Las autoridades estadounidenses mantienen un extenso operativo de búsqueda para localizar al presunto autor del tiroteo ocurrido la tarde del sábado en la Universidad de Brown, en Providence, Rhode Island.. El atacante, descrito como hombre de unos 30 años, vestido con ropa oscura y posiblemente con una máscara de camuflaje gris, logró escapar a pie tras abrir fuego en el interior de un edificio académico donde se celebraban los exámenes finales.

El tiroteo dejó al menos dos estudiantes muertos y nueve personas heridas, la mayoría estudiantes de la universidad. Ocho de los heridos permanecen hospitalizados, varios de ellos en estado crítico. Según las autoridades, Dos víctimas murieron antes de que los servicios de emergencia pudieran transportarlas a un centro médico.

El sospechoso fue captado por las cámaras de seguridad al salir del edificio Barus and Holley, que alberga aulas y laboratorios de ingeniería y física, y caminando por Hope Street antes de desaparecer. Hasta el momento, el arma utilizada en el ataque no ha sido recuperada y la policía no ha confirmado si el atacante actuó solo o si recibió ayuda para huir.

Más que En la operación de búsqueda participan 400 agentes de fuerzas locales, estatales y federales, incluidos el FBI y la ATF. El campus y las áreas circundantes permanecieron bajo orden de quedarse en casa durante horas, mientras la policía evacuaba los edificios y escoltaba a los estudiantes y al personal a lugares seguros. La universidad se mantiene en alerta máxima y ha suspendido exámenes y actividades académicas.

Las autoridades han pedido a la población revisar las cámaras de seguridad privadas y proporcionar cualquier imagen o información que ayude a identificar y localizar al sospechoso. El FBI habilitó un canal específico para recibir pistas del público.

El ataque ha reavivado el debate sobre la seguridad en los campus universitarios y la acceso a los edificios durante los períodos de exámenes, luego de que se confirmara que las puertas del inmueble estaban abiertas al público al momento del tiroteo. Mientras tanto, la comunidad de la Universidad de Brown sigue conmocionada, esperando respuestas y con la prioridad puesta en el arresto del hombre que, por ahora, se ha convertido en uno de los fugitivos más buscados del país.