INDRA ÁNGEL ESCRIBANO | «Por supuesto que Indra está dispuesta a comprar Santa Bárbara»

Ángel Escribano (Madrid, 1971), el presidente de Indra, multinacional tecnológica participada mayoritariamente por el Estado, recibe a LA NUEVA ESPAÑA en la sede de la compañía en Alcobendas (Madrid), en medio de una jornada de trabajo frenética. Lleva en su despacho desde las seis de la mañana. «Prácticamente duermo aquí», bromea. Se sienta en una mesa alargada, no rehuye ninguna pregunta y realiza una declaración de calado para la región: Indra, el gigante tecnológico que preside desde enero, cuando sustituyó a Marc Murtra tras su marcha a Telefónica, está dispuesta a comprar la Fábrica de Armas de Trubia, que pertenece a General Dynamics. En la larga charla repite tres veces que la planta de producción para la industria armamentista que va a construir Indra se ubicará en Asturias, «que todo el mundo lo tenga claro», y destaca la complicidad con el Gobierno regional, especialmente con Sekuens (Agencia de Ciencia, Competitividad, Empresarial e Innovación Asturiana).
-El Gobierno ha dicho que, tras su llegada a la Presidencia de Indra, quiere hacer de la compañía un «campeón nacional» en el sector de la defensa. ¿Qué implica ese deseo?
-Nosotros estamos mucho más de acuerdo con otra expresión: somos el tractor, la compañía que tracciona a todas las demás y lidera grandes programas de defensa. La palabra campeón no es una de mis preferidas. Siendo buenos, no queremos que se nos conozca como el campeón. No, no me gusta esa expresión de campeón.
-Al poco de su llegada a la presidencia de Indra, se ejecutó la compra de Hispasat. ¿La estrategia va a seguir siendo la adquisición de compañías?
-La adquisición de Hispasat se enmarca dentro del plan estratégico de Indra, que se llama «Leading the Future». Una de las máximas de la compañía, según ese plan, es crecer en valor y en capacidad de gestionar grandes programas, tanto de defensa como del espacio. Para eso es muy importante tener el control de Hispasat y de Hisdesat, las dos compañías. Esto cuadra perfectamente con esta estrategia, que no inicié yo, pero con la que estoy totalmente de acuerdo. Tan de acuerdo, que además pensamos que, con los nuevos tiempos y el viento a favor, podemos conseguir los objetivos antes.
-En esa estrategia se incluye tener capacidad para realizar toda la cadena de producción. ¿Cómo logrará Indra eso teniendo en cuenta la actual fragmentación del sector?
-Es una pregunta oportuna. Lo que vamos a hacer en Indra es realizar los proyectos de principio a fin. No todos, evidentemente, porque tiene que haber sol para todo el mundo. Debemos ser la compañía que, con un bagaje industrial importante, traccione sobre una serie de pilares, entre los que están la parte del espacio, una importante de aeronáutica, ser líderes en la parte de tecnología y electrónica, que lo somos desde hace muchos años, y la parte de los vehículos terrestres. Sobre estos pilares básicos queremos dotarnos de la mayor independencia, lo que nos hará diferentes a los demás. Me voy a un ejemplo muy sencillo: no podemos pensar que, poniendo la pegatina a algo, este producto ya es nuestro. Eso no genera el valor por el cual esta empresa está llamada a ser el tractor de la industria de defensa. Lo será porque somos capaces, desde el tablero o la mesa del ingeniero, de hacer un diseño incluso antes de tener la idea. Y porque podamos producirlo, ensamblarlo, comercializarlo, venderlo y mantenerlo. Esa cadena de valor es la que queremos rescatar, porque está claro que es el ejemplo a seguir. Es lo que han hecho otras grandes compañías de defensa. Tampoco estamos reinventando nada: Indra ya fue así en el pasado.
Nadie me llamó para ser presidente de Indra, me presenté voluntario tras salir mi antecesor
-El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y su giro geopolítico abre un nuevo escenario industrial para el sector de la defensa a nivel europeo. ¿Cómo se posicionará Indra?
-Yo creo que se abre un nuevo escenario muy importante, que tiene una visión clara y cristalina. Los presupuestos que nos anuncian tienen cifras que asustan, con unos incrementos de las inversiones en defensa importantes. Está ese 2 por ciento del PIB anhelado e incluso hay países que hablan de mucho más. Se haba de una inversión en Europa con una cifra estratosférica en dinero… Sinceramente, creo que lo que estamos haciendo es simplemente estar preparados. No queremos que nadie nos regale nada. Vamos a estar preparados para acometer todas las tareas que se nos demanden. Para estarlo, tenemos ese cambio a la política inicial que tuvo esta compañía, que era la de producir, diseñar y comercializar el propio producto.
