Hyundai i20 2024, directo

El Hyundai i20 con acabado N Line representa una perfecta combinación entre la practicidad del segmento B y el espíritu deportivo de la división N de la marca coreana tal y como hemos comentado. Además en esta versión con motor 1.0 TGDI de 100CV con microhibridación de 48V hay sobre el papel un buen equilibrio de prestaciones y las ventajas de la etiqueta ECO de la DGT. Es uno de los utilitarios más interesantes y prácticos con un precio muy razonable que en esta versión también hay algunas pinceladas deportivas para hacerlo algo más atractivo.
El Hyundai i20 se lanzó por primera vez en 2008 como sustituto del Hyundai Getz, posicionándose estratégicamente entre el i10 y el i30 en la gama de la marca surcoreana dentro de una franja de mercado europeo muy interesante. La primera generación (2008-2014) se presentó en el Salón del Automóvil de París con una gama de motores gasolina modestos y económicos con opciones de 1.2 litros hasta 1.6 litros de 126CV además de versiones diésel. La segunda generación incorporó en 2016 un moderno motor de tres cilindros turboalimentado de 1.0L en variantes de 100CV y 120CV a semejanza de las motorizaciones que iban incorporando otros fabricantes para sus compactos.
La tercera y actual generación debutó en 2020 como el primer modelo europeo de Hyundai con el nuevo lenguaje de diseño «Sensuous Sportiness», además de introducir la versión N Line que analizamos en esta prueba. El nombre «N» hace referencia a Namyang, que es el centro de I+D global de Hyundai en Corea donde nacen los conceptos de los modelos más avanzados de la marca pero también a la famosa pista alemana de Nürburgring, donde son desarrollados y probados los modelos más deportivos de la marca, como también hacen otras muchas marcas en realidad. Por lo tanto la letra N se asocia con ingeniería de última generación pero también con deportividad.
Frontal distintivo
Una de las señas de identidad de este modelo es el frontal. En su parte delantera, el i20 N Line presenta un diseño claramente más agresivo que la versión estándar, sobre todo por la elección de materiales y colores. La parrilla negra en cascada, característica distintiva de los modelos N Line, domina el frontal con un panel de rombos de gran tamaño y el logotipo de la marca en el centro. Los faros LED con sus formas afiladas y agresivas, proporcionando una «mirada» que se complementa perfectamente con esa parrilla. El complemento de las luces diurnas LED refuerzan su carácter deportivo. El paragolpes específico N Line incorpora una línea de carácter gris que le da un aspecto más dinámico, mientras que las entradas de aire laterales con forma triangular añaden un toque de agresividad.
El perfil lateral revela unas líneas más dinámicas y estilizadas que la generación anterior de este modelo. El pilar A es ahora más delgado y estilizado, lo que mejora significativamente la visibilidad frontal para el conductor. El pilar C termina en negro brillante para crear el efecto de techo flotante que es una opción de diseño muy actual, mientras que una línea de cintura elevada refuerza la sensación de deportividad . Las llantas de aleación de 17 pulgadas específicas del acabado N Line son otro elemento distintivo, con un diseño exclusivo que contribuye a su aspecto más dinámico. La posición visual se ve mejorada por un techo más bajo, mayor anchura y mayor longitud respecto a la generación anterior, creando una silueta más atlética y plantada sobre el asfalto.
En la zaga, el i20 N Line exhibe un diseño que nos recuerda a algunos compactos japoneses con ínfulas deportivas. Hay varios detalles que dan ese toque más racing como los grupos ópticos que tienen forma de boomerang más acentuada que en la generación anterior y que están conectados visualmente por una moldura transparente de plástico de forma horizontal o el spoiler trasero específico de esta versión, junto con un difusor en la parte inferior del paragolpes. El toque final es sin duda es el sistema de escape con doble salida cromada, exclusivo de la versión N Line. En conjunto, las dimensiones del i20 N Line (4.075 mm de largo, 1.775 mm de ancho y 1.455 mm de alto) representan un incremento respecto a la generación anterior, con una distancia entre ejes también mayor (2.580 mm), lo que beneficia tanto al aspecto exterior como al espacio interior.
Buenos acabados y materiales
El interior del i20 N Line también busca transmitir ese enfoque deportivo sin renunciar a una calidad de materiales y acabados que va en aumento y que ya aleja definitivamente la imagen que tenían los coches de esta marca en el pasado. Los asientos deportivos tipo baquet con el logo «N» y costuras rojas exclusivas llaman la atención nada más abrir la puerta y son la parte más diferenciadora de este acabado. El volante multifunción deportivo, forrado en cuero perforado también da otro toque exclusivo. Además tiene un tacto agradable y se maneja bien con un agarre adecuado incluso para una conducción algo más dinámica.
