Las tormentas solares pueden producir terremotos en la Tierra

Las manchas solares, y por lo tanto la actividad solar en general, causan actividad sísmica, según un nuevo estudio. Los investigadores hallaron que el calor solar impulsa los cambios de temperatura atmosférica, que a su vez pueden afectar las propiedades de las rocas y el movimiento del agua subterránea, generando potencialmente terremotos de distinta intensidad.
Investigadores de la Universidad de Tsukuba y el Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Industrial Avanzada, en Japón, analizaron en un nuevo trabajo científico la posible incidencia del clima terrestre, influenciado directamente por el calor solar, en la dinámica de los movimientos sísmicos y, concretamente, en el inicio de las condiciones necesarias para el desarrollo de terremotos.
Según indican los científicos en el estudio, publicado recientemente en la revista Chaos, los hallazgos se basan en esfuerzos previos de investigación que les habían permitido concluir que la actividad solar influye causalmente en la actividad sísmica en la Tierra.
Calor solar y terremotos
Sin embargo, los mecanismos por los cuales el Sol puede afectar la actividad sísmica terrestre aún se desconocen. Ahora, desarrollaron una hipótesis en torno a que una de esas influencias se concreta a través del calor solar. En la nueva investigación, presentan diferentes evidencias que apoyan esta idea: por ejemplo, la existencia de variaciones en la sismicidad del planeta a lo largo de las diferentes estaciones.
Pero quizás el hallazgo clave es una relación directa entre la actividad solar y los terremotos, principalmente cuando un incremento temporal en las manchas solares logra alinearse con una determinada transferencia de calor y sus efectos en los sistemas terrestres.
En otras palabras, las tormentas solares podrían propiciar una mayor actividad sísmica y, en consecuencia, un incremento en las posibilidades de desarrollar terremotos de variada intensidad en distintos puntos geográficos de la Tierra. Además, los especialistas creen que es posible mejorar la previsibilidad de los terremotos si se tienen en cuenta los cambios en la temperatura atmosférica superficial del planeta.
Mejores pronósticos de la actividad sísmica
Los investigadores analizaron datos de terremotos junto con registros de actividad solar y temperaturas de la superficie en la Tierra, para desarrollar un modelo predictivo de la actividad sísmica. Descubrieron que al incluir las temperaturas de la superficie de la Tierra en su modelo el pronóstico se hacía más preciso, especialmente para terremotos poco profundos.
“El calor solar impulsa los cambios de temperatura atmosférica, que a su vez pueden afectar las propiedades de las rocas y el movimiento del agua subterránea. Estás fluctuaciones pueden hacer que las rocas sean más frágiles y propensas a fracturarse, en tanto que los cambios en las lluvias y el deshielo pueden alterar la presión sobre los límites de las placas tectónicas», explicó en una nota de prensa el investigador Matheus Henriqueira Saldanha, autor principal del estudio.
«Aunque estos factores pueden no ser los principales impulsores de los terremotos, podrían estar desempeñando un papel que ayudaría a predecir la actividad sísmica«, concluyó Saldanha. Los hallazgos sugieren que la transferencia de calor solar a la superficie de la Tierra afecta la actividad sísmica: de esta manera, la incorporación de predicciones de actividad solar en modelos detallados de temperatura de la Tierra podría ayudar a emitir pronósticos de terremotos.
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