El Día de Reyes llegó temprano y este año trajo un regalo extraordinario que pocos podrían imaginar recibir. El primer Bugatti Bolide llegó a manos de su dueño, y no podía ser de otra manera persona de Manny Khoshbin, magnate inmobiliario y renombrado coleccionista de coches de lujo. Una de las creaciones más exclusivas y radicales de Bugatti, este hiperauto marca un hito en la historia del automóvil y en la extraordinaria colección personal de Khoshbin.

Presentado por primera vez hace cuatro años como un proyecto experimental, el Bolide parecía destinado a seguir siendo una fantasía de ingeniería. Pero en 2021, Bugatti sorprendió al mundo al confirmar que produciría 40 unidades de este singular automóvil, un número tan limitado como requería su diseño. Ahora, justo a principios de 2025, los primeros ejemplares ya están encontrando hogar entre los entusiastas más ricos y exclusivos del planeta.

Los detalles del primer Bugatti Bolide

El primer bólido entregado a Estados Unidos. Lucía una sorprendente combinación de negro y azul con detalles en blanco, un acabado que resaltaba cada línea y curva aerodinámica diseñada para maximizar el rendimiento. Su debut fue inmediato, corriendo en el Circuito de las Américas en Austin, Texas, dejando claro que no se trata sólo de un auto de exhibición, sino de una máquina creada para desafiar los límites de la velocidad y el control.

El Bugatti Bolide no es sólo un coche, sino una declaración de intenciones. Con un precio cercano a los 5 millones de dólares, es símbolo de exclusividad y tecnología de punta. Es un vehículo que pocos tendrán la oportunidad de ver, y mucho menos poseer. Para Khoshbin, sin embargo, este regalo de los Reyes no sólo amplía su colección, sino que reafirma su posición como uno de los mayores coleccionistas de la era moderna.

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Khoshbin, conocido por su gusto refinado y su capacidad para adquirir los automóviles más deseados del mundo, recibió su Bólido a través de Bugatti Newport Beach. Su versión del coche, aunque fiel al diseño radical del modelo, destaca por una elegancia ligeramente más discreta. La carrocería, pintada en un impecable negro brillante, se complementa con toques de azul intenso que resaltan detalles clave como la toma de aire del techo, el alerón trasero y los emblemas distintivos de la marca. La inscripción “W 16.4” en la aleta aerodinámica del tiburón también lleva este color, recordando el potente motor de 16 cilindros que late bajo el capó.

Con este Bolide, Bugatti ha entregado mucho más que un coche: ha materializado un sueño de ingeniería y diseño que llevará la experiencia de conducción al límite. Y con Manny Khoshbin al volante, el mundo puede esperar verlo llevado al extremo en más de una ocasión. en canchas privadas y eventos exclusivos. Este hipercoche, nacido como experimento, hoy vive como una joya de la carretera y la velocidad.