Las exportaciones de vino español cayeron un 20% en 2024 por la mala cosecha y el descenso mundial del consumo
La quinta edición de la Barcelona Wine Week (BWW), el mayor salón dedicado al vino español en España, encara a partir del próximo lunes -y hasta el miércoles- en la Fira de Barcelona una nueva cita con varios retos por delante. El primero, de la propia feria, el de haber crecido un 30% en número de participantes y de espacio ocupado respecto al año pasado, «lo que ha supuesto de por sí un enorme desafío para la organización», ha subrayado este martes Céline Pérez, directora del certamen. El segundo, que afecta ya al sector vinícola en su conjunto, pasa por superar unas cifras de consumo y de exportaciones que en 2024 no dieron para demasiadas alegrías. «El descenso en el volumen exportado fue del 20% hasta noviembre, aunque en términos de valor la disminución fue bastante inferior, de en torno al 1%», ha indicado María Naranjo, directora del área de Industria Alimentaria en el Instituto de Comercio Exterior (ICEX).
La causa principal fue, ha señalado Naranjo, la escasez de producción que hubo el año pasado por la sequía y las malas condiciones climáticas, pero también la paulatina bajada de consumo que se está registrando en el sector. «Hay que saber aprovechar las oportunidades que brindan, por ejemplo, el auge del vino blanco o el hecho de que el rosado se haya puesto de moda en países como Estados Unidos o Japón», ha sugerido la directiva del ICEX. Otro de los caminos que debería explorar (y explotar) la producción vinícola española «es la de los productos con menos graduación o sin alcohol, que son tendencia en todo el mundo», ha agregado.
En opinión de la responsable de la industria agroalimentaria del organismo exportador, «el reciente acuerdo de la Unión Europa con Mercosur, del que el vino puede salir beneficiado». De hecho, uno de los países en los que más crecieron el año pasado las importaciones de producto español fue Brasil (miembro de esa alianza comercial del sur de América, junto con Argentina, Uruguay y Paraguay), con un incremento del 40% respecto a 2023. En Catalunya, las exportaciones fueron ligeramente más positivas que en el global de España «entre otras cosas por el tirón que tuvieron los espumosos, cuyo valor aumentó un 7,2%», ha indicado Naranjo.
Los números de la feria
La Barcelona Wine Week reunirá a un total de 1.266 expositores, ocupará 10.000 metros cuadrados (un 38% más que en 2023) y prevé reunir a más de 24.000 visitantes profesionales, de los que un 20% serán internacionales, lo que supone un incremento del 14,3%. En el salón estarán presentes caldos de 81 de las 101 denominaciones de origen que hay en España. Para contribuir al crecimiento del salón, Pérez ha destacado que esta edición será la del «salto» de uno a dos pabellones. La principal representación será la catalana, con 326 expositores, seguida de Castilla y León, con 233, y La Rioja, con 102, ha indicado Pérez.
También se espera la asistencia de 770 compradores internacionales, de países como Estados Unidos (en concreto de la popular cadena de supermercados Whole Foods) y de Canadá (del gigante distribuidor quebequés de bebidas SAQ), además de Alemania, Reino Unido, China «y los emergentes Polonia, Dinamarca, Corea del Sur y Japón», ha agregado la directora de la BWW. «Una treintena de ellos, además, realizarán visitas a bodegas y explotaciones de distintos puntos de España para conocer mejor el producto, después de asistir a la feria», ha apostillado Naranjo.
Las cepas viejas
Dentro del programa de actividades, el salón ha organizado una sesión inédita que permitirá catar vinos de cepas prefiloxéricas, algunas con casi 300 años, de Lanzarote (Bodegas El Grifo), Pontevedra (Bodegas Gerardo Méndez) y Valladolid (Javier Sanz Viticultores). Habrá también una barra de vinos seleccionados, «todos ellos de viñas viejas, que es el eje central de esta edición del salón», ha dicho el sumiller César Cánovas, que el público podrá degustar ‘in situ’.
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí