En 5 años, un 40% o 50% de jugadores están en bancarrota
Gaizka Mendieta No suele levantar la voz ni hablar de su vida privada. A sus 51 años, el exfutbolista Valencia, Lacio cualquiera Barcelona prefiere explicar con cifras y ejemplos concretos por qué tantos jugadores de su generación terminaron quebrando y cómo logró evitar este destino.
Entre todas sus historias, hay una que resume bien su mentalidad financiera: comprar un avión privado que transformó en un activo rentable según una lógica muy cercana a la de Uber.
Mendieta pertenece a generación del gran “boom” económico del fútbol Español de principios de los años 2000. En el verano de 2001, fue traspasado del Valencia a la Lazio por 48 millones de eurosuna cifra récord para un futbolista español en aquel momento.
Gaizka Mendieta, en Lacio
Reuters
En Italia firmó un salario cercano a los 4,1 millones de euros netos por temporada y, como reconoció en entrevistas posteriores, a lo largo de su carrera ganó más de 35 millones de euros.
Un dinero que, sin una mínima planificación, podría evaporarse tan rápido como llegó.
En los últimos años, Mendieta ha utilizado podcasts como el de Uri Sabat para explicar el gran problema de su generación: la ausencia total de educación financiera en el vestuario.
«Había una estadística en la Premier League: en cinco años, entre el 40% y el 50% de los jugadores estaban en quiebra«, recordó varias veces. Para combatir esta ceguera, cuenta cómo se sentó con colegas que ganaban millones y les dibujó un «mapa financiero» detallado.
Casas, autos, escuelas privadas, vacaciones y divorcios Aparecieron en una hoja de papel hasta que la conclusión fue obvia: cuando cinco millones al año dejaron de ganar, el colapso fue inmediato.
También aplicó este enfoque práctico a su propia vida, incluso en decisiones que, desde fuera, podrían parecer caprichos de las celebridades.
La historia del avión.
Lo más llamativo fue el compra de un avión privado durante su estancia en Inglaterra, cuando jugaba en el Middlesbrough. No hubo vuelos directos a Valencia cualquiera Barcelona y los viajes para ver a la familia se convirtieron en una odisea.
“Comencé a investigar y lo compré. Compré una hélice con un motor nuevo.«, explicó recientemente.
La clave no era el lujo, sino el modelo de negocio. Mendieta no adquirió un jet, sino un turbohélice, mucho más barato de operar y mantener. Además, no lo dejó en un cobertizo.
Gaizka Mendieta, en su labor como DJ. Foto: Instagram (@gaizkamendieta6)
«Busqué una manera de invertir bien: cuando no la usaba, la alquilaba«, dijo. A través de una sociedad gestora, el avión fue ofrecido a terceros, generando ingresos que ayudaron a cubrir los costos de mantenimiento, tripulación y estacionamiento.
Una lógica muy similar a la de plataformas como Uber: un activo caro que sólo es rentable si se utiliza de forma intensiva.
El excentrocampista generalmente contrasta esta medida con la cultura de los autos de lujo tan común en los vestuarios.
“El joven entraba con un Lamborghini o un Aston Martin y yo decía: “¿Pero a dónde vas con eso si vives con tus padres y ni siquiera tienes apartamento?”«, recordar.
Si bien estos vehículos perdieron valor nada más salir del concesionario, su avión, en buen estado, conservó gran parte de su precio de mercado. Después de cuatro o cinco años de uso lo vendió, recuperando así buena parte de la inversión..
Esta mentalidad emprendedora también se refleja en sus inversiones inmobiliarias, canalizadas a través de la empresa. Kiel Langer SLcon el que desarrolló naves industriales y viviendas en la Comunidad Valenciana.
Mendieta no niega el lujo, pero insiste en una idea sencilla: cada euro debe tener significado. Su avión privado no fue un símbolo de exceso, sino una herramienta para solucionar un problema real y, al hacerlo, ganar dinero.
Un ejemplo insólito en una generación marcada por la ruina tras la jubilación.
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