Además de la imagen deportiva, los asientos delanteros ofrecen un buen soporte lateral, ideal para una conducción deportiva, sin sacrificar la comodidad en trayectos largos gracias a un buen diseño y acolchado. La posición de conducción es excelente, con un volante ajustable en altura y profundidad, y un asiento del conductor con regulación en altura que permite encontrar rápidamente la postura ideal para cualquier estatura del conductor. Los pedales metálicos, la palanca de cambios N con inserciones rojas y los detalles en color rojo distribuidos estratégicamente por el habitáculo completan la atmósfera deportiva.
En esta generación Hyundai ha optado por una medida importante en el diseño del modelo y es el aumento de la distancia entre ejes. Esto se traduce directamente en un mayor espacio interior que repercute en más holgura para las piernas en las plazas traseras, algo que es difícil de encontrar en compactos de este tamaño. En definitiva la habitabilidad es muy buena, aunque en este segmento hay muchos fabricantes que han optado por soluciones similares asumiendo que el compacto ya no es un coche exclusivamente urbano sino que se convierte en el vehículo familiar también para viajes. Así el i20 dispone de espacio suficiente para que dos adultos viajen cómodamente atrás, aunque como es habitual en este segmento, la plaza central resulta más adecuada para trayectos cortos o niños.
Como sucede en los compactos el espacio de alacenamiento es clave para aumentar su practicidad. El Hyundai i20 N Line viene bien servido con una guantera de buen tamaño, amplios compartimentos en las puertas, un espacio bajo el reposabrazos central y diversos huecos repartidos por el habitáculo para guardar objetos pequeños. El acabado N Line incluye además un cargador inalámbrico para teléfonos móviles compatibles, un detalle de categoría superior. El maletero del i20 con motor 1.0 TGDI 48V tiene una capacidad de 262 litros, algo menor que la versión con motorización convencional (352 litros) debido al espacio que ocupa la batería del sistema híbrido bajo el piso.
A pesar de esta reducción, el espacio sigue siendo práctico, con formas regulares que facilitan el aprovechamiento máximo del volumen disponible y sigue siendo una buena capacidad para un coche de su tamaño. Además, para aumentar el espacio de carga, los asientos traseros pueden abatirse en configuración 60/40, ampliando el espacio a 1.075 litros cuando se necesita transportar objetos más voluminosos. La boca de carga es suficientemente ancha y el umbral no es excesivamente alto, facilitando la carga y descarga de objetos pesados.
Mucha tecnología
Otra de las tendencias del mercado es dotar a los modelos compactos de tecnología hasta ahora al servicio de loc coches más altos de gama. En el i20 el cuadro de instrumentos digital de 10,25 pulgadas es uno de los puntos fuertes de este, ofreciendo una visualización clara y personalizable de la información. Se complementa perfectamente con la pantalla táctil del sistema de información y entretenimiento, también de 10,25 pulgadas. Este sistema es compatible con Android Auto y Apple CarPlay de forma inalámbrica, y se complementa con la conectividad Bluelink de Hyundai, que permite controlar diversas funciones del vehículo remotamente desde el smartphone.
En el apartado de sonido, el sistema cuenta con altavoces de buena calidad y, en las versiones más equipadas, puede incluir un equipo firmado por BOSE con amplificador y subwoofer. Como decíamos los compactos son cada vez más listos, y en el caso del i20 el equipamiento de asistencia a la conducción es otro de los puntos destacados. Incluye Control de Crucero Inteligente basado en la navegación (NSCC), Asistencia Inteligente de Límite de Velocidad (ISLA), Advertencia de Asistencia para Evitar Colisiones en Punto Ciego (BCA), Asistencia en caso de colisión trasera (RCCA) y Asistencia para evitar colisiones en el estacionamiento en marcha atrás (PCA-R). Completan el conjunto el sistema activo de seguimiento de carril, la asistencia a la frenada de emergencia para peatones, ciclistas y vehículos, y una cámara de visión trasera que facilita las maniobras de aparcamiento.
Un motor moderno y racional
El corazón del Hyundai i20 N Line que probamos no está a la altura de los hatchback deportivos que mencionábamos al principio, pero dispone de potencia suficiente para desenvolvernos sin problemas en cualquier situación. Se trata de un motor gasolina 1.0 T-GDi turboalimentado de tres cilindros que desarrolla 100 CV a 4.500-6.000 rpm y un par máximo de 172 Nm que está disponible desde muy bajas revoluciones (1.500 rpm) y se mantiene hasta las 4.000 rpm por lo que tiene un rango de uso bastante amplio, lo que se nota en recuperaciones por ejemplo. Sin ser el último grito es un propulsor bastante refinado, con vibraciones mínimas para tratarse de un tricilíndrico, y como decíamos con una buena elasticidad que facilita la conducción diaria.
