NEGOCIACIONES CON JUNTS | El Gobierno elude el compromiso de presentar los Presupuestos a la espera de la cuestión de confianza
El Gobierno se sacude la presión de Junts en la mesa de negociación y deja ahora en el aire el compromiso de presentar Presupuestos. “El compromiso es negociarlos, presentarlos es un objetivo”, matizan desde la cúpula de Ferraz, mientras que en el Ejecutivo insisten en normalizar la posibilidad de una nueva prórroga de las cuentas públicas. El rechazo del Congreso a la norma más importante que puede sacar adelante un Gobierno visibilizaría su incapacidad para armar mayorías y la dificultad para mantener a flote la legislatura. El propio Pedro Sánchez, en su etapa como líder de la oposición, pidió a Mariano Rajoy elecciones por no ser capaz de aprobar Presupuestos. Pese a ello, en Moncloa se había mostrado determinación hasta ahora para asumir el riesgo.
La tramitación de la iniciativa de Junts sobre una cuestión de confianza, que se debatirá dentro de un mes, ha cambiado el escenario al marcar los plazos de la negociación. Sin valor jurídico, pero sí político ante el hecho de que Junts pueda unir sus votos a PP y Vox para dar cuenta de una mayoría alternativa, el Gobierno está a la espera de lo que ocurre con esta iniciativa. Se confía en acelerar las negociaciones para allanar el apoyo a las cuentas públicas y que los posconvergentes no voten a favor de que Pedro Sánchez se someta a una cuestión de confianza o, incluso, para que la retiren antes de debatirse.
Desde el Gobierno vinculan también la presentación de la senda de estabilidad, el primer paso imprescindible para elaborar los Presupuestos, a tener garantías de que las cuentas públicas saldrán adelante. Todas las negociaciones derivan en los Presupuestos, imprescindibles para apuntalar la legislatura, y las carpetas se acumulan en forma de cascada. La principal, para seguir avanzando, tiene que ver con la transferencia de las competencias en inmigración.
Para los posconvergentes se trata de una carpeta imprescindible que quieren cerrar antes de abordar las cuentas públicas. El encaje constitucional sobre el control de fronteras sigue siendo el principal escollo. “Lógicamente”, cualquier acuerdo se hará dentro del “marco constitucional”, apuntan en Ferraz sin dar más pistas sobre los flecos pendientes para evitar que descarrile la negociación. En el Gobierno apuntan que el acuerdo está maduro, pero que eso no significa que vaya a cerrarse, deslizando que depende del visto bueno de Junts.
En el Ejecutivo hay un optimismo contenido por retomarse las negociaciones con Junts tras el pacto para aprobar un nuevo decreto con las medidas del escudo social que los posconvergentes tumbaron junto a PP y Vox. Con todo, se muestra cautela, no solo al soslayar el compromiso de presentar los Presupuestos, sino a la hora de ceder en exigencias sin que comporten saltos adelante. De ahí que se siga enfriando el momento de una reunión entre Pedro Sánchez y Carles Puigdemont.
Lo que desde Junts se vincula como hito necesario para la “aplicación de la amnistía política”, en el Gobierno intentan rebajar su importancia. “Esa fotografía no me parece esencial y no me parece en este momento que sea prioritaria», explicaba el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, durante su intervención este lunes en un acto de la Fundación Cajasol en Sevilla. Si bien no la descartaba, daba cuenta de las dudas dentro del Ejecutivo sobre los tiempos.
Reunión con Puigdemont
Hay disposición para celebrarla, como ya trasladó el propio presidente del Gobierno, pero se impone la lógica de vincularla a “solemnizar” algún acuerdo trascendental como serían los Presupuestos. En esta línea, Bolaños argumentaba que, más allá de la hipotética reunión, «lo esencial es el contenido de los acuerdos. A la espera de que se aplique la amnistía a dirigentes del ‘procés como el ‘expresident, este encuentro debería celebrarse fuera de España y con Puigdemont todavía en condición de prófugo de la justicia.
El ‘expresident’ advirtió tras dar por suspendidas las negociaciones con el PSOE que no rehabilitarlo como “interlocutor político” es una circunstancia que “no facilita las cosas”. Tras el acuerdo de la pasada semana ante el que se dieron por “descongeladas” las negociaciones, el secretario general de Junts, Jordi Turull, volvió a calificar como “fundamental” la celebración de un encuentro entre Sánchez y Puigdemont para hablar “cara a cara”.
Al mismo tiempo que el principal negociador del Gobierno con Junts mostraba cautela sobre las conversaciones y rebajaba la importancia de sacar adelante unos nuevos Presupuestos, la portavoz del PSOE, Esther Peña, insistía en los argumentos para dar buena una posible prórroga. En rueda de prensa desde Ferraz subrayaba que las actuales cuentas públicas “son las nuestras, están dando buenos resultados y están preparadas para recibir los más de 25.000 millones de euros de los fondos europeos”. Por ello, concluía que seguir con ellas prorrogadas ofrece “todas las garantías”.
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