espinacas cargadas de hierro para afrontar el invierno
Son las reinas de las huertas cuando el frío aprieta. Ricas en ácido fólico (que ayuda en el crecimiento de los tejidos y el trabajo celular, por eso se lo recomiendan tanto a las embarazadas) y ricas sobre todo en hierro. Las espinacas, y sus primas hermanas las acelgas, forman parte de las verduras conocidas como de hoja verde y aunque la costumbre es comerlas hervidas, lo cierto es que sus posibilidades culinarias son enormes. Dan hasta tomar en forma de batido, combinada con otros alimentos.
«Son dos productos que tienen muy buen mercado, aunque en los últimos años los consumidores, en lugar de comprarlas a granel, como se hacía antes, se han pasado a lo que se denomina la cuarta gama, es decir, a las bolsas, en las que ya vienen lavadas y troceadas», explica Josep Panyella, presidente de la Cooperativa Agropecuària de Gavà, en el Baix Llobregat.
Enero es el mes en el que estas dos hortalizas, que se siembran entre septiembre y octubre, alcanzan su mejor punto. «Aunque ahora las hay todo el año, desde finales del otoño y hasta marzo es cuando se encuentran en el máximo de producción en las áreas en las que se cultiva en Cataluña, esto es el Maresme, el Vallès y el Baix Llobregat», prosigue el productor, que también cuenta con un puesto mayorista en Mercabarna. «Se venden, sobre todo, para las cocinas de residencias u hospitales, que las consumen los 12 meses del año», señala Panyella.
Este año, sin embargo, la espinaca de proximidad no lo ha pasado bien. «La dana de finales de octubre azotó con fuerza el delta del Llobregat y castigó especialmente a esta hortaliza, que es muy sensible al exceso de agua y a la humedad», cuenta. Las acelgas, más resistentes, soportaron mejor el temporal. «Eso no significa que este año no vaya a haber espinacas, en absoluto, porque van a llegar de otras zonas productoras donde no ha habido problemas con el mal tiempo», remacha.
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Espinacas y acelgas son, además, de los alimentos más baratos de la verdulerías. «Un manojo, de entre 700 y 800 gramos, sale en Mercabarna por entre 60 y 80 céntimos», indica Panyella. Son también sumamente versátiles en la cocina, sobre todo las primeras, que, además de añadirse a los batidos de proteínas, se pueden comer en ensalada, en quiches, croquetas o empanadas y, una vez hervidas, de distintas maneras, ya sea con pasas y piñones, con crema de leche o con bechamel, o en tortilla.
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