Nadie tendrá una piel luminosa comiendo ultraprocesados y fumando
La piel, afirma la farmacéutica ovetense Matilde Rodríguez Garay, “es la primera que habla” sobre nuestro estado de salud, sobre la dieta que llevamos, cuenta cuánto y cómo dormimos, cuáles son nuestros hábitos saludables. Y si se quiere lucir un rostro luminoso hay que atender a todo eso que está “en la base” de nuestra piel. Si lo dice Matilde Rodríguez Garay habrá que hacerle caso, porque esta farmacéutica asturiana con farmacia en Reinosa (Cantabria) acaba de ser elegida por la revista “Forbes” como una de las 50 profesionales más influyentes de España en el ámbito de la dermocosmética.
[–>[–>[–>Los comienzos
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Tiene 60 años recién cumplidos. Estudió en el colegio de las Teresianas de Oviedo y luego cursó Farmacia en Santiago de Compostela. Allí conoció al que hoy es su marido, también farmacéutico. Dos de sus hijos ya son licenciados y el tercero está en camino de serlo, hace cuarto curso. En 1991, el joven matrimonio compró con ayuda de las respectivas familias una farmacia en Reinosa. “Vine llorando sin parar hasta Llanes. No dejaba de ser una cría. Entonces no sabías a qué te enfrentabas, era mucha responsabilidad”. Y en Reinosa, además, todavía coleaban los efectos de la reconversión industrial y de aquella conflictiva primavera de 1987, con duros enfrentamientos entre los trabajadores y la policía, en los que murió un obrero. “Mi padre pensó que me mandaba a la guerra”, bromea. Curiosamente, su padre, José Manuel Rodríguez Corral, que luego tendría una sastrería en la calle Ventura Rodríguez de Oviedo, había empezado su trayectoria laboral en una farmacia. “Pero el primer día lo mandaron a por unos medicamentos, tropezó, cayó, se le rompieron todos los envases y ya no volvió a la farmacia”, relata con humor esta farmacéutica se llama como su madre, también Matilde.
[–> [–>[–>La piel digital
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Atrás queda su llegada a Reinosa. Pasaron los años, llegó el nuevo siglo. No solo Reinosa, el mundo entero se reconvirtió. Cambió de piel la sociedad. Se hizo digital. Aunque Matilde ya se había adentrado antes en las redes sociales -“Había hecho mis pinitos en Facebook”- empezó a meterse a fondo en la época de la pandemia de coronavirus. “Fue cuando todo ese mundo explotó. Como todos se aburrían en casa…” Ella se puso a estudiar y empezó a hablar de lo que le gustaba: de la piel, “que es el mayor órgano del cuerpo”. “Recuerdo que una amiga, María José Díaz, fallecida hace 15 años, que tenía la farmacia de San Lázaro, en Oviedo, me regaló un libro que se titulaba así, ‘La piel’, y me dijo: ‘Esto es lo tuyo’. Fíjate las vueltas que da la vida, si me viera ahora… La verdad es que me encanta, estoy todo el día haciendo cursos”.
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Admite que para la gente de su generación no es fácil adentrarse en el mundo digital. “Creo que cuando estudiaba, en mi facultad no había un solo ordenador y luego yo no distinguía la arroba del hashtag. Lo mío con las redes fue todo ensayo-error”. No obstante, descubrió que no se le daba mal comunicar a través de este canal, mejor incluso que en la vida real: “Delante de la cámara me da igual ocho que ochenta, pero luego cuando alguien dice que viene a verme a la farmacia, soy súper cortada, me hago ‘bicho-bola’”. Sostiene que lo fundamental es tener el conocimiento de la materia sobre la que hace los vídeos. Saber de qué se habla: “Y eso lo tengo demostrado. ¡Es que tengo 35 años de mostrador en la farmacia!”
[–>[–>[–>Una teta y bloqueada
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En sus comienzos en las redes tuvo un tropiezo. De dio de bruces contra los cuestionables criterios de Meta a la hora de filtrar los contenidos en Instagram. Un día, cuando ya tenía 3.000 seguidores, la plataforma digital le cerró la cuenta. “Acababa de hacer un vídeo sobre una patología que nos pasa mucho a las mujeres, que nos salen unos eccemas debajo del pecho”. El problema es que había enseñado la imagen de una teta. Bloqueada. Tuvo que volver a empezar de cero con otra cuenta.