Lo que diferencia a esta versión es su sistema de hibridación ligera de 48V, que consiste en un motor-alternador conectado por correa (MHSG) al motor principal. Este sistema cumple varias funciones: proporciona asistencia eléctrica durante las aceleraciones (modo boost), recupera energía durante las frenadas, y permite que el vehículo ruede por inercia con el motor desacoplado cuando las condiciones lo permiten. La batería de iones de litio de 48V se ubica bajo el piso del maletero. Este sistema de propulsión complementario contribuye a reducir el consumo y las emisiones entre un 3-4%. En condiciones reales, el sistema microhíbrido aporta entre 5-13 CV adicionales en aceleraciones, dependiendo del estado de carga de la batería.
Al volante el i20 no da muchas sorpresas, el propulsor es voluntarioso y ahorrador con una buena respuesta lo que lo hace muy ágil en ciudad, gracias también a un radio de giro pequeño y a su tamaño compacto. La dirección es ligera y precisa contribuye a una conducción relajada. El sistema Start/Stop, potenciado por la tecnología microhíbrida, funciona de manera casi imperceptible gracias al motor-alternador, que reinicia el motor de forma instantánea y suave. El sistema de hibridación ligera demuestra aquí su mayor eficacia, permitiendo arranques más rápidos y suaves, especialmente útiles en el tráfico congestionado de las grandes ciudades. En circulación a baja velocidad, el motor responde con suavidad y sin tirones, mientras que la suspensión, a pesar de ser más firme en esta versión N, es bastante confortable. El consumo en ciudad se mantiene en cifras muy razonables, en torno a los 5,5-5,7 l/100km, lo que demuestra la eficacia del sistema microhíbrido en este entorno.
En carreteras viradas se nota que el coche podría dar más con el chasis que tiene y en ocasiones los 100 caballos se quedan cortos para arrancarle todas las emociones que sería capaz de proporcionar. Es estable en curva gracias a una dirección bastante precisa y a una suspensión bastante firme. La dirección es comunicativa y directa, permitiendo trazar las curvas con precisión y recibiendo información constante del agarre de los neumáticos. El motor no responde con demasiada contundencia, aunque a partir de 2.500 rpm podeos arrancarle algún caballo más para maniobras de adelantamiento o para enlazar curvas a velocidad más alta.
En autopista, el i20 N Line ha sido una agradable sorpresa, con un comportamiento estable y un empuje, que sin ser emocionante, es suficiente para mantener un ritmo sostenido sin demasiado esfuerzo aparente, aunque no destaca especialmente en recuperaciones a alta velocidad (sobre todo si vamos cargados). En línea con ese aumento de la calidad percibida que mencionamos, la insonorización es buena para tratarse de un vehículo de este segmento, con un nivel de ruido contenido tanto del motor como del viento y rodadura. Los asientos ofrecen buen soporte, lo que reduce la fatiga en viajes largos, mientras que la suspensión, a pesar de su carácter más firme, filtra adecuadamente las imperfecciones del asfalto para mantener un buen nivel de confort.
El consumo en autopista se sitúa en torno a los 5,9-6 l/100km a velocidades legales, una cifra razonable para un motor gasolina turboalimentado de estas características, que demuestra la eficiencia del conjunto motor-hibridación. Los sistemas de asistencia a la conducción, especialmente el Control de Crucero Inteligente, facilitan la conducción en trayectos largos, reduciendo significativamente el estrés y la fatiga del conductor por lo que como decimos el i20 ha sido una agradable sorpresa para su uso en viajes.
Conclusiones
El Hyundai i20 N Line 1.0 TGDI 48V representa una propuesta muy interesante dentro del segmento B, combinando la practicidad de un utilitario con el espíritu deportivo de la división N y la eficiencia de la microhibridación. Es una mezcla equilibrada que responde a las exigencias actuales del mercado, donde los conductores buscan vehículos versátiles que ofrezcan una experiencia de conducción satisfactoria sin renunciar a la eficiencia. En el aspecto estético, el i20 N Line destaca por su imagen deportiva y moderna, con detalles específicos que lo diferencian claramente de las versiones estándar. El interior también acompaña, con acabados de calidad y un equipamiento tecnológico superior a la media de su categoría, especialmente en lo referente a sistemas de asistencia a la conducción.
El motor 1.0 T-GDI de 100 CV, potenciado por el sistema microhíbrido de 48V, ofrece un rendimiento satisfactorio pero poco deportivo si se pretende arrancar algo de diversión. Eso sí, en lo que respecta al consumo permite conseguir unas excelentes medias, sobre todo en autopista. Precisamente en este terreno es donde nos ha sorprendido muy agradablemente este i20 con un confort de marcha muy bueno para lo que nos esperábamos para un coche de su segmento y de su tamaño.
RESUMEN
El i20 N Line de Hyundai es un buen coche compacto muy versátil, que al buen desempeño en ciudad se le une un buen comportamiento en carretera y autopista. El toque de diseño del acabado N le da un toque deportivo interesante. Quizás el motor se quede un poco corto de potencia para las posibilidades del coche.
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