Economia

John Müller: Defensa y criterios ESG

John Müller: Defensa y criterios ESG
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  • Publishedmarzo 24, 2025



Mark Rutte, Secretario General de la OTAN, dijo claramente en diciembre pasado a los europeos: «Dicen sus bancos y fondos de pensiones que es simplemente inaceptable negarse a invertir en la industria de defensa. La defensa no es en la misma categoría que las drogas ilícitas y la pornografía ». Existe el problema, tanto el pacto verde (sostenibilidad) como las nociones de poder suave (reputacional) legitimizado por Bruselas han creado un problema para el tiempo actual: el capital privado para la industria militar es penalizada y tanto los inversores como los bancos huyen de él.

En el documento de defensa blanco publicado por Bruselas la semana pasada, solo hay dos menciones sobre este asunto. Uno para decir que un diálogo con el sector comenzará de inmediato a «eliminar los obstáculos relacionados con el acceso al financiamiento, incluida la inversión de ESG (ambiental, social y de gobierno)» y otro para afirmar que la regulación sobre finanzas sostenibles (SFDR) «no impide el sector de defensa», sino que «aclaraciones adicionales» en la aplicación de esta regulación. Aunque de Tapadillo, lo anterior significa que, de hecho, la regulación europea ha tenido un impacto significativo en la inversión de defensa.

Existen restricciones a las compañías financieras que fabrican «armas controvertidas» por parte de la ONU (minas antipersonal, armas láser cegadoras, municiones de clúster). Estas empresas no pueden incluirse en los índices de referencia del mercado y se excluyen de la taxonomía de la UE. Resultado, cuando un administrador de fondos o un banquero recibe una solicitud, es más fácil marcar la caja y descartarlos para evitar problemas. La defensa energética y la transición (ecológica, por ejemplo, otros) han sido concebidas como exclusivas por la UE. Resultado: al final de 2023, el 74% de todos los activos de fondos de transición climática en todo el mundo (155,000 millones de dólares) siguieron un índice de referencia climático de la UE y, por lo tanto, no podían invertir en empresas involucradas en la fabricación de armas, según un informe del ‘Think Tank’ Bruegel.

También hay problemas de reputación. De los 27 bancos de la UE que actualmente aparecen en el índice del Índice de Bancos Euro de Stoxx, todos, excepto tres, tienen políticas que les prohíben financiar a las compañías involucradas en armas controvertidas o nucleares. Aunque las regulaciones de la UE no lo exigen, también muchas entidades de inversión y fondos aplican restricciones estrictas autoimpuestas a la inversión en empresas de defensa. Estas limitaciones van más allá del nominalismo de aquellos que desean hacer que el gasto climático pase como militar.

Coda final: No cumplir con su deber constitucional, el gobierno evita presentar un proyecto presupuestario ante el Congreso. España hoy se rige con las cuentas que aprobaron un parlamento que no existe (la Legislatura XIV, 2019-2023). jmuller@abc.es



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