La guerra comercial entre Estados Unidos y China amenaza (aún más) el futuro de TikTok

La guerra comercial desatada entre Estados Unidos y China por la batería de aranceles anunciada por Donald Trump ha atrapado a gigantes tecnológicos como Apple y Nvidia, que ven cómo el fuego cruzado entre ambas potencias amenaza con desangrar su negocio. Sin embargo, si hay una compañía cuyo futuro está particularmente expuesto a las tensiones económicas y geopolíticas a ambos bandos del Pacífico esa es la china ByteDance, que se arriesga a la prohibición de su producto estrella, TikTok, en territorio estadounidense.
El conflicto nace con Trump, pero en 2020. Fue entonces cuando el presidente propuso bloquear la plataforma, a la que acusó de espiar para China. Había otra razón: a golpe de coreografía, TikTok se había consagrado como la aplicación de vídeos más popular del planeta, amenazando así el reinado de las redes sociales made in USA. Su intento no prosperó en los tribunales, pero ese espíritu de guerra fría caló hondo en Washington.
En abril de 2024, hace justo un año, Joe Biden firmó una ley sellada con amplio apoyo bipartidista que pone a ByteDance entre la espada y la pared: o vende la rama estadounidense de TikTok a una empresa rival o se vetará su funcionamiento en su principal mercado mundial. La obligación entraba en vigor el pasado 19 de enero, el último día con Biden en el poder.
Potencial acuerdo
Sin embargo, Trump cambió su postura en plena campaña electoral y prometió «salvar» TikTok. Desde la Casa Blanca, el presidente prorrogó el plazo para la entrada en vigor de la ley y atribuyó a sus dotes negociadoras la capacidad de resolver la disputa.
El miércoles 2 de abril, la Administración trumpista creía haber llegado a un acuerdo de reestructuración con ByteDance, según desveló The New York Times: la creación de una nueva entidad para el TikTok estadounidense en el que los nuevos inversores poseerían el 50% y los accionistas actuales el 30%, mientras que la participación de los propietarios chinos se diluiría hasta conservar ligeramente menos del 20%, el tope fijado por la ley. Pekín lo veía con buenos ojos, explicaron fuentes internas al diario neoyorquino, algo que parecía imposible. No obstante, hasta la fecha el Gobierno chino no ha autorizado oficialmente la venta de los activos estadounidenses de TikTok.
Aranceles
El acuerdo para salvar TikTok, tejido por Trump, fue torpedeado indirectamente por el mismo presidente. Ese mismo miércoles, el mandatario estadounidense anunció la imposición de una ola de aranceles que ha puesto el libre comercio mundial patas arriba. «Día de la liberación», lo llamó. Su acción se ha cebado particularmente con China, que ya acumula gravámenes a sus productos de hasta el 145%, más que ningún otro país.
Tras ese acto de hostilidad, el régimen de Xi Jinping retiró su visto bueno al hipotético acuerdo, según explicó Trump. Y sin la autorización de Pekín no hay pacto posible, se apresuraron a recordar los portavoces de ByteDance. El pasado viernes 4 de abril, Trump firmó una nueva prórroga que aplaza hasta mediados de junio la fecha límite para que el gigante chino se desvincule del negocio estadounidense de TikTok para evitar problemas de seguridad nacional. A cambio, abrió la puerta a una reducción de los aranceles como contrapartida. «No queremos que TikTok se apague», declaró.
¿Qué pasará?
El destino de la popular app en EEUU sigue siendo un misterio. Por ahora, las negociaciones se mantienen en secreto entre los propietarios chinos, la Administración trumpista y los accionistas estadounidenses. Entre ellos destaca Jeff Yass, un inversor multimillonario y megadonante republicano que posee un 7% de las acciones de ByteDance y cuyos aliados son cercanos a la familia Trump. A ellos se les suman potenciales nuevos inversores como el gigante tecnológico Oracle, el banco de inversión BlackStone o el fondo de capital riesgo Andreessen Horowitz —todas ellas empresas en manos de milmillonarios y aliados trumpistas como Larry Ellison, Stephen Schwarzman y Marc Andreessen— o la multinacional de grandes almacenes Walmart. Incluso se especula con que Amazon y el propietario de OnlyFans quieren hacerse con la totalidad de TikTok.
De acordarse una reestructuración similar a la planteada, esta supondría una «traición» a lo que los republicanos y demócratas señalaron al aprobar la ley contra TikTok, según el periodista tecnológico Casey Newton. «El Congreso estaba preocupado por dos cuestiones principales: una, que los datos de los estadounidenses pudieran ser utilizados indebidamente por el Gobierno chino, incluso para vigilancia; y dos, que los algoritmos de recomendación de TikTok pudieran ser utilizados como parte de operaciones de influencia china en EEUU», ha remarcado. La presencia de ByteDance en un hipotético TikTok America no resolvería esos temores.
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