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Hoy tiene más de 80.000 seguidores entre Instagram y Tik Tok, donde es una referencia nacional en dermocosmética. Además, más de un millar de mujeres han tenido ya consultas online con ella. Pero no quiere definirse, ni que la definan, como “influencer”. Matilde Rodríguez es una farmacéutica, siempre con su bata blanca, que no vende soluciones mágicas, que pide mesura a la hora de aplicarse determinados productos y que alerta de que hay mucho “truhan” vendiendo en redes. “Hay gente que se quiere echar todo y se lo quiere tomar todo y eso no tiene ningún sentido. Hay que medir. Mi cometido es la salud. Lo que yo busco, sobre todo, es que la gente se asesore a la hora de entrar en una farmacia, que no cojan lo primero que encuentran en la balda, que pregunten al profesional. Hay farmacéuticos expertos en todo”. Y sabe bien cuál es su radio de acción: “Hay mucha patología que es muy difícil y yo ahí no me meto. Soy farmacéutica, no dermatóloga. Yo no puedo hablar de medicamentos”.
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[–>Las redes sociales, y los consejos y asesoramiento que da a través de ella, le han permitido duplicar las ventas de su farmacia. Insiste en mantener la honestidad. Primero, comparece sin filtros. “Jamás, eso va en contra de mi mensaje”. Es plenamente consciente de que en redes sociales lo que se ve casi nunca es la realidad. Si tiene que buscar una razón de su éxito, que ella atribuye a “la suerte”, incide en que “lo importante es el contenido. Yo hablo de esas preguntas que me hacen a mí en el mostrador”.
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El estrés, ay, el estrés
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Y en la base de todas esas consultas en busca de un producto que nos permita lucir una piel esplendorosa están los estragos que causa el estrés. “El estrés es el problema de todo: de la piel, del pelo… El estrés es una pandemia. Tú párate en un semáforo a mirar cómo está la gente. El estrés se palpa. El estrés es inflamatorio y vivimos inflamados”.
[–>[–>[–>Matilde, su marido y sus tres hijos, todos ellos farmacéuticos. / .
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La nutricosmética
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“Todo el mundo de la suplementación está creciendo muchísimo”, apunta Matilde Rodríguez Garay. Pastillas para darle brillo a la piel, para aumentar músculo en la cara, para el cansancio… “Es como si tu piel fuera una flor. Si tú la nutres desde entro, si nutres y abonas la tierra donde está plantada, la flor durará más tiempo, estará bonita más tiempo”, indica. Al punto advierte que cuidado con las pastillas, “porque si empiezas por la nutricosmética y te olvidas de la base de la pirámide, no te vale para nada”.
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La pirámide
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La pirámide, ahí está el verdadero secreto de una piel luminosa. “Yo hablo mucho de pirámides. Siempre estoy con las pirámides para arriba y las pirámides para abajo. La pirámide de Keops no se cayó porque tiene una base enorme y firme. Y ahí, en la base de nuestra piel, está la vida saludable. No puedes pretender tener una piel luminosa comiendo ultraprocesados en vez de tomar cinco piezas de fruta al día, etcétera. Y después, es fundamental no fumar. Y si te expones al sol, ¿cómo vas a pretender tener una piel bonita? Una cosa es estar al sol, convivir con el sol, y otra cosa exponerse. No te expongas al sol si no quieres tener manchas en la cara Y el siguiente paso es una rutina de limpieza. Sin limpieza nada funciona, imposible tener una piel bonita. Los pasos son: limpieza, antioxidantes, fotoprotección. Y luego, sí que con la nutricosmética si tú quieres avanzar un paso más puedes potenciarlo desde dentro”.
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Las matufarmanenas
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A todas las que solicitan una consulta online con Matilde -porque la práctica totalidad son mujeres- esta farmacéutica las llama sus “matufarmanenas”. Las aconseja sobre cómo mejorar la piel, pero también sobre la belleza capilar. “Ahora hay muchísima alopecia de mujeres, cosa que no había antes. Y hay un tipo de alopecia, que es la alopecia frontal fibrosante, que se ve va retrasando el nacimiento del pelo. Es prácticamente una pandemia”.
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