Qué es la inflamación crónica, un potente agente antiedad
¿Quién dice que lo que no se ve no existe? La inflamación silente de la piel escapa a ese axioma, pues aunque no sea visible, sus efectos sobre el rostro son de lo más elocuentes. Pero empecemos por el principio: ¿qué es exactamente la inflamación? «Se trata de una función vital en la que están involucradas las proteínas citoquinas, que intervienen en la curación de heridas, la protección frente a infecciones y la reparación de otros daños (por ejemplo, los causados por la luz ultravioleta). Ahora bien, cuando esa inflamación es crónica, daña también las células saludables, produciendo la degradación de la matriz de fibras de colágeno y elastina«, aclara Silvia Giralt, esteticista fundadora del centro médico estético que lleva su nombre.
El proceso inflamatorio, sin más aderezos, se conoce desde antiguo. Ya lo describieron los romanos en el siglo I. De hecho, en sus tratados de medicina se incluye la definición que ha llegado hasta nuestros días: «Calor, dolor, tumor y rubor». Y todos sabemos lo que eso significa cuando nos hemos hecho un corte o nos sale un grano. La curación se activa enviando a la zona de conflicto agentes antiinflamatorios, una respuesta a corto plazo que desaparece en cuestión de días u horas. Pero ¿qué pasa cuando esta reacción es constante y, además, se desata para defenderse de males «menores», provocados por nuestra ajetreada vida moderna? «En ese caso, nuestro cuerpo se siente agredido de forma permanente y se ataca a sí mismo para deshacerse de algo que considera extraño, colocando el sistema inmunitario en alerta máxima«, explica el doctor Antonio Ortega, de Clínica Menorca.
Es entonces cuando hablamos de la inflamación celular crónica silenciosa: «Al margen de la inflamación celular bien conocida –que provoca diferentes enfermedades de la piel, como dermatitis atópica, psoriasis, rosácea, acné–, esta otra variedad silente genera deterioro celular y envejecimiento«, detalla. Esta tipología está adquiriendo ahora un notable interés en el campo de la dermocosmética. Tanto es así que ya se ha adoptado el término anglosajón inflammaging. «Proviene de las palabras ‘aging’ e ‘inflamm’ y se refiere al envejecimiento cutáneo producido por la inflamación de bajo grado«, aclara la doctora Almudena Nuño, del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica (GEDET) de la AEDV. «Ahora sabemos que la sequedad, las manchas o las rojeces de la piel son marcadores de este fenómeno«, puntualiza José María Ricart, director médico de Instituto Médico Ricart.
Todo sobre la inflamación crónica: cómo localizarla, cómo paliar con ella, qué productos debemos tener en el neceser y por qué la dieta juega un papel fundamental en su aparición
Síntomas de alarma, cómo detectar la inflamación crónica
La inflamación crónica es un SOS de la piel para señalar que algo no va bien. Y el combustible que alimenta el fuego de este enemigo silencioso son los radicales libres, unas sustancias que provoca nuestro metabolismo, pero también la luz ultravioleta y la contaminación, y que dañan la piel. «Cuando el cuerpo funciona bien, la mayoría acaban neutralizados por los antioxidantes que él mismo fabrica, ayudado por una buena alimentación. Sin embargo, cuando se ve saturado por el estrés, la falta de sueño, etc., los radicales libres sustraen electrones a otras células, las destruyen y siembran el caos«, describe la doctora Vicky Dondos, cofundadora de la clínica de estética londinense Medicetics.
«El acné, un envejecimiento rápido y prematuro, una piel cetrina o sin brillo o un tejido deshidratado son algunos de los síntomas que pueden revelar este mal silencioso»
Los signos comunes de lo que entendemos por inflamación incluyen enrojecimiento, hinchazón, picazón, sensación de calor y dolor en la zona afectada. ¿Pero cuáles son los indicadores de esta patología en la piel? «El acné, un envejecimiento rápido y prematuro, una piel cetrina o sin brillo o un tejido deshidratado son algunos de los síntomas que pueden revelar este mal silencioso«, enumera el doctor Ortega.
