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la ciudad francesa que no te esperas

la ciudad francesa que no te esperas
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  • Publishedmayo 7, 2025



Lo primero que me vino a la cabeza cuando pisé el aeropuerto de Nantes fue una idea simple: otra ciudad francesa más. Tranquila, correcta, con su ración justa de historia, arquitectura cuidada y cafés con terrazas. Y es que, a simple vista, nada me hacía pensar que esta ciudad del oeste francés, asentada a orillas del río Loira y a escasos 50 kilómetros del océano Atlántico, encerrara tantos motivos de asombro.

Sin embargo, basta con empezar a recorrerla para descubrir una ciudad que ha sabido reinventarse con audacia, sensibilidad y un sorprendente gusto por lo inesperado. Y todo ello tiene un porqué.

La obra de Philippe Ramette, 'Éloge du pas de côté' se encuentra en la Place du Bouffay y es una de las obras más emblemáticas de la ciudad de Nantes.
La obra de Philippe Ramette, ‘Éloge du pas de côté’ (en español, «Elogio del paso a un lado») se encuentra en la Place du Bouffay y es una de las obras más emblemáticas de la ciudad de Nantes. Simboliza el gesto de apartarse del camino trazado para mirar el mundo con ojos nuevos. Es una invitación amable a cuestionar lo establecido y abrirse a otras formas de pensar.

¿Qué hace de Nantes un destino tan singular?

Antigua capital del Ducado de Bretaña, Nantes ha vivido muchas vidas. Fue puerto comercial, bastión medieval, eje industrial y nudo ferroviario. Y hoy, sin renegar de su historia, se ha reinventado desde la cultura. ¡Y de qué manera!  

Se podría decir que el río Loira ya no transporta mercancías como antaño, sino ideas, creatividad y arte.

En el Jardín botánico de Nantes (Jardin des plantes) te encontrarás con los divertidos personajes de Jean Jullien: Filili Viridi. En la imagen, uno de ellos sosteniendo la llamada línea verde, que sirve de guía para ir descubriendo los rincones más interesantes de la ciudad.© Garance Wester | Nantes Métropole
En el Jardín botánico de Nantes (Jardin des plantes) te encontrarás con los divertidos personajes de Jean Jullien: Filili Viridi. En la imagen, uno de ellos sosteniendo la llamada línea verde, que sirve de guía para ir descubriendo los rincones más interesantes de la ciudad.

Nantes, de ciudad industrial a capital de la creatividad

Durante buena parte del siglo XX, Nantes fue ante todo una ciudad industrial: astilleros, conserveras y fábricas daban forma a su paisaje y su economía. Pero el declive de esas actividades dejó tras de sí un vacío que podría haber condenado a la ciudad al estancamiento. 

'In a silent Way' es una instalación permanente, obra de Nathalie Talec. Se encuentra en el barrio de la Creación, dentro de la Isla de Nantes, y en él se concentran, entre otras, las escuelas de arquitectura, diseño y artes gráficas.© Philippe PIRON/ LVAN
‘In a silent Way’ es una instalación permanente, obra de Nathalie Talec. Se encuentra en el barrio de la Creación, dentro de la Isla de Nantes, y en él se concentran, entre otras, las escuelas de arquitectura, diseño y artes gráficas.

En lugar de eso, Nantes optó por reinventarse. Apostó por la cultura como motor de renovación, recuperando antiguos espacios industriales y portuarios —como la Île de Nantes (la isla de Nantes)­— para transformarlos en centros de creación, arte y vida pública. 

Hoy, esa reconversión no solo ha revitalizado su urbanismo, sino que ha convertido a Nantes en un modelo europeo de ciudad creativa y habitable, reconocida por su audacia cultural y su compromiso con la sostenibilidad.

Arte sin límites a pie de calle

El arte en Nantes no se contempla encerrado entre paredes: se vive, se recorre y, sobre todo, se descubre a pie de calle. Esta vocación artística encuentra su máxima expresión en Le Voyage à Nantes, un evento cultural que cada verano —este año del 28 de junio al 31 de agosto— convierte la ciudad en un museo al aire libre. Una línea verde pintada en el suelo guía al visitante por un itinerario insólito, donde se entrelazan instalaciones efímeras, obras permanentes, intervenciones en edificios históricos y piezas que ‘dialogan’ con el entorno urbano.

