¿Por qué nadie quiere ser albañil ni con sueldos de 2.500 euros?
España se queda sin albañiles en plena crisis de la vivienda y ante el furor por las reformas. Un oficio esencial, bien pagado —con sueldos de especialistas que pueden alcanzar los 2.500 euros— y que, aun así, no logra atraer a jóvenes para garantizar el relevo generacional debería ser un asunto de debate nacional. Pero no lo es. Mientras el país necesita edificar 700.000 viviendas para cerrar la brecha entre oferta y demanda, la profesión capaz de hacerlo continúa siendo invisible. Ni laboralmente, ni culturalmente, ni políticamente se ha abordado con seriedad un problema que nace de un modelo educativo y un paradigma social que sigue ninguneando los oficios manuales.
[–>[–>[–>La formación es un buen ejemplo de esa dejadez. La FP relacionada con la construcción vive anclada en el pasado, está desconectada del mundo real y carga con una denostada reputación que empuja a los jóvenes hacia la universidad. Poco importa que quizá muchos de ellos acaben después engrosando las listas del paro. Modernizar la FP es crucial. Alemania lo anticipó hace décadas con su sistema dual, donde los alumnos combinan teoría y práctica remunerada desde el primer día, con reconocimiento social incluido. En España este modelo avanza a un ritmo claramente insuficiente. Canadá, por su parte, fue más allá e incorporó incentivos directos tanto para los aprendices como para las empresas que los forman.
[–> [–>[–>El segundo frente, igual de importante, es la forma de trabajar. Cuidar al empleado es cuidar el oficio. La rotación de tareas, la mecanización ligera y manejable, la industrialización y un entorno laboralmente seguro pueden alargan la carrera profesional de esta mano de obra y frenar su desgaste, del mismo modo que una homologación ágil y ordenada de trabajadores extranjeros cualificados.
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España necesita hacer frente a la crisis de la vivienda, y no la resolverá sin contar con los albañiles adecuados. Apostar por una formación moderna, por la tecnología y por la dignificación del oficio es la mejor manera de asegurar el relevo generacional y sostener la edificación del país.
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