderando los descensos del Ibex 35 tras conocerse que la compañía está analizando una posible fusión con Escribano Mechanical and Engineering (EM&E). A primera hora de la mañana, sus acciones caían un 1,1%, y minutos después ampliaban las pérdidas hasta rozar el 4%, situando el precio por acción en los 26,56 euros.
El mercado ha reaccionado con nerviosismo ante la noticia de que la tecnológica ha contratado los servicios de KPMG para realizar una due diligence que permita valorar la integración de EM&E, una compañía especializada en sistemas de defensa y que, a pesar de su vínculo con Indra, asegura “no estar en venta”.
Actualmente, EM&E es el segundo mayor accionista de Indra con un 14,3% del capital, por detrás del Estado, que controla el 28% a través de la SEPI. Además, el vínculo entre ambas compañías se intensifica por razones familiares: Ángel Escribano, presidente de Indra desde enero, posee el 50% de EM&E, mientras que su hermano Javier Escribano, presidente de esta última, posee el otro 50% y forma parte del consejo de administración de Indra.
Según fuentes consultadas por Europa Press, la operación, aún preliminar, se realizaría mediante una permuta de acciones y no mediante una compra directa. Sin embargo, Javier Escribano, en declaraciones exclusivas para El Periódico, se ha apresurado a afirmar que su empresa “no está en venta” y que su valor supera con creces los 1.000 millones de euros.
Una fusión estratégica en el contexto de mayor gasto en defensa
La potencial integración supondría para Indra una fuerte ampliación de su perímetro en el sector armamentístico, un terreno en el que la tecnológica ha pisado el acelerador. EM&E fabrica sistemas como torretas para blindados y participa, junto con Indra, en el consorcio Tess Defence, adjudicatario de los programas militares más ambiciosos del Ejército español: los 8×8 Dragón y el Vehículo de Apoyo de Cadenas (VAC), valorados en unos 2.000 millones de euros cada uno.
Además, Indra ha creado recientemente su propia filial de fabricación de vehículos militares, Indra Land Vehicles, y se encuentra en pleno proceso de compra de la planta de calderería pesada de Duro Felguera en Gijón, que reconvertirá para producir blindados, tras no lograr hacerse con la planta de General Dynamics en Trubia.
Esta ofensiva industrial coincide con el anuncio del Gobierno de incrementar el gasto en defensa en 10.471 millones de euros, una cifra que posiciona a Indra como actor clave en el futuro del tejido industrial militar español.
Archivo: el Presidente del Grupo Indra, Angel Ecrcritano, durante una conferencia de prensa, en la sede de Indra, el 26 de febrero de 2025, en Madrid (España) / Alberto Ortega – Europa Press – Archivo
Del espacio al cielo: el mapa expansivo de Indra
Más allá del negocio terrestre, Indra también ha dado pasos hacia el sector aeroespacial y satelital. Hace apenas unas semanas, cerró la compra del 89,68% de Hispasat por 725 millones de euros, operación que busca reforzar su presencia en el segmento de satélites militares a través de Hisdesat, la filial más codiciada de ese activo.
Asimismo, la compañía ha dejado abierta la puerta a ampliar su participación en ITP Aero, empresa vasca especializada en motores de aviación, de la que ya posee un 9,5%. “Es un anhelo”, declaró recientemente su presidente, Ángel Escribano, quien no descarta movimientos si Bain Capital —actual propietario del 69,5% de ITP— decide desinvertir.
Reacción del mercado: más dudas que certezas
La caída bursátil de hoy refleja las dudas del mercado respecto a una operación que, de concretarse, consolidaría el perfil de Indra como gigante del sector defensa, pero que también despierta interrogantes sobre posibles conflictos de interés, valoraciones cruzadas y gobernanza.
En un contexto geopolítico tenso y con una carrera armamentística creciente en Europa, Indra parece haber apostado por convertirse en la locomotora del nuevo complejo industrial-militar español. Pero, como ha evidenciado el parqué este viernes, los inversores quieren certezas… y números.
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