Es una violación que no termina nunca
Un hombre, aún hoy desconocido, se hizo con unas fotos íntimas de Patricia Franquesa y se dedicó a enviarlas a todo su entorno porque ella se negó a pagarle para que no lo hiciera. Esta productora audiovisual, sin embargo, logró girar las tornas de la violencia machista digital y revelarse contra su agresor, lo que está contribuyendo a que muchas mujeres también pierdan el miedo. ¿Cómo? Franquesa ha firmado un documental que narra toda su historia, ‘Diario de mi sextorsión’. «Es muy bestia pero cuando perdí el miedo y la vergüenza fue cuando lo desactivé, lo reventé y me dejó en paz», asegura.
Todo empezó el martes 14 de mayo de 2019, en un viaje de trabajo a Madrid. «La industria me había seleccionado por la primera peli que estaba produciendo», explica Franquesa. «Yo era la mujer más joven y quería que todo aquello saliera bien». Pero en el bar El Brillante, en Atocha, le robaron el ordenador. «Fue horrible porque llegué tarde, tuve que poner la denuncia del robo… Lo que aún no sabía era todo lo que vendría después», sigue Franquesa.
Tres meses más tarde, en agosto, un amigo la contactó para avisarle de que le habían llegado imágenes suyas de contenido muy íntimo. «Y en aquel momento me acordé de un correo electrónico que había recibido semanas atrás y que yo pensé que era ‘spam'», explica. En concreto, era un ‘mail’ anónimo en el que alguien le advertía de que había ‘hackeado’ su ordenador y que había encontrado fotos que ella no querría mostrar a nadie. «Me dijo que tenía una lista de todos mis contactos y que, si no le mandaba 2.400 euros en bitcoins, las vería todo el mundo». En ese momento fue cuando se dio cuenta de que la estaban extorsionando con fotos de contenido sexual almacenadas en su ordenador.
Mala experiencia en comisaría
«Tienes el primer minuto de vergüenza, de preguntarte si hay que explicarlo o esconderte. De si es culpa tuya lo que te está ocurriendo por tener esas fotos, de si te lo mereces… Lo jodido es que te meten dentro de una trampa donde solo ellos tienen la solución», sigue. Pero al final optó por contarlo y denunciar. Habla de forma crítica de su experiencia con los Mossos. Comentarios paternalistas y de culpabilización que también evidenciaban una falta de especialización en el asunto. De hecho, aún hoy no se ha encontrado al extorsionador, a pesar de que sí se ha sentenciado al autor del robo del portátil.
Tras la denuncia, el ‘hacker’ siguió con la extorsión. Avisó, y luego realizó, un envío masivo de las fotos a 300 contactos de Franquesa a través de un correo electrónico. También envió un mensaje a todos sus contactos de LinkedIn ofreciendo un empleo. «Pero cuando clicabas al enlace salían, de nuevo, mis fotos íntimas. Aquello era como una violación masiva 24 horas. ‘Non stop’. En cualquier momento alguien estaba delante de mi coño», sigue Franquesa. Y luego regresó, con otro ‘mail’, con la advertencia de enviar las fotos a mil contactos más.
«Al final me desbordé porque pensaba: ‘Esto no acabará nunca’. Usaba mis contactos para que yo tenga vergüenza. Y al final decidí publicarlo yo en mis redes». Subió a Instagram y a Facebook un ‘post’ con sus fotos avisando de lo que le estaba ocurriendo, con el mensaje de que, si recibían el correo, se lo hicieran llegar para recabar aún más pruebas. A partir de entonces, no volvió a saber más de él. «Cuando dejé de tener miedo se acabó. Es algo muy psicológico. Y para detener este abuso de poder hay que cambiar las reglas».
Para Franquesa es fundamental hablar del daño que provoca esta ciberviolencia. «Yo recuerdo mucha ansiedad y psicosis porque tu estás conectada y disponible 24/7. Más que en la vida real. Es como tener un fantasma a tu lado que te va pegando y no sabes de dónde vienen las hostias. Cada ‘email’ que me llegaba me provocaba terror. Él sabía dónde vivía, qué hacía.. lo sabía todo y podía presentarse en cualquier momento y hacerme daño. Te haces una especie de ‘gaslighting’ a ti misma». «No había domingos ni lunes. Es una violación que no termina nunca».
Soledad
Uno de los peores momentos, dice, es cuando su padre recibió las fotos. «Es muy vergonzante que tu familia te vea sexualizada. Pero ellos son quienes más me han apoyado en esto», reconoce. También explica que hay quien la ha juzgado. «Comentarios de que no debería tener esas fotos, de que me lo merezco…». De hecho, asegura que en todo este proceso se ha sentido muy sola. «Era yo contra la pantalla, nadie me podía ayudar. Y sufres mucho».
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Desde el primer minuto, Franquesa fue documentado toda la sextorsión para el documental que se ya se puede ver en algunas salas de cine. El próximo 28 de noviembre se proyectará en el Canòdrom d’Horta a las 18.30 horas y próximamente se podrá ver en Movistar y en TV3. «A mí me ha ayudado a sacarme de encima la verguenza, y animar a la gent que no calle. Y que si extorsionador quería apartame profesionalmente, no lo ha conseguido para nada».
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