El presidente federal de Austria, Alexander Van der Bellen, encargó este lunes al ultraderechista Herbert Kickl, líder del partido liberal FPÖ, la formación de un nuevo gobierno tras el fracaso de las negociaciones entre conservadores, socialdemócratas y liberales.

Después de una reunión de una hora con Kickl esta mañana, el Jefe de Estado dijo que le había encargado negociar con el partido popular ÖVP la formación de una coalición de gobierno.

«El señor Kickl tiene confianza para encontrar soluciones viables en el marco de las negociaciones gubernamentales y está dispuesto a asumir esta responsabilidad, por lo que le encomendé iniciar conversaciones con el ÖVP sobre la formación de un gobierno federal», afirmó Van der Belén. .

«No he tomado este paso a la ligera, seguiré velando por el correcto cumplimiento y observancia de los principios y normas de nuestra Constitución», añadió el presidente, que en el pasado se había opuesto a un gobierno liderado por Kickl.

Es la primera vez en la historia de Austria que el ultraderechista FPÖ, vencedor de las elecciones del 29 de septiembre con casi el 29% de los votos, recibe el encargo de formar gobierno.

«El ÖVP ha cambiado su rechazo categórico a la cooperación con Kickl. Esa es la nueva situación», afirmó Van der Bellen sobre el cambio de posición anunciado el domingo por el nuevo líder conservador, Christian Stocker.

Sucedió ayer al hasta ahora canciller federal y líder conservador, Karl Nehammer, que había anunciado su dimisión el sábado tras considerar fracasadas las negociaciones para un gobierno tripartito entre el ÖVP y el partido socialdemócrata SPÖ y el liberal Neos.

Nehammer se mostró contrario a una coalición con el FPÖ de Kickl, al que acusa de ser un peligro para la seguridad del país por sus posiciones xenófobas, prorrusas y críticas hacia la Unión Europea (UE).

Sin embargo, Stocker, hasta ahora secretario general del partido, anunció el domingo que el ÖVP ahora está dispuesto a negociar con el FPÖ para formar una coalición.

El FPÖ ganó las elecciones legislativas de finales de septiembre con el 28,8% de los sufragios, por delante del ÖVP con el 26,3% de los sufragios.

Ante la aparente negativa de todos los partidos políticos a cooperar con el FPÖ de Kickl, Van der Bellen confió la formación del Gobierno al ÖVP, que junto con el partido socialdemócrata SPÖ y el liberal NEOS intentaron formar un partido tripartito.

Kickl es exministro del Interior (2017-2019) en un gobierno liderado por el excanciller conservador Sebastian Kurz.

En junio de 2021 asumió la presidencia del FPÖ en plena pandemia de coronavirus y radicalizó el tono y el discurso del partido.

No sólo rechaza las medidas tomadas por el entonces gobierno conservador-ecologista contra el coronavirus, sino también el apoyo occidental a Ucrania y las sanciones contra Rusia, la cooperación de la neutral Austria con la OTAN y es crítico con la UE.

Uno de los principales aliados de Kickl es el primer ministro húngaro, el ultranacionalista Viktor Orbán, con quien formó la facción «Patriotas por Europa», el tercer grupo en el Parlamento Europeo.

Además, el FPÖ mantiene estrechas relaciones con Alternativa para Alemania (AfD), en la que hay elementos que están siendo investigados por la Justicia alemana como extremistas de derecha.

El FPÖ es un partido fundado tras la Segunda Guerra Mundial por antiguos líderes nazis y que aún hoy reúne a los círculos más extremistas y de derecha del país.

Los principales líderes del partido, aunque no el propio Kickl, son miembros de hermandades panalemanas, donde fueron socializados en un ambiente nacionalista, xenófobo y antisemita.

Mientras Kickl se reunía con Van der Bellen, cientos de personas se manifestaban hoy frente a la presidencia federal, para expresar su rechazo y malestar ante la posibilidad de que el líder del FPÖ asuma el control del próximo ejecutivo.