Los agricultores, en pánico ante los temidos aranceles de Trump
Los agricultores temen que, tras las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el presidente electo donald triunfo recuperar el políticas proteccionistas que hizo gala durante su anterior mandato y que implicó un importante castigo, entre otros productos, a las exportaciones españolas de aceituna negra, que cayeron un 60% entre 2017 y 2020.
Por este motivo, la asociación agrícola unión de sindicatos está «preocupado» por las promesas hechas en la campaña electoral republicana sobre el deber y ha pedido a la Unión Europea «firmeza» en sus negociaciones con Estados Unidos.
El sector de alimentos y bebidas representado 18,9% de las exportaciones totales española en los ocho primeros meses de 2024, con un crecimiento del 6,9% respecto al mismo periodo del año anterior, según datos del Ministerio de Economía. De hecho, Unión de Uniones destaca «la importancia que tienen los productos estratégicos a nivel nacional y que son los que más se exportan allí y, por tanto, los que pagarían el precio de una subida arancelaria».
La organización agraria recuerda también que una de las promesas electorales de Trump en su campaña proteccionista es la imposición de una Arancel del 10% sobre todos los productos de la UEindependientemente del origen, con el objetivo de fomentar la fabricación propia.
«Esta medida, acompañada de muchas otras para otros países (especialmente agresivas con China y México) afectaría de lleno a productos como aceite de olivalo que representa el 29,5% del total agroalimentario exportado a Estados Unidos, con unas ventas de más de 739 millones de euros en 2023, vinoque alcanzó los 313 millones de euros en 2023, y al verduras y frutas enlatadasque representan el 13,2% del total que sale hacia EE.UU.», afirma Unión de Uniones.
Una guerra comercial con EE.UU.
Unión de Sindicatos insta a la Comisión Europea a negociar y agotar todas las vías, pero también pide «contundencia y agilidad en los procedimientos» para evitar que el impacto sea el mínimo posible, evitando procesos largos como en El caso de las aceitunas de mesa ante la OMCa los que “se siguen aplicando aranceles punitivos del 31”. Asimismo, propone buscar mercados alternativos y formar alianzas, si fuera necesario, con terceros países que puedan encontrarse en la misma situación.
En este sentido, la organización cree que «la UE debería recordar a la Administración Trump que emprender una guerra comercial tendría consecuencias negativas para ambas partes.» Sin embargo, afirman que estarían dispuestos a que la UE adoptara «medidas similares para productos con valor estratégico para Estados Unidos», (almendras, productos de automoción, tecnología, alcohol o artículos de lujo), lo que evidentemente supondría un aumento de precios y un nuevo castigo a los consumidores.
«Incluso podrían establecer barreras arancelarias a la soja norteamericana si la Unión garantizara que su suministro de otros grandes países productores como Brasil y el mercado de piensos de la UE no se viera afectado negativamente.
«Hay que estar muy atentos a este tema y no sólo en lo que se refiere exclusivamente a la alimentación porque ya sabemos que Trump cambia aviones por aceitunas sin que le tiemble el pulso», comentan desde Unión de Uniones. «Es importante que la UE sea capaz de hacer frente a esta situación y negociar de la mejor manera posible para que la agroalimentación no sea una moneda», concluyen.
Las medidas proteccionistas nunca son buenas, el problema es que algunos agricultores sólo se dan cuenta cuando les perjudica directamente. Por ello, protestan contra la posibilidad de que Trump vuelva a adoptar una agenda proteccionista que castigue las exportaciones españolas a EE.UU., pero al mismo tiempo claman contra el cereal barato y libre de aranceles que llega desde Ucrania. Y todo no puede ser.
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