GUERRA UCRANIA RUSIA | Putin no descarta reunirse con Zelenski bajo ciertas condiciones
El presidente de Rusia se abre a la posibilidad de celebrar un encuentro cara a cara con su homólogo ucraniano, siempre que se cumplan ciertas condiciones. Al menos en apariencia, Vladímir Putin, estaría dispuesto a mantener una reunión personal con Volodímir Zelenski, un presidente al que, en sus intervenciones públicas de los últimos años, ha venido arrebatando toda pátina de legitimidad política, y que se halla al frente de un país cuya existencia considera algo así como una aberración histórica. Eso sí, bajo determinadas premisas, en particular que los denominados ‘sherpas’, los funcionarios de cada Estado que preparan una cumbre o una reunión de alto nivel, hayan «estrechado las distancias», ha subrayado el portavoz presidencial, Dmitri Peskov.
De confirmarse con hechos esta declaración -nada garantiza de momento que no se trate de una nueva maniobra dilatoria del líder del Kremlin- constituiría un mínimo cambio de parecer respecto a una cuestión en la que hasta el momento, desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, se había mostrado intratable: una reunión con Zelenski al mismo nivel, que algo que equivaldría a la admisión de legitimidad respecto a un presidente a quien Putin no solo detesta en lo personal, sino que también se halla al frente de un estado cuya existencia considera ha sido impulsada de forma artificial desde Occidente. Para la parte ucraniana, semejante evento es imprescindible.
EEUU y su presidente, Donald Trump, han venido emitiendo en las últimas semanas crecientes señales de impaciencia hacia el Kremlin y en particular hacia Putin, debido a su reticencia a embarcarse de buena fe en negociaciones para detener las hostilidades y poner freno a las espantosas cifras de muertos y heridos, mucho más elevadas en el bando ruso que en el ucraniano. «Estoy muy decepcionado» con el presidente ruso, ha llegado a afirmar públicamente el norteamericano. Es toda una novedad tras su llegada al poder en enero pasado, después de medio año en los que Trump y también miembros destacados de su Administración han repetido sin cesar argumentos favorables a las narrativas del Kremlin y han descargado en Kiev el peso de la responsabilidad por la falta de avances diplomáticos hacia una tregua.
Buenas palabras
Pese a las buenas palabras hacia los esfuerzos del magnate neoyorquino en favor de una tregua, en la práctica Putin «ha hecho descarrilar toda esperanza de un avance significativo hacia la paz mediante la adopción de tácticas dilatorias y la insistencia en demandas maximalistas que de hecho hubieran supuesto el fin del estado ucraniano», ha valorado Peter Dickinson, director de ‘Business Ukraine Magazine’, en un artículo publicado en ‘Atlantic Council’. «Esto ha colocado a Trump en una posición difícil quien, tras meses de hablar de las perspectivas de la paz, se ha visto obligado a admitir finalmente que Putin no tiene ningún interés en poner fin a la guerra«, ha continuado. Al margen de la retórica encendida y de gestos teatrales como el envío de dos submarinos nucleares a las proximidades de Rusia, en esta ocasión Trump parece dispuesto a pasar incluso a los hechos, y ha advertido con imponer elevados aranceles secundarios a la India, país que importa de Rusia un tercio del crudo que consume.
Con estos mimbres, el líder de EEUU ha despachado a Steven Witkoff y a Keith Kellogg, sus dos enviados especiales para el conflicto ucraniano, a Moscú y a Kiev respectivamente, para dar «una última oportunidad» a la paz. En la capital ucraniana, según la prensa local, existen escasas expectativas de que las reuniones puedan traducirse en algo sustancial sobre el terreno, pero sí crece la esperanza de que la nueva retórica agresiva de Trump pueda traducirse en cambios en el «apoyo estadounidense a Ucrania» bajo la Administración de Trump, informa ‘The Guardian’.
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