Podemos hurga en la herida de Sumar y vincula sus acuerdos con IU en los territorios a un pacto nacional
Podemos intenta orillar a Sumar en la futura recomposición de la izquierda y aspira a recuperar como principal socio a IU, el que fuera el principal aliado de Yolanda Díaz en el lanzamiento de su plataforma, pero que en los últimos meses ha enfriado al máximo su relación con la vicepresidenta. El partido de Irene Montero lleva meses centrado en recuperar su papel de alternativa al PSOE a costa de endurecer sus posiciones hacia el Gobierno, pero más allá de su estrategia de desgaste ya piensa en los próximos pasos para afianzarse como el principal actor de cambio y restablecer su alianza con IU para dar por superado a Sumar.
Y el próximo hito marcado en el calendario son las elecciones autonómicas, que arrancarán dentro de un año en Castilla y León y más tarde en Andalucía, si es que no se produce un adelanto electoral también en Baleares en los próximos meses. En Podemos son conscientes de la necesidad de tejer alianzas con otras fuerzas de cara a estas citas electorales, algo que pasa necesariamente por un acuerdo con IU, con quien han recuperado la interlocución tras la llegada en primavera de su nuevo coordinador, Antonio Maíllo, que fijó la reunificación de la izquierda como principal objetivo y que se ha esforzado en tender puentes con el partido morado.
La alianza entre ambas fuerzas se materializó en la coalición de Unidas Podemos en las últimas dos legislaturas y todavía sobrevive en numerosos territorios, donde Podemos e IU sellaron acuerdos en las últimas autonómicas. Pero en esta ocasión, voces destacadas de la formación se muestran partidarios de que estos acuerdos autonómicos estén vinculados a un pacto a nivel nacional entre los dos partidos para dar cobertura a los demás acuerdos territoriales. Esto implica de facto excluir de la ecuación de la izquierda a Sumar, que no tiene representación ni implantación en estas regiones, y que no ha comenzado siquiera su despliegue organizativo en los territorios. Podemos busca así comprometer a Izquierda Unida a un acuerdo para las generales. De esta manera ambas fuerzas volverían a recuperar el protagonismo que Díaz les ha venido negando, y serían ellos quienes podrían cobrarse su particular venganza y relegar a Sumar.
«IU tendrá que elegir»
El planteamiento de que los pactos autonómicos vayan ligados a un acuerdo nacional juega contar Sumar, que no ha logrado expansión territorial alguna. Las sucesivas crisis internas del partido llevaron a retrasar su asamblea constituyente, que se prevé para primavera y que en un primer momento preveía dar el pistoletazo de salida al resto de procesos para elegir a sus direcciones territoriales. A día de hoy, sin embargo, sus planes de expansión están en el aire y la formación de Yolanda Díaz podría renunciar a la implantación en los territorios. Hasta ahora, Sumar solo dos federaciones consolidadas, Galicia y Euskadi, donde se han celebrado sendas asambleas.
En Andalucía existe Más Andalucía, la federación del partido efímero que fundó Íñigo Errejón para presentarse a las generales en 2019 y que se disolvió después dentro de Sumar, convirtiéndose en una suerte de delegación de Yolanda Díaz en el territorio. Más Andalucía cuenta con una diputada en el Parlamento andaluz, Esperanza Gómez, aunque en las filas moradas desdeñan a esta organización por la falta de estructura organizativa y su reducido tamaño. Esta formación es ahora la única cuota considerada de Sumar dentro de la coalición andaluza de Por Andalucía, en la que Podemos e Izquierda Unida han vuelto a tender puentes para preparar ya su futura alianza.
Precisamente Andalucía ha sido uno de los escenarios de acercamiento entre IU y Podemos, que arrancaron la coalición en verano de 2022 con fortísimas turbulencias y un acuerdo in extremis. El gesto definitivo de reconciliación tuvo lugar en septiembre, cuando la portavoz, Inmaculada Nieto, dio entrada a la diputada Alejandra Durán, de Podemos, en la Mesa del Congreso, en lugar de la diputada Gómez, que era la cuota de Sumar. IU y Podemos son conscientes de la necesidad de lograr un acuerdo en el territorio para evitar un descalabro. En el caso de Podemos la necesidad es aún mayor, al haber quedado fuera del registro en la última coalición, donde el partido no consta oficialmente como integrante, quedando en duda sus derechos y subvenciones electorales de cara a la campaña electoral. Pero los morados se resisten a dar cabida a Sumar dentro de la alianza y avanzan que «IU tendrá que elegir» a sus socios, avanzando su rechazo a convivir con Sumar en su misma coalición. En el resto de territorios la marca de Yolanda Díaz ni siquiera está presente, de manera que rechazan su inclusión en una eventual coalición.
IU y Podemos tienden puentes
En los últimos meses la relación entre Podemos e IU se ha vuelto a engrasar, impulsada por dos circunstancias. La primera, la misión autoimpuesta por Maíllo de trabajar por el nuevo entendimiento de la izquierda. Una tarea en la que lleva meses trabajando, con contactos con Pablo Iglesias e Irene Montero, pero que cuestionan algunos sectores dentro de su propia formación, que ven precipitado este debate al no haber un horizonte electoral a la vista. La visión es muy distinta en la actual dirección, donde creen que es necesario ir sentando las bases para futuras alianzas que puedan cocinarse a fuego lento, en lugar de los habituales acuerdos de última hora. El coordinador de IU recordó este mismo martes en Cadena Ser que su partido tiene que hacer «un ejercicio de servicio al país de construir un instrumento que sea útil al país» para permitir políticas de izquierdas.
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En paralelo a este acercamiento, también hay otra circunstancia que empuja a IU a Podemos, y es el desengaño vivido con Yolanda Díaz, con quien tienen una frialdad creciente. La crisis entre ambas opciones comenzó a raíz de las negociaciones fallidas de las listas europeas, donde IU obtuvo el cuarto puesto, y los malos resultados que obtuvieron después, que dejaron por primera vez a Izquierda Unida sin representación en el Parlamento Europeo. Aquello llevó a que IU, que en un primer momento estaba dispuesto a contribuir al desarrollo territorial de Sumar, renunciase a cualquier vínculo orgánico y limitase su relación a los acuerdos electorales. Una decisión que ha puesto en jaque la construcción orgánica de Sumar y que limita sus opciones de desplegarse en los territorios.
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