El modelo europeo de libertad y prosperidad tiene muchos enemigos fuera y dentro de Europa
De visita en Barcelona, Nicolás Pascual de la Parte, eurodiputado del PP y coordinador del Partido Popular Europeo en el comité de Defensa de la Eurocámara, explica cómo se materializará el pilar de defensa europeo durante la legislatura que comienza.
-¿Cómo ve el consenso en la UE sobre la Europa de la defensa?
-Existe por vez primera un consenso generalizado, tanto entre los países como entre las formaciones políticas. La inmensa mayoría hemos llegado a la conclusión de que hace falta crear una Europa de la defensa que avance en temas esenciales. Con la invasión rusa de Ucrania, la opinión pública está más sensibilizada que nunca por las imágenes que ve por televisión y se ha dado cuenta de que la libertad, la democracia, la prosperidad, el modelo de vida europeo, hay que defenderlo, ya que tiene muchos enemigos externos e internos. No vale subarrendarlo ni a los americanos ni a la OTAN. Se trata de crear dentro de la OTAN un pilar europeo de defensa que se pueda utilizar cuando EEUU no quiera o no pueda participar para mantener la seguridad en nuestra vecindad meridional y oriental. Con Rusia son palabras mayores y allí necesitaremos siempre a la OTAN y EEUU. Pero en otros conflictos, el Sahel, los Balcanes, el norte de África, Europa tiene que ser capaz de gestionar sus propias fronteras y su seguridad.
-¿Cómo se articulará ese pilar?
-La participación debe ser voluntaria. La regla normal es que la política exterior, de seguridad y de defensa se rigen por el principio de unanimidad. Participarán todos los que lo deseen, como con la PESCO (Cooperación Estructurada Permanente en materia de Defensa, en la que participan 26 de los 27 miembros de la UE, NDR). Necesitamos proyectos atractivos para la mayor parte de países. Tenemos la capacidad tecnológica y el talento, ahora solo hay que ponerlo a trabajar en proyectos comunes. Mire a Boeing y Airbus. ¿Quién vende mejores aviones ahora?
-¿Qué países se están desmarcando?
-Por el momento ninguno. Ni siquiera Hungría. Si somos capaces de crear incentivos positivos para todos, economías de escala, transferencia de tecnología, a todos les interesa. Los más reticentes son aquellos que prefieren depender de la defensa que les proporciona EEUU. Suecia, Finlandia y los Bálticos quieren una relación especial con EEUU mientras el pilar europeo de la defensa no esté plenamente desarrollado y la amenaza rusa sea tan evidente.
-¿Va a poner atención ese pilar a la desinformación, después de lo que hemos visto en Rumanía, donde desde las redes sociales se influyó decisivamente en una elección?
-Cuando hablo de seguridad, hablo del concepto de seguridad integral. También está la seguridad civil, la preparación de nuestras estructuras críticas, de servicios esenciales, a mitigar los ciberataques, las amenazas híbridas, las campañas masivas de desinformación extranjeras, todo eso no es militar en estrictu senso. Con Rusia, la mayor parte de las amenazas van a venir por el ciberespacio y la desinformación, no de la guerra. Y esas pueden bloquear y desestabilizar un país.
-¿Ve voluntad en el Gobierno de Pedro Sánchez de llegar al 2% del PIB en gasto militar, como se ha comprometido ante la OTAN?
-España se comprometió en 2014 en la cumbre de Gales, y teníamos que haber llegado a esa cifra en 2024. Estamos en 1,3%. El nuevo plazo fijado por Sánchez es 2029, pero eso se quedará muy por debajo de las expectativas de nuestros socios. De los 27 miembros de la UE, 22 ya están por encima del 2%. No tiene sentido que España siga siendo el farolillo rojo.
-¿A qué lo atribuye?
-A la falta de cultura de defensa. España fue un país ensimismado durante dos siglos. No ha participado en los conflictos europeos, está alejada de los centros de batalla y eso nos ha dado una sensación artificial de protección. Ahora, con la inmigración y la amenaza del sur, estamos despertando. Y también se debe a la falta de consenso entre los partidos. En principio, PP y PSOE están a favor del 2%, pero después tienes a Sumar que seguramente no lo está, ni tampoco los nacionalistas.
-¿Qué pasos se están dando para materializar ese pilar de defensa?
-Tenemos avances institucionales. Contamos con un comisario de Defensa en la persona del ex primer ministro lituano, muy consciente de las necesidades. En el pleno de diciembre ascendimos el subcomité de Defensa del Parlamento europeo al status de comité de pleno derecho, y este se constituirá en enero. Después, tenemos reglamentos como el EDIP, programa de defensa e industria europea. La estrategia de la industria europea de defensa ya se ha aprobado y se tiene que materializar en un programa concreto. Empezaremos en enero. Necesitamos identificar rápidamente aquellas vulnerabilidades en nuestras capacidades. Por último, y no menos importante, tenemos que abordar la cuestión de los fondos. Hay que conseguir fondos suficientes hasta 2028, cuando dispondremos de un nuevo Marco Financiero Plurinacional que contemplará la defensa. Mientras tanto, hemos de ser creativos con herramientas que ya han funcionado, como los bonos, utilizados para el covid, o facilitando la financiación del Banco Europeo de Inversiones.
-¿Cuáles son estas vulnerabilidades de las que habla?
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-No fabricábamos munición. No tenemos drones, dependemos de los satélites de EEUU. No tenemos defensa antimisiles. Todo esto lo tenemos que hacer en Europa si queremos mantener la autonomía estratégica. La Comisión, el comisario de Defensa y la comisaria de Exteriores se han comprometido a presentar un ‘Libro Blanco’ sobre la estrategia de defensa en Europa en 100 días, identificando las necesidades imperiosas: drones, inteligencia artificial, red de satélites propia. Después pasaremos a una segunda fase: la corbeta europea, el carro de combate europeo…
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