¿Por qué no dimite (aún)?
Cualidades morales y dignidades aparte.
[–>[–>[–>En estos días, y los inmediatamente próximos de hace un año, muchas personas tuvieron la sospecha de a qué había dedicado el señor Mazón su tiempo la tarde del 29 de octubre.
[–> [–>[–>Con los sucesivos dimes, diretes, versiones y otras falsedades, hay ya muy pocas personas hoy que no tengan la convicción, con el consiguiente riesgo de errar, de a qué dedicó sus atenciones y tiempo.
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Con ser relativamente sustancial y despertar, además de morbo y curiosidad más o menos malsana, más o menos justificada, si bien estimulada por tantas versiones, tan burdas y contradictorias, a que se dedicó podría afectar en términos personales a personas que no merecen ser paseados por plazas públicas, andar por mentideros ni ante especulaciones ajenas, más o menos perversas, por culpa exclusiva de que el señor Mazón optó por no estar donde debía en circunstancias especialmente gravísimas.
[–>[–>[–>A él corresponde dar las explicaciones que sean pertinentes, difícilmente suficientes, pero, en su caso, para otras personas, estos asuntos tienen naturaleza privada y, aunque sin duda no quedará reducido a ese ámbito, en ese ámbito debería de quedar.
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Lo que competería explicar/valorar son la dejación de funciones, las omisiones, las interferencias y las burdas mentiras en relación con las comunicaciones con los cargos que estaban participando, con poca fortuna, en todo aquel despropósito de no toma de decisiones de consecuencias gravísimas.
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[–>Por cierto, también el señor Feijóo, el cual, hoy por hoy, y con el permiso de Vox entre otros u otras, es el jefe de la oposición, debería explicar sus mentiras sobre su grado de conocimiento y seguimiento de la catastrófica situación que se estaba produciendo.
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Pero:
[–>[–>[–>¿Por qué no dimite aún el señor Mazón?
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–Es evidente que el presente y el futuro político de este señor está acabado y, en mi opinión, lo sabe perfectamente.
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La pregunta, sin duda, es: ¿cuándo lo hará?
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La respuesta tiene múltiples aristas difíciles de conciliar.
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La solución al «sudoku» es compleja y los agentes intervinientes varios.
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Mazón
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–Todos pretendemos conocer algo el mundo del fútbol para saber que cuando el cese de un entrenador «está cantado» viene la fase del acuerdo sobre la indemnización y salida lo más digna posible, generalmente para él y quizá «alguno de los suyos».
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–El procedimiento judicial en curso con gran probabilidad acabará con éste como imputado, lo cual abre una muy difícil decisión para el proceso: ¿quién hará la instrucción? La juez actual, si dimite, o el Tribunal Superior de Justicia, si no dimite. Peliaguda cuestión.
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Partido Popular
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Como se sabe, se dice, y ocurrió, están acostumbrados, especialmente en esa comunidad autónoma a empujar presidentes, pero según quien instruya / dimisión o no:
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–¿Está Vox dispuesto a apoyar la investidura de un nuevo candidato o candidata del PP?
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–Está el PP dispuesto a dejar la Presidencia y, por tanto, capacidad de disolver y convocar en manos de Vox, a quienes, con el viento de cola, la visión del sorpaso no les debe de parecer lejana (recomiendo aquí leer / releer «Un descenso al Maelström» de Poe, aunque no me atrevo a proponer un final, en el fondo, tan esperanzador).
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–Están dispuestos a disolver y convocar ¿qué vértigo?
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Otra cuestión que, con este escenario, resulta menor será la elección del sustituto o sustituta, pero con lo que ya ha llovido, y no pretendo un sarcasmo, esa cuestión sino resuelta estará muy adelantada.
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