Los menores víctimas de violencia de género encuentran en la Casa Malva recuperación emocional e integración familiar
Ser víctima de violencia de género deja en las mujeres que la sufren una huella profunda que, con ayuda de profesionales que las apoyan, las cuidan y las ayudan en su proceso de recuperación puede llegar a atenuarse. Pero cuando las vícitimas de malos tratos los viven junto a sus criaturas, el sentimiento de culpa y las secuelas que deja en las madres y los menores adquieren una dimensión diferente.
Consecuencias en su desarrollo físico, emocional, social, cognitivo y conductual son parte del daño que los agresores pueden provocar en los niños y niñas y adolescentes, que además, en algunos casos, pueden acabar siendo víctimas de violencia vicaria, una forma de violencia en la que el maltratador busca infligir daño a la mujer por medio de sus hijos.
Sin embargo, estas duras historias encuentran un final feliz en las Red de Casas de Acogida del Principado de Asturias. Un nuevo hogar para aquellas mujeres que llegan acompañadas de sus hijos e hijas en busca de un futuro y una nueva vida.
-La violencia machista deja una víctima clara que son las mujeres que la sufren pero ¿Qué pasa con los menores que también están en medio de esta situación?
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-Muchas de las mujeres que ingresan en la Red de Casas de Acogida lo hacen acompañadas por sus hijos e hijas. La situación de violencia de género vivida puede tener repercusiones negativas significativas en el desarrollo físico, emocional, social, cognitivo y conductual de los niños, niñas y adolescentes (NNA). Esta exposición a la violencia puede tener consecuencias a largo plazo y afectar su bienestar en la etapa adulta. Estas van a depender de varios factores tales como las características personales del niño o de la niña (edad, nivel de desarrollo); tipo, severidad o tiempo de exposición a la violencia; existencia de apego seguro y vínculo con la madre u otros cuidadores externos o la existencia de otros factores estresantes.
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-¿Cuándo se puso en marcha la atención a menores en la Casa Malva y a cuántos ha atendido en el último año?
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-La puesta en marcha en el mes de julio de 2007 del Centro de Atención Integral a Mujeres Víctimas de Violencia de Género en Gijón (CAIM), con las características espaciales y funcionales especiales diferentes al resto de las Casas de Acogida de la Red, implica la incorporación de variaciones novedosas e importantes que inciden directamente en el formato de intervención educativa con los y las NNA que ingresan con sus madres. Se crea un Equipo Educativo específico de intervención con NNA y un Programa de Intervención Educativa que entró en funcionamiento en el mes de julio de 2008. Durante el año 2025, hasta la fecha actual, en la Casa Malva se han atendido 103 hijos e hijas Víctimas de Violencia de Género.
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-¿En qué estado puede llegar un niño o niña que ha vivido en un ambiente de violencia machista?
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-Al igual que sucede con las mujeres, el estado en el que llegan al recurso los hijos e hijas puede variar. Son muchos los factores que pueden influir: si el ingreso en la Casa se produce de manera urgente o es planificado y organizado vía ordinaria, la edad y características personales, la relación que tiene con el agresor, si es su padre o la pareja de la madre, etc.
En el momento de acogida es muy importante establecer una relación de apoyo profesional desde la confianza e individualidad de la mujer y de sus hijos e hijas. Se trata de conocer la situación específica existente y el momento en el que se encuentran en el proceso de Violencia de Género.
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-¿Cómo se asiste a los menores? ¿Qué actividades realizan para abordar ese trauma?
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-La intervención profesional en la Red de Casas de Acogida se orienta hacia un enfoque integral que sitúa a la madre como figura central en la dinámica familiar. El objetivo es potenciar en la mujer las competencias necesarias para facilitar un desarrollo integral adecuado de sus hijos e hijas, al tiempo que se fortalece el vínculo materno-filial.