-¿Cómo le gustaría que se gestione el paquete milmillonario recientemente anunciado por la Unión Europea, que permitirá a los estados gastar en defensa sin endeudarse o destinar determinadas ayudas comunitarias a la industria de defensa?
-Permítanme que les conteste que sé lo mismo que ustedes, que es lo que publican los medios. Nosotros no participamos en esas decisiones todavía.
-¿Está capacitada Indra para competir con los gigantes europeos de la defensa, como la británica Bae Systems, la francesa Thales o la italiana Leonardo?
-Indra está capacitada para competir con los grandes en una serie de cosas, pero nuestra ambición es participar y competir con ellos en más, además de colaborar. Dentro de las tecnologías que tiene esta casa, que lideramos, lo que tenemos que hacer es aplicarlas a otras cosas que, posiblemente y por otras circunstancias, les habíamos prestado menos atención en el pasado. Eso es justo la atención que ahora queremos prestarles.
-¿A cuáles?
-Esta compañía se ha dedicado mucho a vender sistemas que después vendíamos a otros «sistemistas» que los integraban. Eso nos deja en una posición muy buena, porque tenemos un mercado muy grande al que vender a muchos clientes. Sin perder esa posición, porque no la vamos a perder, por el buen nombre que esta casa ha construido en los últimos 40 años en base a relaciones de confianza y exitosas, lo que vamos a hacer es subir un peldaño más y convertirnos en un «sistemista» de mayor valor añadido. Si antes estábamos entregando cámaras o software para aviones, helicópteros, barcos o vehículos, ahora lo que queremos hacer es empezar a dedicarnos a hacer cosas más concretas y de mayor valor añadido. O sea, realizar el sistema entero.
La expresión «campeón nacional» no es mi preferida, somos una compañía que tracciona a las demás
-En el contexto de esa estrategia de la que habla se produjo el incremento de la participación de Indra en el consorcio Tess Defence, que ahora lidera. Para este consorcio se habla de cifras mareantes, que rondan los 10.000 millones de euros en 15 años. ¿Qué tipo de proyectos pretende captar esta alianza?
-Así es. Adquirimos una mayoría para liderar el proyecto de la movilidad terrestre en España. Ese liderazgo nos lleva a una mayor responsabilidad con el cliente. Esa responsabilidad se tiene que traducir en que Indra asuma el control, que asuma el mando y que asuma que tiene unos accionistas, que solo son sus accionistas, pero que también pueden ser o son ya sus proveedores. En definitiva, que Indra gobierne directamente esa compañía por ser el accionista mayoritario, porque además no nos lo han regalado. Es un rol mucho más importante porque el responsable último es Indra y eso nos hace tener una mayor exposición en el sector, la cual acogemos con enorme entusiasmo. Nos vemos muy capaces de poder hacerlo.
-El consorcio pretende construir una planta de producción en Asturias, ¿saben ya dónde?
-En este punto debo decir que, en Asturias, lo que hemos encontrado son muchas facilidades y una gran complicidad con el Gobierno regional. Estamos encantados. En Asturias es donde se quiere hacer (la planta), es donde se hará y estamos ahora viendo estas cosas (en referencia a donde se ubicará). Yo sé que todo el mundo tiene muchas ganas de que se anuncie mañana mejor que pasado, pero tenemos que estudiarlo todo y ver dónde nos ponemos finalmente, porque hay varias opciones. Pero lo que sí tenemos claro es la región donde se ubicará, y ahí solo hay una opción, que es Asturias.
-¿Los terrenos de Nitrastur en Langreo son los mejor posicionados?
-Todos están bien posicionados. Pero tenemos que esperar a que terminen de hacer los estudios de los impactos que supone construir en una zona o en otra. No es tan sencillo. Es como cuando empiezas a hacer una obra en casa, que sabes cuándo la inicias, pero no cuándo la acabas. Imagínense para esto, que es mucho más a mayores. Han surgido iniciativas, cosas… La clave, para que lo tenga todo el mundo claro, es que Asturias es el sitio elegido, pero la ubicación final no la tenemos aún clara, porque van surgiendo opciones. Uno me viene con la idea de aquí, el otro con la de allí, otro me trae otra mucho más revolucionaria… Pero ninguna de las opciones sale de Asturias.
