El Príncipe Carlos Felipe de Suecia aparece solo en los Nobel mientras salen a la luz los vínculos de la Princesa Sofía
La gala del Premio Nobel, uno de los eventos más importantes del calendario de Bernadotte, ha estado marcada este año por una ausencia llamativa: la de la princesa Sofía.
La imagen oficial de la Familia Real sueca tras la ceremonia del Premio Nobel dejó un vacío imposible de ignorar: por primera vez desde que anunciaron su compromiso en 2014, La princesa Sofía no acompañó a su marido en esta fecha marcado en rojo en la agenda institucional. Carlos Felipe acudió solo, sentado en primera fila junto a la Princesa Magdalena y Chris O’Neillmientras que los Reyes Carlos Gustavo y Silvia, así como los Príncipes Herederos Victoria y Daniel, presidieron la gala desde el escenario.
Hasta hace unas horas, La ausencia de Sofía podría haberse atribuido a su reciente maternidaddio a luz a su cuarta hija hace diez meses y redujo su agenda oficial. Sin embargo, la publicación del periódico sueco Dagens Nyheter ha cambiado por completo la lectura del gesto. Según esta información, Sofia Hellqvist se reunió con Jeffrey Epstein en varias ocasiones alrededor de 2005cuando vivía en Nueva York, y El magnate incluso se habría ofrecido a pagarle clases de actuación.. La empresaria Barbro Ehnbom, conocida por promover redes de mujeres en el ámbito empresarial, habría sido quien los puso en contacto, y Epstein habría donado dinero a su organización hasta 2014.
La Casa Real sueca ha confirmado las reunionesaunque ha insistido en que ocurrieron hace dos décadas y que no ha habido ningún contacto desde entonces. » La Princesa Sofía se encontró con la persona en cuestión en varias ocasiones hace unos 20 años. Desde entonces no ha habido contacto «, respondió el Palacio a la televisión pública SVT. Además, el jefe de prensa Margareta Thorgren ha aclarado que Sofía nunca estuvo en la isla caribeña propiedad de Epsteindonde se cometieron algunos de los delitos investigados.
A pesar de estas explicaciones, La polémica ha nublado el día mayor cobertura mediática del año para la Familia Real Sueca. La ausencia de Sofía en la ceremonia y en el banquete posterior, eventos a los que ha asistido incluso estando embarazada en ediciones anteriores, ha generado aún más especulaciones. La versión oficial sugiere que está cuidando a su pequeña hija, pero la coincidencia temporal con la publicación de los vínculos con Epstein ha hecho que la justificación sea insuficiente para muchos observadores.
Mientras tanto, Carlos Felipe Ha mantenido una actitud tranquila y sonriente. durante todo el día. En el banquete en el Salón Azul del Ayuntamiento de Estocolmo, se sentó junto a Marie-Hélène Girard, profesora de literatura comparada y esposa del premio Nobel de Física Michel Devoret, y parecía relajado a pesar del revuelo mediático. Este jueves la familia real volverá a verse en la cena de gala que ofrecerá el rey Carlos Gustavo en el Palacio Real, aunque tampoco se espera la presencia de la Princesa Sofía.
El príncipe Carlos Felipe en la cena de ceremonia del Premio Nobel | Foto: InstagramLa gala también dejó momentos de esplendor, especialmente gracias a La princesa heredera Victoria, que deslumbró con la tiara Baden Fringe y un vestido gris perla heredado de su madre. La reina Silvia apostó por un diseño mostaza con pedrería y la icónica tiara Nine Points, mientras Magdalena lució un vestido de Jenny Packham y la tiara ‘kokosnik’ de aguamarinas. Sin embargo, ni el brillo de las joyas ni la solemnidad del evento lograron desviar la atención del escándalo que ha asolado a la Princesa Sofía.
Una ausencia que marca un antes y un después
La combinación de una ausencia sin precedentes y la confirmación de encuentros pasados con Jeffrey Epstein ha colocado a la princesa Sofía en el centro de una tormenta mediática que recuerda inevitablemente al caso del príncipe Andrés en el Reino Unido. A pesar de La Casa Real sueca insiste en que Sofía no tiene relación con los crímenes del magnateel impacto reputacional ya está hecho. Su ausencia del Premio Nobel, el evento de mayor proyección internacional de la monarquía sueca, podría ser sólo el primer síntoma de un distanciamiento temporal mientras la institución intenta contener los daños y proteger la imagen de la familia Bernadotte.
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