El genocidio de Darfur se interpreta como una masacre lenta y brutal. Tiene altibajos. No es sistemático, como ocurriría en los campos de concentración nazis, ni trae consigo el salvajismo acelerado del machete que caracterizó el genocidio de Ruanda. El genocidio de Darfur comenzó en febrero de 2003, al menos esa es la fecha oficial, y fue detenido en 2020 tras enormes esfuerzos impulsados ​​por Naciones Unidas y la comunidad internacional. Durante los primeros cinco años del genocidio se estimaron 300.000 víctimas. Se estipula que otras 200.000 personas fueron asesinadas en los doce años siguientes. Son cifras estimadas. Nadie lleva la cuenta. No es sistemático, no sigue la estricta metodología alemana, pero su extensión en el tiempo también dificulta su seguimiento.

Múltiples medios de comunicación internacionales, incluyendo LA RAZÓNllevan más de un año denunciando la reactivación del genocidio de Darfur como consecuencia de la guerra civil iniciada en Sudán en abril de 2023. Hay múltiples pruebas de ello. Para empezar, que uno de los bandos opuestos en el conflicto, el grupo paramilitar conocido como Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) nació en 2013 con el objetivo de eliminar a los grupos armados que luchaban contra el gobierno sudanés del momento… que luchaban contra el gobierno sudanés en respuesta, precisamente, al genocidio en Darfur. Las RSF también son consideradas una extensión de las milicias Janjaweed, compuestas exclusivamente por darfuríes de etnia árabe que fueron los principales autores del genocidio de Darfur, que afecta a las etnias negras que pueblan la zona.

No hace falta pensar demasiado para comprender que las etnias negras de Darfur volvieron a estar en peligro al iniciarse una guerra civil (descontrol, desgobierno, actos sin consecuencias ni castigo) en la que uno de los bandos implicados participó directamente en el genocidio ocurrido. entre 2003 y 2020. Y las primeras noticias al respecto no tardaron en llegar. En noviembre de 2023, se informó que RSF había llevado a cabo una masacre de 1.300 personas el 2 de noviembre. en un campo de desplazados de Darfur occidental. Sitiaron el campamento, matando a 1.300 e hiriendo a 2.000. Más de 300 personas desaparecieron en el ataque. Todas las víctimas pertenecían al grupo étnico masalit. El portavoz del ACNUR, William Spindler, confirmó en una conferencia de prensa en Ginebra que “Hemos recibido informes de refugiados que llegan a Chad y hablan de milicias armadas que van de casa en casa matando a hombres y niños en Ardamata”.

La ciudad de Geneina.capital de Darfur Occidental, también sufrió episodios escalofriantes en mayo y junio de 2023. Sólo el 12 de mayo, 280 personas fueron asesinadas a machetazos, según el Sindicato de Médicos de Sudán, aunque otras fuentes indicaron que el número de víctimas superó las 300. También se estima que alrededor de 2.000 personas fueron asesinadas en Geneina por las RSF y sus aliados Janjaweed sólo en el mes de mayo. Los testimonios de esas fechas hablaban de “niños amontonados y fusilados” cuando intentaban escapar del pueblo.

Asimismo, múltiples imágenes de satélite, capaces de llegar a zonas absolutamente inaccesibles para las organizaciones humanitarias, han demostrado en los últimos meses cómo Pueblos enteros de la etnia masalit han sido borrados del mapa y reducidos a cenizas.. Se desconoce el destino de los habitantes de estos lugares debido a la falta de información disponible. Son miles de personas cuyas casas han sido destruidas y cuyo destino se desconoce. Miles que desaparecen como gotas de agua que se evaporan en el desierto.

Finalmente, tras un año y medio de denuncias, Estados Unidos reconoció este martes que los sucesos de Darfur pueden calificarse de genocidio y ha decidido sancionar a los responsables por ello. En un comunicado firmado por el Secretario de Estado Antony Blinken, se precisa que “hoy anunciamos la designación de Hemedti en virtud del artículo 7031(c) por su participación en graves violaciones de derechos humanos en Darfur, a saber, el violación masiva de civiles por soldados de las RSF bajo su control”. Además, en el texto aparece una palabra clave: genocidio. “Basándome en esta información, he llegado a la conclusión de que miembros de las Fuerzas de Seguridad del Sudán y sus milicias aliadas han cometido genocidio en Sudán”.

Además de sancionar al líder de RSF, Mohamed Dagalo, alias Hemedti, los estadounidenses han optado por sancionar a siete empresas del grupo paramilitar con base en los Emiratos Árabes Unidos. En otro fragmento del comunicado se destaca que las milicias “han asesinado sistemáticamente a hombres y niños, incluso bebés, por motivos étnicos, y han atacado deliberadamente a mujeres y niñas de ciertos grupos étnicos para violarlas y cometer otras formas de violencia sexual brutal”.

El papel de los Emiratos Árabes Unidos Tampoco hay que desdeñarlo. El país árabe es el mayor aliado de RSF, gracias al suministro de armas, pero también es conocida la presencia física de soldados emiratíes sobre el terreno que participan en el conflicto junto al grupo paramilitar. Es decir, el genocidio en curso en Darfur difícilmente podría llevarse a cabo si los Emiratos Árabes Unidos no proporcionaran armas a los paramilitares. Las sanciones a las empresas con sede en los Emiratos Árabes Unidos son un primer paso en este sentidocuando Blinken también consideró en su comunicado que “una persona también será sancionada por su papel en la adquisición de armas para las RSF”. El nombre no está especificado.