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mejores ofertas y aspectos a valorar

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  • Publishedabril 9, 2025



Los sistemas de almacenamiento han dejado de ser el ‘cuello de botella’ en el rendimiento de los ordenadores personales gracias a la adopción masiva de las unidades basadas en memorias flash, que ofrecen múltiples ventajas sobre los discos duros. En PCs, las SSD (unidades de estado sólido) se han impuesto por completo, tanto en modelos nuevos OEM, como para renovar el sistema de almacenamiento de equipos existentes en lo que es una de las actualizaciones más rentables que cualquier usuario puede usar.

Señalar lo que ya conoces. El rendimiento de una SSD pulveriza el obtenido por los discos duros en tiempo de arranque del sistema operativo o el de apertura de las aplicaciones, en las recuperaciones desde los modos de suspensión o en la transferencia de archivos. Sus ventajas no se quedan ahí, ya que la ausencia de partes móviles también mejoran la emisión de ruido y el consumo, y los nuevos formatos de SSD conectados al bus PCI-Express han permitido desarrollar nuevos formatos como el M.2 de tamaño infinitamente más pequeño que el de los discos duros.

Finalizar la introducción destacando que la fiabilidad de las SSD es similar (o mejor) que la de los discos duros. Su tiempo medio entre fallos también es superior y la resistencia medida en la capacidad de escrituras de Tbytes son enormes y un usuario tipo no las agotará durante su vida útil. Los fabricantes suelen ofrecer cinco años de garantía para estas unidades y su coste, debido a las bajadas de precio de las memorias flash, las ponen al alcance de cualquier usuario.

Si el almacenamiento es clave para el funcionamiento de cualquier PC, SSD ofrece hoy las mayores garantías. Actualizamos nuestra guía de compra con una selección de ofertas de lo que mejor que actualmente se puede encontrar y te recordaremos todos los aspectos que debes conocer para que compres con el mejor criterio.

Guía de compra de SSD (Ofertas abril de 2025)

La oferta de unidades de estado sólido sigue la tendencia prevista de una adopción casi total y absoluta del formato M.2 conectado a PCIe. Si tienes un PC relativamente moderno y tu placa base lo permite es la opción más interesante. Los lanzamientos de versiones SATA nuevas han brillado por su ausencia desde la última actualización de nuestra guía, si bien todavía están en el mercado y son interesantes cuando no tenemos conectores M.2 disponibles o queremos abaratar la instalación.

Una configuración interesante es instalar una M.2 rápida de pequeño tamaño para el sistema operativo y principales aplicaciones, y contar también con una unidad SATA para almacenamiento masivo. Este tipo de combinaciones siguen siendo muy usadas para aprovechar las SSD anteriores o gastar lo menos posible, porque las SATA son más económicas en relación de coste por GB. Descartaríamos las SSD tipo tarjeta para sobremesas porque la verdad es que prácticamente han desaparecido del mercado.

En cuanto a la interfaz a elegir, ya sabes que las PCIe 5.0 son las más rápidas y se están extendiendo poco a poco con los lanzamientos de los grandes del sector del almacenamiento. Si no dispones de conectores M.2 Gen5 o quieres adquirir unidades más económicas, la oferta de las Gen4 es amplísima, son bastante más baratas y cumplen perfectamente en rendimiento.

Por capacidad de almacenamiento, la tendencia en unidades nuevas va por comercializar versiones con 1, 2 y 4 Tbytes de capacidad. Hay también de 8 TB, pero todavía son bastante caras. En Gen4 tienes disponibles desde 256 GB, suficientes para -por ejemplo- un ordenados portátil, sin bien en sobremesas tendrán que contar con unidades adicionales. En todos los casos te recomendamos adquirir un nivel superior ya que para lograr la máxima eficiencia de una SSD se recomienda dejar libre aproximadamente un 20 por ciento de la capacidad de la unidad.

Te dejamos con una selección de lo mejor que se puede encontrar, separándolas por interfaz de conexión e incluyendo adicionalmente alguna unidad externa por si la necesitas para movilidad.

M.2 PCI-E

MSI SPATIUM M560. Una de las Gen5 más baratas que vas a encontrar es esta versión del fabricante taiwanés. Alcanza velocidades de lectura/escritura de hasta 10.200MB/s, con un controlador más que probado, el PHISON E31T, y memorias flash 3D NAND de triple capa. Con resistencia en Tiempo Medio Entre Fallos (MTBF) de hasta un millón y medio de horas y 600 TBW escritos, te durará muchos años. Con 1 TB tiene un precio espectacular de 123 euros y la de 2 TB aún mejor: solo 225 euros.

Corsair MP700. Una Gen5 que tuvimos oportunidad de analizar y que te recomendamos especialmente. Soporta la última interfaz NVMe 2.0 y el Direct Storage de Microsoft, cuenta con memorias 3D TLC NAND, 4 GB de memoria DRAM a modo de caché de alta velocidad y un controlador Phison PS5026-E26 para superar los 10.000 Mbytes por segundo. Con cinco años de garantía, se puede encontrar por 174 euros con 1 TB.

Crucial T700. Otra de las disponibles para PCIe 5.0, con memorias Micron TLC NAND de 232 capas junto con un controlador que veremos en otros integradores, el Phison E26. Promete transferencia de datos de 12.400 Mbytes por segundo en lectura secuencial y 11.800 Mbytes por segundo en escrituras. La versión de 1 TB cuesta 183 euros y se entrega con disipador térmico, mientras que la de 2 TB está en oferta por 315 euros.

ADATA LEGEND 970. Una PCIe Gen5 x4 de última generación que cumple con el estándar NVMe 2.0 velocidad de lectura/escritura secuencial de hasta  10.000/10.000 MB por segundo. Dispone de un controlador SLEG-970-1000GCI, memoria flash 3D de 232 capas, caché SLC y un búfer de caché DRAM. La versión de 1 TB tiene un precio de 192 euros.

Samsung 990 PRO. Samsung ya ha anunciado sus primeras Gen5, pero todavía no están disponibles, pero tiene en esta Gen4 una de las más rápidas del mercado, soportando NVMe 2.0 y velocidades en transferencia de datos de hasta 7.450 / 6.900 MB/s en modos de lectura/escritura secuencial. La versión de 1 TB está en oferta por 117 euros y la de 2 TB cuesta 167 euros.

Kioxia EXCERIA Pro. Otra de las grandes del sector aprovecha al máximo la interfaz PCIe Gen4 para alcanzar 7,3 GB/s. Cuenta con las siempre fiables memorias de Toshiba, alta resistencia y cinco años de garantía. Puedes comprar la versión de 1 Tbyte por 95 euros. La versión de 2 TB tiene un precio rebajado a 159 euros.

WD_BLACK SN850X. Usa controlador propio y memorias TLC 3D NAND de Kioxia para aprovechar a tope la interfaz PCIe 4.0 y ofrecer 7.300 MB/s en lectura secuencial. Con cinco años de garantía y una vida útil en TBW altísima, está disponible en capacidades de 1, 2 y 4 Tbytes desde solo 92 euros. Más rápida que la SN850 original que analizamos y una de las más vendidas.

GIGABYTE AORUS. Otra de las buenas Gen4 con memorias de Toshiba y controlador de Phison que alcanza 7.300 MB/s y dispone de una almohadilla térmica LAIRD de alta conductividad para reforzar la disipación de calor. Con cinco años de garantía, la versión de 1 TB tiene un precio de 184 euros.

Kingston FURY Renegade. En la élite de las Gen4 y de las más baratas, ofrece transferencia de datos de 7.300 / 7.000 MB / s en lectura / escritura secuencial y hasta 1.000.000 de IOPS en transferencias aleatorias. Para ello, usan el controlador Phison E18, memorias NAND 3D de triple capa (TLC) y soporte para el protocolo NVMe. Muy recomendable por un precio super ajustado que deja el TB en solo 89 euros y la versión de 2 TB en 149 euros.

Guía de compra de SSD

SATA

Las novedades en SATA de 2,5″ han sido contadas desde la última actualización de la guía y las grandes del sector siguen arriba de las compras. Pueden usarse en placas que no tengan conectores M.2 ocupadas o como complemento a las M.2, porque siempre son más baratas. Te dejamos alguna oferta de las disponibles:

Samsung 870 EVO. Fue en su día la más vendida del mercado y hoy es ideal para almacenamiento masivo con sus 2 TB de capacidad y un precio de 163 euros. Tienes versiones más económicas, desde 63 euros con 500 GB.

Crucial BX500. En un formato estándar de 2,5″, monta memorias de Micron y ofrece lecturas/escrituras secuenciales de hasta 560/510 MB. La versión más interesante es la de 2 TB por 60 euros. También ideal para ampliaciones la de 4 TB por 257 euros.

Kingston A400. Una SATA-III compatible con NVM Express y velocidad de lectura de 500 MB/s. Su precio con 500 GB es de tan solo 35 euros, mientras que la versión de 1 TB cuesta 63 euros.

Kioxia Exceria. Muy parecida a la anterior. SATA-III con memorias y controlador propio con velocidad de lectura de 555 MB/s. Su precio con 500 GB es de 35 euros.

Externas

Las ventajas de SSD que muestran las unidades internas también se han trasladado a las soluciones externas y si bien con menos oferta y novedades, también encontramos soluciones interesantes que pueden llevarse en un bolsillo a cualquier parte conectadas generalmente por un puerto tan extendido como USB o pueden usarse para aumentar el almacenamiento de productos como consolas. Algunas disponibles:

Samsung T7. Con la tecnología PCIe NVMe integrada, las velocidades de transferencia secuenciales de hasta 1 050 MB/s de lectura y hasta 1. 000 MB/s de escritura, es una de las referencias en externas. La versión de 2 TB cuesta 163 euros.

SanDisk SSD Externa. La analizamos hace años y sigue en plena forma con las nuevas versiones Pro y Extreme. Esta versión es la base conectada a USB 3.2 Gen 2 y 800 MB/s de rendimiento. Con 1 TB tiene un precio de 89 euros.

Kingston XS1000. Compacto, de apenas 29 g de peso, se conecta internamente a USB 3.2 Gen 2, para una velocidad de lectura de 1050 MB/s y velocidad de escritura de 1000 MB/s. Externamente tiene un puerto USB Tipo-C y con 1 TB cuesta solo 76 euros.

Crucial X6. Una SSD portátil que alcanza 800 MB/s conectada a un puerto USB 3.2. Funciona con consolas o PCs y se vende en varias capacidades. La versión de 1 TB tiene un precio de 94 euros.

Ya sabes. Todo lo anterior solo es una selección de lo que puedes encontrar porque la oferta en SSD es muy amplia. Puedes encontrar estas ofertas y muchas más en nuestro minorista de cabecera:

Nota: Esta selección contiene enlaces de nuestros afiliados, pero ninguno de los productos incluidos han sido propuestos o recomendados por ellos o sus fabricantes, sino elegidos según nuestro propio criterio. 

Guía de compra de SSD: qué aspectos debes valorar

Las unidades de estado sólido tienen el mismo propósito que un disco duro: almacenar datos y archivos de manera persistente, es decir, que se queden ‘grabados’ permanentemente aunque no se usen los dispositivos. De esta manera y frente a otros tipos de memorias como la RAM, los datos en una SSD se mantienen aunque apaguemos el equipo. Al guardar datos en memorias no volátiles, no requieren ningún tipo de alimentación energética constante ni pilas/baterías para no perder los datos almacenados, incluso ante apagones repentinos del PC.

Sin embargo, hay una diferencia importante entre la forma que maneja los datos una SSD y cómo lo hace un disco duro. Una SSD escribe datos en trozos llamadas “páginas”. Este grupo de páginas se agrupan en los denominados «bloques» y con el fin de escribir nuevos datos en un bloque ocupado todo el bloque tiene que ser borrado primero.

Para evitar la pérdida de datos, toda la información que exista en el bloque debe ser trasladado primero a otro lugar antes del borrado. Una vez que los datos se mueven y el bloque se borra, sólo entonces se pueden escribir. Este proceso es casi instantáneo y no tiene efecto en el usuario, pero requiere espacio libre vacío para que funcione correctamente. Si no hay suficiente espacio libre el proceso pierde eficiencia y se ralentiza, y por ello se recomienda dejar siempre libre aproximadamente un 20 por ciento de la unidad. Te lo recordaremos a la hora de valorar las ofertas.

Tipos de memorias

El tipo de memoria flash NAND utilizado por estas unidades también es importante, aunque aquí el usuario tiene poco que decir ya que es una opción de los fabricantes para sus procesos de producción. Desde 2020 en adelante, los fabricantes han ido apostando por las memorias que usan QLC (cuádruple nivel de celda). Este tipo de tecnología aumenta la densidad de almacenamiento y rebaja costes, permitiendo ofrecer modelos con mayor capacidad a menores precios.

Por contra, a medida que aumentan los bits por celda, se reduce la resistencia frente a formatos anteriores como TLC (triple nivel de celda), MLC (doble nivel de celda) y especialmente SLC, Single-Layer Cell, que solo almacena un bit por celda y que ya han dejado de comercializarse. La inmensa mayoría de la oferta son ya QLC y TLC. En cualquier caso, ya hemos hablado de la buena resistencia y fiabilidad de estas unidades, por lo que los mejores fabricantes han aumentado la garantía hasta 5 años en unidades de consumo y hay versiones profesionales con hasta 10 años de garantía.

Controladores

Junto a las memorias, es el componente más importante de una SSD. Es responsable del rendimiento final de la unidad, del manejo de la interfaz, del número de canales soportado, del nivel de RAID, de la corrección de errores, de la gestión de la memoria flash NAND y también de la memoria DRAM adicional que veremos a continuación.

Hay fabricantes especializados en producción de controladores como Silicon Motion y Phison que los venden a los integradores que no cuentan con diseños propios y por ello los verás en una gran diversidad de modelos. Los gigantes del sector como WD, Kioxia o Samsung, producen controladores propios para sus soluciones.

Memoria caché

Casi todas las unidades de estado sólido incluyen una memoria adicional para caché de datos. Este tipo de memoria es más rápida que la NAND flash general y permite elevar el rendimiento de la unidad, pero solo mantiene sus prestaciones mientras dura su capacidad. La gestión de esta memoria caché la realiza el controlador instalado y es interna, automática y eficiente. Cuando se agota, se acabó la ayuda hasta que no vuelva a llenarse.

Siempre dependiendo de la cantidad instalada un usuario tipo no suele notar pérdida de rendimiento en las tareas comunes. Pero sí se puede notar en tareas más avanzadas o las que exijan mover una mayor cantidad de datos y que termina agotando la caché. Hay que advertir que algunos fabricantes están retirando esta memoria caché para reducir los costes. A la hora de la compra, asegúrate conocer si incluye o no esta memoria. No es imprescindible, pero termina siendo un plus para mover los datos más utilizados.

Disipadores

Las SSD M.2 conectadas a PCIe son las unidades más avanzadas como veremos más abajo. Son muy pequeñas y ofrecen un rendimiento altísimo, pero se calientan y mucho. Es por ello que las últimas generaciones incluyen por defecto o en opción un pequeño disipador de metal que cubre la unidad y ayuda a mantener las temperaturas bajo control.

Hasta ahora solo eran recomendables, pero la última generación de unidades, las Gen5, han cambiado la situación y los que quieran obtener el mayor rendimiento tendrán que usar refrigeración adicional obligatoriamente. Se pueden adquirir junto a la SSD (algunas llevan incluso ventilador) aunque las placas base (nivel medio o superior) ya suelen incluir versiones pasivas (disipadores) para los módulos M.2 que tenga disponible.

Vida útil

Añadimos aquí el apartado de robustez y resistencia, siempre importante en cualquier producto electrónico. Volver a decir que una de las grandes diferencias de SSD frente a los discos duros es que éstas no tienen partes móviles lo que le otorga una gran ventaja en cuanto a imposibilidad de fallo mecánico. Por contra, las SSD son más propensas a fallos de energía eléctrica mientras que la unidad esté en funcionamiento, provocando corrupción de datos o incluso el fallo total. Además, los bloques de memoria en una SSD tienen un número limitado de operaciones de escritura.

Afortunadamente, los últimos años han mejorado muchísimo en fiabilidad y como citábamos arriba las pruebas masivas de resistencia confirman que duran más que un disco duro antes de que comiencen a fallar. Además, todas las SSD incluyen células de memoria adicionales libres para cuando las otras fallen no perder capacidad, reasignando los sectores dañados.

Firmware y software

El programa que establece la lógica de bajo nivel, más conocido como el software que maneja físicamente el hardware desde su arranque hasta que se inicia el sistema operativo (en este caso el controlador), es otro componente de SSD y de cualquier producto electrónico. No es tan relevante como el controlador, pero sí conviene mantenerlo actualizado.

Los fabricantes suelen hacerlo a través de un software de control que a modo de aplicación se carga en el sistema operativo. Además de actualizar el firmware, estas aplicaciones suelen ofrecen pruebas de rendimiento, datos técnicos de la unidad e información de la temperatura de funcionamiento o la vida útil estimada según los Tbytes escritos. Su uso no es obligatorio porque todos los sistemas operativos pueden manejar estas unidades, pero sí son recomendables.

Algunos fabricantes suelen ofrecer software adicional para facilitar la migración de datos desde la unidad de almacenamiento instalada a la nueva SSD. Las mejores son licencias de suites comerciales especializadas que permiten migrar el sistema operativo, las aplicaciones y los datos, cuentan con herramientas para crear las particiones y proporcionan funciones de copia de seguridad y recuperación.

Formatos de SSD

Las unidades de almacenamiento sólido se comercializan en varios formatos e interfaces normalizados que debe conocer todo usuario a la hora de afrontar su compra, sea para ampliaciones o reemplazos de discos duros. Las repasamos.

2,5 pulgadas

Es un formato estandarizado que también usan los discos duros más pequeños. Lo encontrarás en cualquier ordenador de sobremesa y en algunos portátiles, aunque aquí tienden a desaparecer. En una torre de PC puedes montar cualquiera de estos modelos en las bahías de 2,5″ y también en las más grandes de 3,5″ con un adaptador, mientras que en portátiles varían según su grosor de 9,5 mm y 7 mm los más delgados y que se suelen usar en ultra portátiles o convertibles.

Tarjetas

Un formato exclusivo para ordenadores de sobremesa, pero que también tiende a desaparecer, son los de tipo tarjeta que se pinchan directamente en un slot PCIe de la placa base. En este formato se incluyen las unidades que montan sus chips directamente en la tarjeta o si ésta se utiliza como accesorios para poder montar las M.2 anteriores en placas que no tengan un conector especializado. Son igual de rápidas que las M.2 al utilizar PCIe, pero ocupan mucho más, hay muy poca oferta y realmente solo las recomendaríamos cuando nuestra placa no tenga conectores M.2 disponibles. También hay disponibles versiones para montar doble unidad SSD.

M.2

Mucho más moderno y pequeño en tamaño que los anteriores se comercializa en varias variantes aunque la más extendida es la denominada ‘2280’ que mide únicamente 80 x 22 y 3,5 mm, más pequeña que un módulo de memoria RAM. Es el formato que se está imponiendo en la industria y el recomendado a utilizar en placas base que lo soporten, tanto por tamaño, como por rendimiento cuando usan la interfaz PCI-Express que veremos más abajo. La variante mSATA, aún más pequeña que la anterior (50,8 mm x 29,85 mm x 4,5 mm), pero bastante menos extendida y con menos rendimiento.

Conexiones de SSD

Relacionado con el apartado anterior, pero muy diferente, todo comprador de estas unidades debe conocer las interfaces soportadas por su equipo o lo que es lo mismo, el bus de conexión al que va a conectar las SSD. Básicamente son dos:

SATA

(Serial Advanced Technology Attachment). Es un bus tremendamente extendido ya que lleva con nosotros desde 2003 y lo soportan el 100% de los PCs vendidos los últimos 15 años. Tremendamente versátil, es usado únicamente por las unidades de 2,5 pulgadas ya que las pocas M.2 que se comercializaron hace años para este puerto prácticamente han desaparecido.

No todas las SSD ofrecen el mismo rendimiento ya que dependen de las memorias utilizadas y especialmente de su controlador, pero prácticamente todas las SATA alcanzan velocidades de transferencia de datos de 500 MB/s, entre el doble y el triple de la de un disco duro. Son las SSD más económicas en coste por GB, aunque los nuevos lanzamientos se están reduciendo frente a las PCIe. Se pueden montar muy fácilmente en portátiles y sobremesas con adaptadores.

PCIe

Más moderno y mucho más rápido que SATA, PCI-Express se ha convertido en el bus local principal de los PCs y la tendencia es que termine siendo el único una vez que se vayan arrinconando todos los componentes legados existentes para SATA. Se utiliza tanto para conexión interna en los circuitos integrados de las placas base (chipsets) como para conectar tarjetas externas pinchadas en los slots correspondientes.

En el caso de SSD cuentan con conectores dedicados en las placas base, los M.2 mencionados y soportan el protocolo NVMe que convierte la unidad en arrancable, permite obtener un gran rendimiento, reduce la sobrecarga de los componentes de E/S y de la CPU. Entre los pocos inconvenientes frente a los modelos SATA es el que mencionamos más arriba, que las PCI se calientan más. También son algo más caras en precio por GB. Las unidades más extendidas se conectan a la interfaz PCIe 3.0 y ofrecen velocidades en los entornos de los 3.000 MB/s en lecturas secuenciales, mientras que la versión 4.0 (la más recomendable ahora mismo) eleva la transferencia de datos por encima de 7.000 Mbytes por segundo.

Las Gen5 son las más nuevas y veloces, ya que alcanzan un rendimiento de hasta 14.000 Mbytes por segundo en lecturas secuenciales, pero los mayores fabricantes todavía no han dado el salto, necesitan usar las últimas plataformas de Intel o AMD para obtener todo su potencial, son más caras que las anteriores y el problema del aumento de temperatura es más acuciante, necesitando en todos los casos al menos disipadores para evitar problemas. Decir que son retrocompatibles con placas de generaciones anteriores.



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