En cuanto a los hijos e hijas Víctimas de Violencia de Género, se busca potenciar sus capacidades de recuperación, facilitando la adopción de estrategias para el adecuado desarrollo físico, emocional, social, conductual y cognitivo.
Para ello se realizan actividades, individuales y grupales, en cuatro áreas de intervención: integración y adaptación al centro, recuperación emocional, integración familiar y actividades de ocio y tiempo libre.
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¿Qué equipo de profesionales trabaja con ellos?
-Se trata de un Equipo multidisciplinar. En concreto, el equipo del Programa de Menores de la Red de Casas está formado por la responsable y dos educadoras. Este trabaja en coordinación continua con el resto del Equipo Educativo de la Casa (Directora, Psicólogas, Trabajadora Social, Educadoras y Auxiliares Educadoras).
«Es muy gratificante ver que unidades familiares que han estado alojadas en el Centro, contactan después de tiempo para contar cómo están ellas y sus hijos e hijas en su nueva vida»
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-¿Con qué espacios cuenta la Casa?
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-Las mujeres que alojadas en la Casa Malva disponen de un apartamento en el que residen de forma independiente junto con sus hijos e hijas. Además, el Centro cuenta con zonas comunes y despachos de profesionales. Para la intervención con los NNA se dispone de una sala de juegos y de un patio exterior, con zona de juegos y parque infantil.
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-¿Se trabaja de manera conjunta entre madres e hijos?
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-Parte de las actividades que desarrolla el Equipo del Programa de Menores se hacen con la unidad familiar en conjunto, con el objetivo de reforzar las relaciones entre madre e hijos e hijas y facilitar su recuperación emocional.
Además de la participación en las actividades internas programadas por el Centro, se fomenta la participación de las unidades familiares en actividades culturales y de ocio y tiempo libre que ofrece el entorno próximo, como herramienta que ayuda a estrechar vínculos afectivos, en ocasiones mermados por la situación de Violencia de Género vivida.
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-¿Cuánto tiempo pueden recibir las madres y los menores atención en la Casa Malva?
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-Si bien el periodo de estancia establecido es de seis meses, este puede variar, teniendo en cuenta que cada unidad familiar requiere una atención individualizada y su programa de recuperación personal puede requerir tiempos de estancia diferentes, dependiendo de sus necesidades y objetivos.
«En el momento de acogida es muy importante establecer una relación de apoyo profesional desde la confianza e individualidad de la mujer y de sus hijos e hijas»
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-¿Hay un cambio en estos niños tras pasar por la Red?
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-En general, los niños y las niñas responden de forma muy positiva a las intervenciones llevadas a cabo y, tras el periodo inicial de adaptación e integración al Centro, se observan importantes cambios en su actitud. Respecto a las madres, se destaca la percepción y toma de conciencia de las consecuencias de la Violencia de Género en sus hijos e hijas y la importancia que para ellos y ellas tiene el acompañamiento de la figura materna para poder avanzar en su proceso de recuperación personal.
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-¿Se les hace un seguimiento a los menores y a las madres una vez empiezan su vida fuera de la Casa Malva?
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-El fin principal de la intervención con las Mujeres Víctimas de Violencia de Género es lograr su autonomía personal a través de su progresivo empoderamiento, derivado de una atención integral. En lo que se refiere a sus hijos e hijas, el desarrollo de su programa de recuperación personal va orientado al fortalecimiento de competencias de marentalidad positiva y reestructuración familiar, como herramientas de refuerzo del vínculo materno-filial.
A su salida del recurso, aquellas unidades familiares que lo desean, continúan manteniendo contacto y seguimiento por parte de las profesionales de la Red en el Proyecto de Iniciativas Sociales.
Para las profesionales que trabajamos con trauma resulta muy gratificante ver que unidades familiares que han estado alojadas en el Centro, contactan después de tiempo para contar cómo están ellas y sus hijos e hijas en su nueva vida, que comenzó justo en el momento que tomaron la decisión de ingresar en la Casa de Acogida.
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