Esta instalación, perteneciente a una edición pasada de Le Voyage à Nantes, la realizó Laurent Pernod en la Place Royale de Nantes, en pleno corazón de la ciudad. Su título: La terre ou les arbres revent (La tierra donde los árboles sueñan).© Viennaslide / Alamy Stock Photo
Esta instalación, perteneciente a una edición pasada de Le Voyage à Nantes, la realizó Laurent Pernod en la Place Royale de Nantes, en pleno corazón de la ciudad. Su título: La terre ou les arbres revent (La tierra donde los árboles sueñan).

Cada edición presenta un tema central y nuevas creaciones artísticas, además de mantener muchas obras permanentes de años anteriores. Este año, el tema elegido es ‘La extrañeza’, una invitación a mirar lo cotidiano con otros ojos y a dejarse desconcertar por lo inesperado. Muchas de las obras sorprenden en plena calle, mientras que otras propuestas se desarrollan en espacios cerrados, pero igualmente integrados en el recorrido artístico. 

Es el caso de  Combien de terres faut-il à l’homme ?, una exposición de la escultora Gloria Friedmann en la HAB Galerie (16 mayo 2025 al 27 junio 2025), que reflexiona sobre la relación entre el ser humano y la naturaleza, o de la muestra dedicada a Hokusai en el Museo de Artes de Nantes (ubicado en el Castillo de los Duques de Bretaña), que invita a redescubrir el imaginario japonés a través del agua, los paisajes y el monte Fuji. Podrá verse a partir del 28 de junio hasta el 7 de septiembre de 2025.

Las ‘Machines de l’île’: un mundo imaginario en el corazón de Nantes

Aunque no se trate de arte urbano en el sentido clásico —como los murales o las instalaciones espontáneas en la vía pública—, el universo de las Machines de l’île se ha convertido en una de las expresiones más singulares del arte en el espacio urbano de Nantes. Concebido por François Delarozière y Pierre Orefice, este proyecto monumental fusiona mecánica, arte y fantasía, y se inspira en el imaginario de Julio Verne —nacido en Nantes— y en los ingenios visionarios de Leonardo da Vinci

 Les Machines de l'île, en Nantes. El gran elefante mecánico es uno de los iconos de la ciudad© Romain Peneau/ LVAN
Les Machines de l’île, en Nantes. El gran elefante mecánico es uno de los iconos de la ciudad

Todo ello cobra vida en la Île de Nantes, una antigua zona industrial transformada en distrito creativo. El gran protagonista es el Elefante gigante, una criatura articulada de doce metros que pasea por los muelles transportando pasajeros, moviendo las orejas y exhalando vapor, como si estuviera vivo, y que hace las delicias de grandes y pequeños.

Pero no es el único. En el mismo recinto puede disfrutarse del Carrusel de los Mundos Marinos, un tiovivo monumental de tres niveles habitado por criaturas abisales, pulpos gigantes y peces mecánicos, todos ellos inspirados en Veinte mil leguas de viaje submarino

Junto a estas estructuras, la Galería de las Máquinas permite observar prototipos en movimiento, bocetos y mecanismos en fase de desarrollo, que revelan el proceso creativo detrás de este mundo fantástico. Aunque parte del conjunto se visita dentro de un recinto, muchas de sus figuras —como el elefante o algunas esculturas exteriores— se integran directamente en el paisaje urbano y se han convertido en símbolos visibles de Nantes. Las Machines son, en definitiva, una muestra del potencial del arte para transformar el espacio público en un escenario de asombro y juego.

Un viaje en el tiempo para descubrir su historia y patrimonio

Pero además de la vibrante muestra de arte público y las Machines de l’île, Nantes no deja de sorprender con su rica herencia histórica. La ciudad no solo es un referente del arte contemporáneo, sino también un lugar donde el pasado se conserva y se celebra a través de monumentos y edificios emblemáticos, como el Castillo de los Duques de Bretaña, el imponente castillo que alberga el Museo de Historia de la Ciudad que ofrece un recorrido desde la Edad Media hasta la Revolución Francesa. 

