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La enorme factura de Lando Norris en la fiesta de celebración del campeonato

La enorme factura de Lando Norris en la fiesta de celebración del campeonato
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  • Publisheddiciembre 9, 2025



El primer título mundial siempre es especial. Pero en el caso de Lando Norrislo que vivimos este fin de semana Abu Dabi quedará grabado para siempre en la memoria colectiva del automovilismo y también en la contabilidad británica. El joven piloto de McLaren ganó su primer Mundial de Fórmula 1 tras un final de temporada impresionante, superando por sólo dos puntos a Max Verstappen, y decidió celebrarlo sin escatimar en absolutamente nada. Lujo, improvisación, emoción y gastos colosales marcaron una velada que ya es una de las historias más extravagantes del paddock.

Una noche inolvidable

La velada comenzó con acontecimientos. Según fuentes cercanas al ‘Sun’, la idea original de Norris era celebrar el título en el exclusivo bar Pearls & Caviar del hotel Shangri-La.donde sus familiares y amigos iniciaron la fiesta alrededor de las nueve de la noche. Sin embargo, pasaron horas hasta que apareció el protagonista. Lando llegó alrededor de la 1 de la madrugada, retrasado por la serie de interminables entrevistas que siguieron a su coronación como campeón mundial. Cuando finalmente pudo reunirse con su familia, la noche ya había dado un giro inesperado.

Lando Norris, campeón del mundo… ¡por dos puntos!

La celebración inicial fue cancelada anticipadamente, lo que obligó al equipo de Norris a trasladar toda la comitiva a un segundo destino: el famoso Amber Lounge, ubicado en el interior del Hotel W, un clásico de las fiestas de la Fórmula 1. Lejos de ser un plan de emergencia improvisado, el recinto resultó ser el escenario ideal para una fiesta que, según testigos, estalló con una energía imparable. Lando, radiante y todavía en el séptimo cielo, dejó claro que ni los contratiempos logísticos ni el caos del traspaso iban a frenarle. Era su noche y la iba a disfrutar como tal.

En el Amber Lounge, las mesas cuestan 25.000 euros cada una, un precio que no parece disuadir al nuevo campeón. Entre música, brindis y un ambiente lleno de euforia, uno de los momentos más sonados ocurrió cuando Norris subió al escenario para cantar el clásico de Queen, We Are The Champions. Una escena icónica, casi cinematográfica, que recorrió la sala entre aplausos, móviles en alto y la sensación de vivir un momento único.





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