pesa 28.000 toneladas y usa energía nuclear
El almirante Nakhimov, un coloso naval que no se vio en alta mar desde 1997, finalmente ha iniciado su Pruebas de mar Después de una modernización profunda. Este crucero de batalla nuclear, el único barco de combate de superficie en su clase con propulsión atómica en el mundo, se mueve nuevamente por sus propios medios después de que sus dos reactores nucleares se reiniciaron este año, marcando un hito para la Armada rusa.
Además, este barco, inicialmente bautizado como Kalinin, fue lanzado en 1986. Perteneciente a la clase Kirov, conocida por el proyecto 1144.2 Orlan, el almirante Nakhimov es un topo imponente de 28,000 toneladas, cuyas dimensiones y capacidades lo posicionan como un Pieza naval Primer orden a nivel mundial. Su reactivación no es solo un avance técnico.
Este hito representa el resurgimiento de un gigante que simboliza la renovada ambición naval rusa. Después de décadas de inactividad y un proceso de modernización, su regreso a la navegación subraya el compromiso de Moscú de revitalizar su capacidad de proyección de potencia en los océanos, consolidando un Estrategia marítima largo alcance.
Una modernización del draft para una fortaleza flotante
Dentro de este marco, el trabajo de modernización a gran escala del almirante Nakhimov comenzó en 2014, constituyendo el Reforma más extensa Realizado en una nave de combate de superficie rusa en décadas, a pesar de los repetidos retrasos sufridos por el proyecto, según Interesicy Engineering. Esta transformación ha incluido una reconfiguración total de sus sistemas y armamento.
En este sentido, la reforma de esta fortaleza flotante ha incorporado la instalación de 174 tubos de lanzamiento vertical, una capacidad que le da el mayor número de misiles de cualquier barco de combate de superficie. De estos nuevos tubos, 78 están configurados para misiles de ataque como el Kalib Integración de sistemas S-400 para defensa aérea.
Además, el almirante Nakhimov está llamado a convertirse en el Future insignia de la Armada rusa y el eje central de su flota superficial. Su ajuste y su próximo despliegue no solo refuerzan la capacidad operativa de Rusia, sino que también envían una señal de su compromiso con el proyecto influencia y poder en el escenario geopolítico mundial.
Por lo tanto, la reaparición de este recipiente de propulsión nuclear y su capacidad de misiles, incomparable en otros barcos de superficie, lo convierten en un elemento de borrador que podría alterar el Equilibrio de fuerzas naval. Representa un desafío directo a la hegemonía marítima occidental y una clara indicación de las ambiciones militares de Moscú en las aguas internacionales.
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