Castillo de los Duques de Bretaña en Nantes. © Alamy Stock Photo
El castillo de los Duques de Bretaña se construyó en el s. XV en tiempos de Francisco II, el último duque de Bretaña. Hoy alberga el Museo de la Historia de Nantes y en él se celebran interesantes exposiciones temporales.
La impresionante fachada de la catedral de Nantes, un edificio gótico del s. XV que tardó en construirse más de cuatrocientos años. Se concluyó en 1893.© Alamy Stock Photo
La impresionante fachada de la catedral de Nantes, un edificio gótico del s. XV que tardó en construirse más de cuatrocientos años. Se concluyó en 1893. En su interior, las naves alcanzan los 37 metros de altura.
El Passage Pommeraye, una preciosa galería cubierta del s. XIX con tiendas y cafeterías donde disfrutar de una tarde de compras© Alamy Stock Photo
El Passage Pommeraye es una galería cubierta del s. XIX, posiblemente una de las más bonitas de Europa. Aquí encontrarás refinadas tiendas y cafeterías donde poder disfrutar de una agradable tarde de compras.

Otro emblema arquitectónico es la Cathédrale Saint-Pierre-et-Saint-Paul, una majestuosa iglesia gótica (comenzada en el s. XV y finalizada en el s. XIX) que impresiona por su tamaño y belleza, especialmente su imponente fachada, aunque actualmente se encuentra en obras de restauración debido al incendio sufrido en 2020. 

Para los amantes de la arquitectura decimonónica, el Passage Pommeraye es una galería comercial histórica de 1843, un espacio elegante que destaca por su diseño arquitectónico refinado y su atmósfera única, donde se combinan tiendas de lujo y cafeterías en un entorno de gran belleza.

Ambientes urbanos con mucha personalidad

Nantes es una ciudad que sorprende por la riqueza y variedad de sus ambientes urbanos. En la Isla de Nantes, antiguo enclave industrial situado en el corazón del río Loira, la transformación, como he comentado anteriormente, ha sido profunda: donde antes había astilleros y almacenes portuarios, hoy florecen espacios culturales, arquitectura contemporánea y propuestas artísticas que dialogan con el pasado. 

Les Anneaux, obra de Daniel Buren y Patrick Bouchain. Están en el  Quai des Antilles, en la Isla de Nantes© Alamy Stock Photo
Les Anneaux, obra de Daniel Buren y Patrick Bouchain. Están en el Quai des Antilles, en la Isla de Nantes
Isla de Nantes: quai des Antilles, the Hangar a Bananes (Bananas Warehouse) and Buren's rings en los antiguos muelles del río Loira© Alamy Stock Photo
El Hangar à Bananes, antiguo almacén en la Isla de Nantes, se ha convertido en un lugar de ocio con restaurantes y salas de exposiciones.

Es fácil encontrarse con antiguas grúas convertidas en esculturas, con el animado Hangar à Bananes —hoy repleto de bares, restaurantes y galerías— o con obras como Les Anneaux, una instalación de Daniel Buren y Patrick Bouchain compuesta por una serie de anillos gigantes de acero que iluminan el muelle al caer la noche. Todo aquí respira experimentación, memoria y futuro.

El animado barrio medieval de Bouffay es el lugar perfecto para disfrutar de sus recoletas calles y de un sinfín de bares, restaurantes y tiendas.© Alamy Stock Photo
El animado barrio medieval de Bouffay es el lugar perfecto para disfrutar de sus recoletas calles y de un sinfín de bares, restaurantes y tiendas.

El barrio Bouffay, con su trazado medieval, concentra parte del alma histórica de la ciudad. Sus calles estrechas, llenas de vida, son el lugar ideal para saborear una crêpe bretona o disfrutar de su ambiente juvenil al caer la tarde. A pocos pasos, el barrio de Graslin aporta un aire más señorial, con su arquitectura decimonónica, su refinado teatro y elegantes cafés que evocan la Nantes burguesa del siglo XIX. 

