La historia se repite

«La Sexta» dedicó los 23 minutos iniciales de sus noticias de la noche al tema Monedero, aunque ni él ni sus denunciantes fueron protagonistas. Centraron todo el tiempo en intentar demostrar que la responsabilidad de los hechos era de Podemos, y para ello, intercalaron rotundas afirmaciones del presentador e informaciones de una periodista especializada en el partido, con cortes de apenas segundos de unas declaraciones de Ione Belarra a un grupo de periodistas, extraídos de un vídeo de catorce minutos en el que explica la respuesta del partido, que la cadena consiguió desfigurar. Los cortes, cuidadosamente elegidos y sacados de contexto, eran introducidos con afirmaciones inquisitoriales del presentador y comentados atropellada y confusamente para sembrar dudas sobre el protocolo de Podemos y la actuación de sus dirigentes en este caso. El director de informativos de esta cadena, «¡Más periodismo!», es el mismo que se prestó a difundir una información de las cloacas sabiendo que era falsa y que la documentación que la probaba había sido fabricada por la policía patriótica. «Es demasiado burdo, pero vamos con ello».
En 2014 en su primera comparecencia electoral, Podemos obtuvo unos resultados que presagiaban que en las siguientes legislativas tendría mucho que decir, llegó a hablarse de «sorpasso», lo que encendió las alarmas y puso en marcha la maquinaria del sistema para acabar con la nueva formación. Decenas de demandas que dañaron la imagen del partido pese a ser archivadas, acusaciones a candidatos que los apartaron de la primera fila y se demostraron falsas cuando ya era tarde y un «todo vale» político, policial y judicial, incluida la falsificación de pruebas y la creación de nuevos partidos similares con menos cafeína, convirtieron en residual un partido que traía ideas nuevas y cuya participación, forzada y a contra corriente, en el gobierno de coalición, supuso grandes avances sociales y económicos para las clases más desfavorecidas de las que se adueñaron PSOE y un incipiente Sumar mientras desangraban a los verdaderos autores.
Las alianzas y contradicciones del PSOE y la deriva de Sumar dieron de nuevo protagonismo a un Podemos que se mantuvo fiel a sus principios, al que las encuestas que manejan los partidos para uso interno, no las de publicidad externa, vaticinan un crecimiento importante, lo que nuevamente le convierte en el enemigo a batir y obliga a engrasar la maquinaria de confundir. Y en esas están los del sistema, en repetir la historia, con la ventaja de que ahora tienen experiencia y Podemos es más odiado a base de argumentos falaces, pero que prendieron y perduran en una sociedad proclive a las exaltaciones patrióticas y el continuismo aún a costa de su bienestar.
No es solo «La Sexta», otros medios, incluidos los llamados progresistas, hablaron de infames condiciones de trabajo en la Taberna Garibaldi que los propios trabajadores desmintieron, aunque la ponzoña ya estaba repartida; ahora esos medios responsabilizan a Podemos de la actuación de uno de los fundadores que lleva años sin cargos orgánicos, tergiversan la respuesta del partido, e ignoran que sin una de las leyes más atacada y controvertida de Podemos, la del «Sí es sí», los abusos de Monedero no serían delito.
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