La IA terminará con los motores de búsqueda tal como los conocemos
Nuestra experiencia cotidiana con relación a las búsquedas en Internet sufrirá un cambio radical en los próximos años: la IA modificará los parámetros fijados por Google sobre la década de 1990 y entregará un contenido más personalizado, resumido y trabajado que exigirá un menor esfuerzo por parte de los usuarios, integrando además herramientas de voz e imagen más allá de los recursos textuales.
Un artículo publicado en MIT Technology Review describe cómo y por qué estamos atravesando actualmente el mayor cambio en la forma en que los motores de búsqueda de Internet nos han entregado información desde la década de 1990 hasta hoy: en concreto, estamos pasando de la era de la búsqueda por palabras clave a una era de la búsqueda conversacional, a la manera de los chatbots como ChatGPT y otros.
En vez de explorar por términos específicos que colocamos en la barra del navegador, obteniendo a cambio una lista de enlaces relacionados, pasaremos a consultar mediante preguntas reales, expresadas en lenguaje natural. En lugar de enlaces, recibiremos en la mayoría de los casos respuestas directas escritas por Inteligencia Artificial (IA) generativa y basadas en información en vivo de todo Internet.
Una experiencia de búsqueda muy diferente
En otras palabras, la IA resumirá al instante toda la información que hasta el momento los motores de búsqueda nos entregaban como enlaces, a cada uno de los cuales debíamos ingresar para acceder a los datos. Al mismo tiempo, será cada vez más habitual el uso de las búsquedas por voz y la incorporación de imágenes y elementos multimedia, transformando a la web en una experiencia fuertemente interactiva e instantánea para el acceso a la mayor parte del conocimiento humano existente.
Aunque Google, Bing y otros grandes motores de búsqueda ya han incorporado la IA desde hace varios años para propiciar búsquedas cada vez más personalizadas e inteligentes, la evolución se está intensificando y la IA desempeñará un papel aún más importante en el desarrollo de las búsquedas por Internet en los próximos años, brindando a los usuarios resultados más precisos, completos e individualizados.
En el camino por seguir liderando el escenario de la información global, Google comenzó a probar en mayo de 2023 las respuestas generadas por IA a las consultas de búsqueda, utilizando su modelo de lenguaje grande (LLM) para ofrecer los tipos de respuestas que una persona podría esperar de una fuente experta o un amigo de confianza. Han denominado a este cambio como descripciones generales de IA.
Según indicó a MIT Technology Review el CEO de Google, Sundar Pichai, se trata de uno de los cambios más positivos que ha concretado el gigante tecnológico desde que lidera las búsquedas en la web: permite que sea posible buscar cualquier dato y obtener a cambio una respuesta real y concreta, no enlaces o datos a chequear. Si se quiere saber qué eventos habrá en una ciudad en una fecha determinada para planificar un viaje, no se obtienen enlaces a un portal informativo, sino un resumen actualizado de los eventos con material interactivo y contactos directos.
“Googlear” ya no será lo mismo
Otro ejemplo son las búsquedas “prácticas”: con el esquema tradicional, si una persono no podía programar un dispositivo informático buscaba datos sobre el mismo y obtenía enlaces al sitio web del fabricante, un artículo de blog o tutoriales en video. Ahora, la búsqueda conversacional le ofrecerá directamente un resumen de los pasos a seguir en texto o formato audiovisual, elaborado a partir de toda la información existente sobre el tema en Internet.
El cambio es radical, eso queda claro. Sin embargo, aunque los beneficios son evidentes también insume riesgos. Los especialistas hablan de los “sesgos” de la IA, en torno a que trabaja la información a partir de parámetros que no siempre pueden ser los más atractivos para la experiencia humana. Además, está el problema de los derechos de autor: ya han surgido varios debates sobre la forma en que la IA usa y entrega la información elaborada por medios de comunicación, intelectuales, científicos o artistas.
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Aún no sabemos cuál será el límite de este cambio, que también podría acostumbrarnos a consumir información previamente elaborada y uniformada por la IA, eliminando el esfuerzo necesario para el reconocimiento de los aspectos más importantes de un tema, su análisis y la puesta en consideración de múltiples puntos de vista. El futuro dirá qué sucede finalmente, aunque de algo podemos estar seguros: cuando hablemos de “googlear”, ya no estaremos hablando de lo mismo.
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