No muy lejos de allí, el barrio Feydeau refleja la riqueza y opulencia de la Nantes mercantil del siglo XVIII. Su arquitectura, predominantemente clásica, destaca por sus mansiones elegantes y edificios de gran porte, que son testigos de la prosperidad de los comerciantes que hicieron de este barrio su hogar. 

El Belvédère de L´Hermitage, obra de Tadashi Kawamata. Desde aquí se obtienen unas vistas impresionantes de la ciudad de Nantes y del río Loira.© Martin Argryroglo/LVAN
El Belvédère de L´Hermitage, obra de Tadashi Kawamata. Desde aquí se obtienen unas vistas impresionantes de la ciudad de Nantes y del río Loira.

A pocas paradas en tranvía, se llega al barrio de Chantenay, donde se puede admirar, el Belvédère de l’Hermitage, que ofrece una de las vistas más impresionantes de Nantes. Esta pasarela de madera diseñada por el artista japonés Tadashi Kawamata se asoma sobre la ladera y permite contemplar la ciudad y el río Loira desde un ángulo único. 

El Jardín Extraordinario es un espacio público, inspirado en los mundos imaginarios de Julio Verne.  Fue construido en una antigua cantera. Además de su exótica vegetación, impresiona una cascada artificial de más de 25 metros de altura.© Alamy Stock Photo
El Jardín Extraordinario es un espacio público, inspirado en los mundos imaginarios de Julio Verne. Fue construido en una antigua cantera. Además de su exótica vegetación, impresiona una cascada artificial de más de 25 metros de altura.

Muy cerca de allí, también en Chantenay, se encuentra el Jardín Extraordinario, un espacio verde único creado en una antigua cantera, donde la vegetación exuberante, una cascada de más de 25 m y las vistas panorámicas convierten el lugar en un rincón sorprendente que evoca los mundos exóticos y soñados por Julio Verne, que tiene en este mismo barrio un museo que se puede visitar. 

Todos estos barrios, junto con el río Loira que conecta y da vida a la ciudad, son ejemplos perfectos de cómo Nantes integra el arte y el paisaje en su espacio urbano.

De Nantes a Saint-Nazaire: un recorrido por el estuario del Loira, donde el arte se encuentra con la naturaleza

Esa energía creativa que se respira en Nantes no se detiene en sus calles. Basta con seguir el curso del Loira hacia el oeste para que la ciudad se abra a otro escenario igual de estimulante: el estuario de Nantes-Saint-Nazaire. Este recorrido, que se puede hacer en coche, bicicleta o barco, es una experiencia única donde el arte contemporáneo, la naturaleza y la historia industrial se fusionan en un paisaje en constante transformación.

La Serpent d'océan, creada por el artista chino Huang Yong Ping en la playa de Saint-Brevin-les-Pins (France). Obra que puede contemplarse dentro del recorrido por el estuario del río Loira entre Nantes y Saint-Nazaire© Franck Tomps/ LVAN
La Serpent d’océan, creada por el artista chino Huang Yong Ping en la playa de Saint-Brevin-les-Pins (France). Obra que puede contemplarse dentro del recorrido por el estuario del río Loira entre Nantes y Saint-Nazaire
Villa cheminée, Tatzu Nishi, Estuaire Nantes-Saint-Nazaire, en Cordemais © Franck Tomps/ LVAN
Otra de las obras que se puede ver es la curiosa Villa cheminée, una obra realizada por Tatzu Nishi. Se trata de una minicasa (que se puede alquilar) construida en lo alto de una antigua chimenea industrial.

A lo largo de los 60 km que separan ambas ciudades, se pueden admirar más de 30 instalaciones monumentales; algunas apenas perceptibles al primer vistazo, otras completamente inesperadas. 

