¿Eres ecoísta o narcisista? Dos polos opuestos y ninguno positivo según la psicología
El narcisismo está en boca de todos. Identificamos bajo esta etiqueta a quienes experimentan una trastorno de personalidad narcisista o coincidir con varios de sus rasgos. Sobrevaloración, imposición de ideas, manejo y la percepción de que el mundo gira alrededor de ellos facilita su identificación. Siempre quieren ser el centro de atención y lo consiguen. Es imposible ignorarlos.
Pero del otro lado, a la sombra de estas figuras que imponen su luz sobre todas las demás, se encuentran los ecoistas. El término, acuñado por el psicólogo Craig Malkin, explica los últimos consecuencias del narcisismo y nos ayuda a pensar en la otra cara de la moneda, que no necesariamente es más saludable.
El mito de Eco
Aunque utilizamos muy fácilmente el término “narcisista”, lo cierto es que pocas personas se paran a pensar en el origen de la palabra. Por supuesto, esto proviene de la mitología griega. Particularmente, desde el mito de Narciso, castigado por Afrodita por su crueldad, hasta enamorarse de su propia imagen. Pero ¿qué fue este acto cruel que despertó la ira de la diosa?
En algunas versiones del mito. hablamos de la ninfa eco. De hecho, también aparece representada en la famosa obra de William Waterhouse, probablemente la representación más conocida de Narciso. Eco era una ninfa que se enamoró profundamente de Narciso.incluso si presentaba una particularidad compleja. Sólo podía hablar repitiendo lo que decían los demás.. Ante su intento de seducir al hombre, fue cruelmente rechazada, y acabó escondiéndose en una cueva para desaparecer hasta convertirse sólo en una voz que repite las voces de los demás.
Él ecoísmo rescata del mito esta figura olvidada para explicar lo que Ocurre cuando alguien es sometido a la crueldad del narcisismo, especialmente dentro de la familia.. Porque sí, los ecoístas generalmente han sido niños y víctimas de padres y madres de narcisismo extremo.
¿Qué es el ecoísmo?
Así como la crueldad de Narciso hizo que Eco se escondiera y desapareciera, narcisismo con un padre o una madre puede moldear la personalidad de un individuo hasta convertirse apenas en una voz que repite lo que le rodea. Ésta es, hasta cierto punto, la última y más grave consecuencia del narcisismo.
Pero ¿en qué consiste el ecoísmo? ¿Cómo podemos identificarlo en los demás o en nosotros mismos? La psicóloga Belén Picado explica que las características clave de este tipo de personas son:
- Alta sensibilidad emocional. Las personas ecoístas tienden a ser extremadamente sensibles, muy vulnerables a las críticas y humillaciones. Lo más probable es que los hayan experimentado cruelmente en la infancia y ahora reaccionen intensamente ante ellos. Además, es común que estas personas vivan a diario con sentimientos muy intensos de culpa, enfado, tristeza y vergüenza. También son muy empáticos, hasta el punto de que tienden a poner a los demás en primer lugar hasta extremos poco saludables.
- Dificultad para reconocer y expresar las propias necesidades. Quienes crecieron a la sombra de un Narciso a menudo pierden el contacto con sus propias emociones y necesidades, ya que viven sumisos a los deseos de esta figura narcisista. Han aprendido que para sobrevivir deben centrarse en lo que los demás quieren o necesitan, lo que les impide compartir lo que sienten con los demás.
- Hipervigilancia. Este rasgo psicológico, común entre las personas con trastornos de ansiedad, hace que el ecoista permanezca atento a todo lo que sucede. Vigile tanto las emociones y reacciones externas como las suyas. Te preocupas (excesivamente) por cómo tus palabras o acciones afectan a los demás. No querrás causar incomodidad, conflicto o molestia. Todo ello lleva a un proceso de “autocancelación”. Al igual que Echo, acaba convirtiéndose simplemente en una voz que repite lo que dicen los demás, por miedo a provocar ira o rechazo en los demás.
- Baja autoestima. Las personas ecoístas tienden a tener una autopercepción muy negativa. No se valoran positivamente, probablemente porque crecieron bajo el control de un personaje manipulador, que les hizo sentir mucha culpa y vergüenza durante su infancia.
- Miedo a destacar. Es común que los ecoistas resten importancia a sus talentos, habilidades y logros. No quieren ser el centro de atención ni destacarse, porque han aprendido que esto puede desencadenar las burlas o los ataques del narcisista. Por eso prefieren quedarse atrás, escondidos en esta cueva de la que nos habla el mito.
Si te identificaste con alguno o todos estos rasgos, Es importante que sepas que, al igual que el narcisismo, el ecoísmo se puede trabajar en terapia.. Eres digno del amor y el cuidado que muestras a los demás, y el primer paso para lograrlo es pedir ayuda.
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