JAPON CHINA COREA DEL SUR
Donald Trump, el señor de los aranceles, tiene secuestrada la atención del planeta con una agenda política, económica y comercial que avanza cada día, aunque sea a cámara lenta y entre tropiezos con la justicia. Las políticas proteccionistas del presidente de Estados Unidos son una oportunidad de negocio que sus socios tradicionales deben aprovechar para crecer en otros mercados internacionales, diversificar y reducir su dependencia de la primera economía del mundo. Japón, China y Corea del Sur constituyen una alternativa que ha de explorarse. Los tres concentran el 25% del PIB mundial y el 21% del comercio global. Forman un mercado vasto e interdependiente que, además, acaba de impulsar una alianza histórica a favor del libre comercio trilateral, en su primer diálogo económico en cinco años y en respuesta a los aranceles de EEUU.
En este contexto, el Govern acierta con el primer viaje intercontinental del presidente Salvador Illa a Japón y Corea del Sur, que acaba de terminar. Las relaciones económicas e institucionales de Catalunya con los dos países son aún muy incipientes, pero se han producido avances, testimoniales, aunque de gran valor, como el blindaje a una inversión ya prevista por Lotte en Mont-Roig del Camp y el apoyo a los lazos asiáticos del Barcelona Super Computing Center. Acompañar a proyectos en marcha, como una fábrica de la catalana Werfen y la coreana Seegene en Lliçà d’Amunt, era el objetivo.
Es prematuro, por tanto, hablar ya de Catalunya como socio estable y fiable del continente que más crece en el mundo. Pero ello no es óbice para reconocer que cultivar la relaciones con Asia es un paso en la buena dirección, como también lo es el anuncio de una segunda fase de la operación, que se realizará en China el próximo mes. En este caso existen proyectos comunes más relevantes, como el desembarco de la empresa automovilística Chery, que ensamblará coches en la Zona Franca y va camino de convertirse en la mayor empresa china en España. Trabajar para conseguirlo, en vez de fustigarse por los aranceles de Trump, es crucial.
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