Entre las más icónicas están La Maison dans la Loire’, una casa aparentemente sumergida en el agua, obra de Jean-Luc Courcoult (la imagen que abre este reportaje); la ‘Serpent d’océan’, una impresionante escultura de un esqueleto de serpiente marina que emerge y desaparece con las mareas en la playa de Saint-Brévin-les-Pins, creada por Huang Yong Ping; o la escultura ‘Misconceivable’, situada en la esclusa del canal de la Martinière, en Le Pellerin. Es obra del austriaco Erwin Wurm y representa un insólito velero retorcido sobre sí mismo que parece querer lanzarse al agua desesperadamente. 

La obra del escultor Erwin Wurm, 'Misconceivable', en el estuario del Loira entre Nantes y Saint Nazaire© Philippe Piron/LAVAN
La obra del escultor Erwin Wurm, ‘Misconceivable’, ubicada en el canal de la Martinière, en la localidad de Le Pellerin. Esta es una de las creaciones permanentes que se pueden contemplar en el recorrido por el Estuario del río Loira de Nantes a Saint Nazaire.

En definitiva, esta es una travesía en la que el arte contemporáneo se instala en pleno paisaje, interviniendo puertos, esclusas, fábricas, marismas y orillas del Loira con obras sorprendentes.

GUÍA PRÁCTICA

Cómo llegar: la forma más rápida y fácil de llegar es en avión. Al Aeropuerto Nantes Atlantique se puede llegar mediante vuelos directos desde varias ciudades españolas, como Barcelona, Madrid, Sevilla, Valencia y Málaga. Volotea, Iberia, Vueling y easyjet son las compañías que realizan este trayecto. La duración del vuelo es de aproximadamente 1:30 a 2 horas. 

Cómo moverte: en la ciudad, sin duda, a pie, Nantes es una ciudad muy manejable. Y cuando las fuerzas flaqueen, el estupendo transporte público de la ciudad: en bici (se pueden alquilar las municipales), en tranvía, autobús o en barco (Navibús).

Muy recomendable: comprarse el Pass Nantes, una tarjeta turística que ofrece acceso ilimitado al transporte público de la ciudad. Además, incluye entrada gratuita a más de 50 museos, monumentos y atracciones, entre los que se destacan el Castillo de los Duques de Bretaña, las Máquinas de la Isla, el Museo de Bellas Artes y el Museo Julio Verne. ¿Dónde puedes comprarlo? En cualquiera de estos sitios: www.levoyageanantes.fr o por teléfono +33 (0)2 72 64 04 79; En las oficinas Le Voyage à Nantes (frente al castillo de los Duques de Bretaña) o en el propio aeropuerto.

Dónde dormir: la oferta en Nantes es muy variada. Por su ubicación (en pleno corazón histórico de la ciudad y perfectamente comunicado), su tranquilidad, su arquitectura y los detalles decorativos de su interiorismo destaca el hotel La Perouse (3, allée Duquesne. www.hotel-laperouse.fr/es/).

Oficina de información turística: es de lo más completa que puedas encontrar, además, la tienes en español: Le Voyage à Nantes 

Apunte viajero

  • Date una vuelta por el mercado de Talesanc, es el más antiguo de Nantes y toda una institución en la ciudad. Además de probar las auténticas galettes bretonas de trigo de sarraceno, los típicos y deliciosos caramelos nanteses: rigolettes y berlingots, podrás ver el culto que se rinde en esta ciudad al producto fresco y local.
  • Tómate una deliciosa cerveza artesana The Little Atlantique Brewery (https://little-atlantique-brewery.fr/).  Es una antigua fábrica rehabilitada con diseño industrial. Además de su bar y restaurante con vistas al Loira, es un espacio cultural con eventos y actividades.
  • Siéntate a orillas del Loira para tomarte un muscadet (vino blanco típico) en la terraza de LU (Le Lieu Unique), la antigua fábrica de galletas LU, convertida hoy en un interesante centro cultural. https://www.lelieuunique.com/les-espaces
  • No puedes marcharte de Nantes sin probar su famoso pastel nantés. Délicatessaine (https://www.delicatessaine.fr/) es una pastelería y salón de té que ofrece una repostería creativa elaborada con ingredientes naturales.
  • En Saint-Nazaire, un bistró que merece mucho la pena: Gamin (https://www.gamin.fr/ ). Producto fresco de temporada en un ambiente muy acogedor



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