De un Taller en Coslada a Lo Más Alto de Indra, Siempre Con El apoyo de su Hermano
-En Asturias ya está General Dynamics, con su fábrica de Santa Bárbara. ¿Estaría Indra dispuesta en este contexto a adquirir esa factoría?
-(Se lo piensa). Pues a ver… Es una pregunta muy bien hecha. Pues, por supuesto. Creo que Indra sería el tractor correcto para traccionar toda esa industria. Lo que sí pueden tener claro es que Indra va a tener esa industria.
-¿Una hipotética compra de Santa Bárbara frenaría sus actuales planes de expansión en Asturias?
-También es una muy buena pregunta… Pues no. No frenaría la expansión en Asturias porque aquí hay que hacer la lectura del momento. Leía estos días que Macron (presidente de la República Francesa) decía que, en el año 2030, Rusia tendría no sé cuantos soldados y más de 4.000 vehículos nuevos. Evidentemente, en las fábricas actuales no hay capacidad para hacer 4.000 vehículos en poco tiempo. Lo que Indra está haciendo es ver las necesidades que existen en el mercado. Lo que vamos a hacer es estar preparados y capacitados para acometer esa demanda.
Asturias es el lugar elegido para hacer una planta de producción; el lugar exacto no está claro
-Escribano, la empresa que fundó y que ahora dirige su hermano, es accionista de Indra. ¿Qué influencia mantiene usted en la compañía?
-Tengo una influencia importante porque el apellido no lo puedo borrar y quien la lleva es mi hermano, que lo será toda la vida y es la persona más importante en mi vida junto con el resto de mi familia.
-Pero algo sabrá de los proyectos de Escribano, que también prevé una planta en algún lugar de Asturias y un centro de I+D en Avilés.
-Me los sé todos, porque los inicié yo, pero permítanme que no les conteste a ninguno, es mejor que lo hagan en Escribano.
-Tocada casi de muerte la minería y con algunas heridas la siderurgia, ¿la defensa se puede considerar como el verdadero nicho de futuro para la región?
-Los tiempos van cambiando y la minería es un recurso que se agotó por otros que salieron a la luz y que son más modernos. ¿Qué la defensa puede ser un camino excelente? Pues igual. Solo hay que leer la prensa para ver dónde se quieren gastar el dinero. Y si mañana sale que lo quieren gastar en parques y jardines, pues haré parques y jardines, porque tener una empresa con 59.000 empleados no nos hace ser igual que un burro, que tira de una noria siempre hacia la misma dirección. Tenemos un abanico abierto. Esta es una compañía que, por supuesto, se dedica a las tecnologías de la información, a defensa y al espacio. Y si vemos que este es el camino, es el camino. Es hacia donde va. Creo que, en Asturias, el Gobierno regional se ha posicionado muy bien al abrir las puertas a empresas de defensa. En Asturias lo han hecho genial, es de las comunidades que mejor lo hace.
No queremos que nadie nos regale nada, lo que estamos haciendo es prepararnos para los nuevos tiempos
-Volvamos al inicio. ¿Cómo se gestó su llegada a Indra? ¿Quién le llamó?
-No me llamó nadie: yo me presenté voluntario tras la salida de mi antecesor. Escribano es el segundo mayor accionista de esta compañía, con mucha diferencia, del doble, sobre el tercero. Tenía mucho sentido que el mayor accionista privado fuera el presidente de la compañía, cuando además mi trayectoria profesional está avalada por los 35 años que llevo en este sector.
-¿Se siente libre en una compañía participada mayoritariamente por el Estado, que a su vez es un gran demandante?
-Tengo las manos libres para hacer lo que el consejo de administración de esta compañía hace. Esta compañía se rige por el Ibex 35 y no por sus accionistas, que son una pieza clave, pero hay un consejo de administración con un buen gobierno, como marcan la normativa europea y la normativa nacional, donde directamente se toman unas decisiones con el consenso y el acuerdo.
-¿Qué tal la relación durante estas semanas con José Vicente de los Mozos, CEO de la compañía?
-Hay un entendimiento perfecto y una compenetración total. Somos dos personas industriales. Es la primera vez en la historia que Indra tiene un presidente que es dueño de parte de la compañía. Eso cambia mucho la película de la empresa.
Suscríbete para continuar leyendo
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí