Milei sufre su peor derrota parlamentaria y política desde que gobierna Argentina
Javier Milei tuvo su peor derrota legislativa y política desde que asumió la presidencia argentina el 10 de diciembre de 2023. El Senado sancionó el aumento del 7% de las pensiones, aprobó una serie de leyes impulsadas por los gobernadores provinciales que desafían el ajuste y, también, la emergencia de la atención de la discapacidad que para el Gobierno de ultraderecha es un gasto fútil. Pero, además, la cámara alta rechazó el veto del Ejecutivo a la ayuda económica a la ciudad bonaerense de Bahía Blanca, devastada por un acontecimiento climático meses atrás. Milei cree que el paso que dieron los senadores apunta contra el corazón de su programa: el control absoluto del déficit del fisco. El anarco capitalista habló de un «ataque» deliberado. Su jefe de ministros, Guillermo Francos, habló de un «golpe institucional«. La cachetada parlamentaria tiene lugar en momentos que el control del precio del dólar vuelve a tambalear y rebrotan los cuestionamientos sobre la capacidad de la administración libertaria para mantener el esquema cambiario. Avanzan a su vez las investigaciones por la estafa con activos digitales conocida como «criptogate». Milei advirtió impedirá que prosperen las iniciativas parlamentarias. «Vamos a vetar. Y si aún se diera la circunstancia, que no creo, que el veto se cae (en el Congreso), lo vamos a judicializar (acudir a los tribunales)«. La ultraderecha hizo lo imposible para evitar la noche negra. Previno un escenario apocalíptico, turbulencias financieras y un rebrote inflacionario. Las amenazas no revirtieron la situación.
El peronismo, la principal fuerza opositora, logró este jueves ser acompañado por legisladores que venían levantando la mano en favor de las iniciativas fundamentales de la ultraderecha. No es la primera vez que el Parlamento aprueba medidas que desagradan a Milei. La mejora de las pensiones de los abuelos y abuelas, ya había sido vetada por el presidente con la ayuda de fuerzas que esta vez cambiaron de bando, y que pueden volver a alinearse con el Gobierno. Uno de ellos es el senador Luis Juez, furioso antikirchnerista pero padre de una hija discapacitada que no tolera la nula empatía de las autoridades con un drama social. «No importa cuánto afecta o lo que dicen los economistas, nuestros hijos no son un número y se merecen el mismo respeto que tenemos nosotros y los que no tenemos ninguna discapacidad», dijo, al borde del llanto, al votar contra las expectativas oficiales. El debate fue acompañado desde la calle por representantes de la Fundación de Desarrollo Humano Integral, la organización Argentina Humana Inclusiva y el Foro Permanente para la Promoción y la Defensa de los Derechos de las Personas con Discapacidad, entidades que vienen denunciando que «la discapacidad está en una crisis al borde del colapso» con más de medio millón de personas afectadas.
Catarata de insultos
Los últimos días han sido amargos para Milei. Su boca se abrió para proferir insultos a granel. El diario ´Perfil` hizo un recuento de las invectivas: «parásitos mentales», «pelotudo (idiota) «, «ladrones», «brutos», «mandriles», «mentirosos», «imbécil», «culo», «ratas», «eunuco», «inmundo», «porquería», «depravados», «orcos (los monstruos de El señor de los anillos), «genocida», «impresentable», «caradura», «malnacido», «infectado», «cagador», «basura», «nefasto», «burro». La discusión en el Senado añadió el calificativo de «traidora», dirigido nada menos que a la vicepresidenta Victoria Villarruel, por haber facilitado la sesión que desembocó en lo que Milei considera una humillación política.
Las relaciones entre los integrantes de la fórmula electoral que se impuso en noviembre de 2023 estaba completamente rota. Pero el enfrentamiento ha entrado en una nueva fase. En las redes sociales, la milicia digital del Gobierno aseguró que Villarruel se ha aliado con Cristina Fernández de Kirchner, actualmente encerrada en su domicilio en complimiento de una condena de seis años.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, llamó a Villarruel a evitar la derrota parlamentaria. «No denigre la institución que preside. No sea cómplice del kirchnerismo. Al menos siga del lado del pueblo que la votó para cambiar el país. No convalide la corporación política más abyecta de la historia». Y Villarruel, hija de un oficial del Ejército que participó de la lucha contrainsurgente de los años setenta del siglo pasado, la llamó «terrorista» por la adscripción juvenil de Bullrich a Montoneros, la guerrilla urbana peronista. El propio Milei había utilizado ese calificativo durante la campaña electoral cuando Bullrich representaba a la otra facción conservadora. Villarruel recordó la escasa tolerancia de la ministra para sostener sus lealtades políticas y la acusó de «pulular de partido en partido».
Nuevas zozobras
«El desequilbrio fiscal no se negocia», dijo el ministro de Economía, Luis Caputo, uno de los perdedores de la jornada.El sopapo en el Congreso es observado a la luz de las elecciones parlamentarias de octubre. El Gobierno confía en que, más allá de su furia, podrá remontar las dificultades. Algunos analistas no descartan que lo ocurrido sea un punto de inflexión. Recuerdan que el miércoles Milei tuvo que suspender su viaje a la norteña provincia de Tucumán para encabezar el acto principal por el Día de la Independencia debido a que la mayoría de los gobernadores le dieron la espalda. «El gobierno empezó a chocar en todas las curvas. Volvió la inflación, sube el dólar, se perdió el superávit. Los logros macroeconómicos están en discusión. Hay quiebras de agropecuarias, empresas industriales y comercios. Muy pocas actividades son rentables, no hay inversión externa y cada semana alguna multinacional anuncia que deja el país», recordó Ignacio Fidanza, columnista del portal ´La Política Online`. El modelo, señaló, «pierde brillo y el paro volvió ser la principal preocupación de los argentinos, igual que en los años noventa». Los tiempos se acortan. Lo que se observa «es una explosión en cámara lenta del mecanismo de control político libertario, de la búsqueda del sometimiento del otro, asfixiándolo económicamente, hostigándolo en las redes, apelando a los servicios, y todo el manual de herramientas del bajo fondo de la política, pero aplicado con la sutileza de un colectivero en hora pico. Ese dispositivo que parecía temible, empieza a revelarse como lo que es: un corso de improvisados jugando un juego que les queda grande».
El impacto del terremoto en el Congreso fue tan intenso que en el medio del temblor pasó completamente inadvertida la noticia de que el expresidente Alberto Fernández, antecesor de Milei, fue procesado por supuestos ilícitos en la contratación de seguros para el Estado a través de intermediarios que cobraron fabulosas comisiones.
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