Estas son las diferencias entre pavo, pava y pavita
La llegada de diciembre trae consigo uno de los dilemas culinarios más habituales en los hogares españoles: la elección del plato principal para las fiestas. Aunque existen múltiples opciones, las aves siguen reinando en las mesas, convirtiéndose en el símbolo indiscutible de la celebración. Sin embargo, a la hora de acudir al mercado, surge una duda recurrente entre los consumidores que puede determinar el éxito o el fracaso del banquete. Elegir entre pavo, pava o pavita es una decisión que va mucho más allá del simple tamaño de la pieza, pues implica variaciones significativas en el sabor, la textura y, sobre todo, en la forma de cocinarlo, explica el chef Alfonso Castellano ante unos ejemplares de Aves de España, la asociación que vela por la producción de carne de aves de corral de nuestro país.
[–>[–>[–>Comprender las características biológicas y de crianza de cada animal resulta fundamental para acertar con la receta navideña. Lejos de ser sinónimos intercambiables, cada denominación esconde un perfil gastronómico único que se adapta a diferentes necesidades, comensales y técnicas de cocción.
[–> [–>[–>Claves para distinguir entre sexo, edad y peso
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Identificar correctamente el producto es el primer paso para una compra inteligente. Comercialmentre, el término pavita hace referencia a un animal joven, que puede ser tanto macho como hembra, con un peso en canal que oscila entre los 2,5 y los 3 kilos. Este ejemplar destaca por tener una piel que aún no ha generado demasiada firmeza y unos tendones poco desarrollados, características propias de su juventud. Por otro lado, encontramos la pava, que es la hembra adulta. Dentro de esta categoría, existe una variante muy codiciada: la pava de Navidad. Este animal recibe una alimentación especial y tiene un ciclo de cría de entre 60 y 65 días, alcanzando un peso en canal de hasta 5,5 kilos. Su crianza está específicamente diseñada para los asados de estas fechas y Acción de Gracias.
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En el extremo opuesto de la balanza se sitúa el pavo, que corresponde al macho adulto. Estos ejemplares son considerablemente más grandes, con un peso que puede variar entre los 7 y los 12 kilos, llegando incluso a los 13 kilos en canales destinados a la industria. Debido a su gran tamaño y firmeza, el macho estándar suele destinarse a carnes procesadas, como picadas para hamburguesas o fiambres industriales, ya que las piezas enteras son demasiado voluminosas para los hornos domésticos convencionales.
[–>[–>[–>Una experiencia sensorial distinta en cada bocado
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Las diferencias organolépticas entre estas tres opciones son notables al paladar. La pavita es, sin duda, la opción más apreciada en fresco por quienes buscan delicadeza. Su carne ofrece una textura muy tierna y un sabor suave y neutro, ideal para paladares no habituados a sabores fuertes. Además, presenta un porcentaje de grasa ligeramente mayor, lo que aporta una jugosidad extra.
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Por su parte, la pava se caracteriza por tener una carne más tierna y fina que la del macho, con menos tejido conjuntivo, lo que se traduce en pechugas menos secas y un equilibrio perfecto entre potencia de sabor y amabilidad en boca.
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[–>Contrariamente, el pavo macho ofrece una carne mucho más firme y musculada, con una intensidad de sabor superior. En estos animales, la diferencia entre las piezas magras, como la pechuga, y las partes grasas, como los muslos, es muy evidente. Su grasa es mayoritariamente cutánea y no intramuscular, lo que requiere un control preciso de los tiempos de cocción para evitar que la carne quede seca.
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El método de cocción ideal para cada pieza
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Seleccionar el ave correcta depende enteramente del plato que se desee preparar. La pavita destaca como la opción más versátil para la cocina diaria o elaboraciones rápidas. Su ternura natural permite cocciones cortas, siendo perfecta para escalopines, preparaciones al vapor, salteados en ‘wok’.
[–>[–>[–>Sin embargo, para la gran cena de Nochebuena, la pava suele ser la reina. Es el animal perfecto para asados moderados y cocciones suaves de larga duración. Al rellenar su cavidad abdominal, se facilita una hidratación continua, logrando un resultado jugoso y elegante, ideal para grupos de entre 4 y 6 personas.
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Para las grandes reuniones familiares donde el tamaño importa, el pavo macho es la elección tradicional. Su musculatura resiste cocciones prolongadas e intensas, típicas de los asados navideños monumentales. La amplitud de su cavidad permite introducir grandes cantidades de relleno, lo que ayuda a aromatizar la carne desde el interior. Además, su precio por kilo suele ser más económico, convirtiéndolo en una opción rentable para alimentar a numerosos invitados. Cocinarlo requiere paciencia, siendo ideal para braseados, ahumados o guisos contundentes donde se busca un sabor con carácter y presencia.
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