Cómo acabar con la inflamación crónica
Atribuir a la herencia unas arrugas prematuras o hiperpigmentación es sobrevalorar el poso de nuestros antepasados en nuestro aspecto y en nuestra salud. En realidad, los desencadenantes del proceso de inflamación crónica, según la dermatóloga Almudena Nuño, «hay que buscarlos menos en la epigenética, es decir, en la expresión de nuestros genes –que determinan alrededor del 30 %–, y más en nuestros hábitos, que influirán en un 70 %«. Por tanto, lucir una piel joven por más tiempo y en buen estado va a depender en gran parte solamente de ti. La clave está en seguir estos consejos de la doctora:
• Practica ejercicio: «Es el hábito que más se asocia a mantenernos jóvenes. Con la edad perdemos masa muscular, pero con el ejercicio la mantenemos y también todas las ventajas asociadas, como, combatir la resistencia a insulina«. Por otra parte, hacer deporte favorece la llegada de nutrientes y oxígeno a la piel.
• Descansa correctamente: «La reparación celular es clave a la hora de prevenir el envejecimiento y esta se produce cuando dormimos. Se recomiendan, al menos, 7-8 horas diarias«.
• Controla el estrés: «Mantener cifras altas de cortisol se asocia a un cutis apagado y seco, enrojecimiento, pigmentación, arrugas…«.
• Elimina costumbres tóxicas: «Fumar degrada el colágeno de la piel y la oxida rápidamente, dejando un cutis ceniciento. Por su parte, el consumo habitual de alcohol también se asocia a envejecimiento«.
• Evita la exposición excesiva al sol: «Provoca degradación del colágeno, elastosis, aparición de manchas y arrugas y mutaciones en el ADN celular«.
Cosas a tener en cuenta para construir el neceser perfecto
No hay que subestimar el efecto que pueden tener los cosméticos a la hora de tratar los efectos de la inflamación sobre el cutis. «Sin duda, ayudan a que mejore el estado de la piel. Por ejemplo, el retinol estimula la creación de colágeno; la vitamina C y la niacinamida son antioxidantes, y la protección solar previene el daño causado por el sol«, detalla la dermatóloga Almudena Nuño, directora médica de IMDA, quien valora también la ingesta de nutricosmética.
«Respecto al efecto que tiene la suplementación, el colágeno, el hialurónico, el magnesio, la vitamina C, la D o el omega 3, entre otros, pueden contribuir a una mejora. Pero siempre han de estar recomendados por un profesional sanitario, porque no en todos los casos van a ser útiles; en algunos pueden ser, incluso, contraproducentes«, matiza. Sin darte cuenta, puedes tener ciertos ‘agentes infiltrados’ que están provocándote una inflamación crónica silente en la piel. El doctor de Clínica Menorca, te alerta sobre algunos productos cosméticos y aparatos causantes de este problema.
• Gadgets domésticos. «Existe la idea de que en lo que respecta al cuidado de la piel más es mejor. Pero el skincare es más una caminata constante que un maratón. Los dispositivos para la limpieza facial (cepillos, limpiadores o masajeadores mecánicos) pueden estresar la piel. Causan enrojecimiento y pueden dañar la capa protectora, causando inflamación, ardor, picazón y sensibilidad. Esto puede empeorar con productos químicos o exfoliantes muy fuertes o si se aplica demasiada presión o frecuencia«.
• Productos perfumados. «La fragancia nunca es imprescindible porque no aporta un valor concreto al cosmético. La piel sensible o propensa a alergias debe preferir productos sin fragancia pues estas pueden ser muy irritantes, incluso para pieles sanas, y pueden sufrir enrojecimiento, inflamación o eczema a causa de los componentes relacionados con el perfume«.
• Exfoliantes. «La mayoría de los exfoliantes son demasiado fuertes y abrasivos. Si contienen partículas ásperas, gruesas, duras o de forma irregular dañan la piel al provocar microdesgarros en su superficie«.
• Determinados limpiadores. «La cosmética nos ofrece una enorme oferta de posibilidades para tratar la piel, eliminar la inflamación crónica e incluso revertir los daños acumulados. Pero hay que elegir bien. Cuando tratamos y prevenimos puntos negros, acné, manchas, arrugas, etc. es fundamental saber el tipo de producto que debes incluir en tu rutina, ya que depende del objetivo, tipo de piel y estilo de vida. «El jabón daña la barrera protectora de la piel, dejándola indefensa ante los agentes contaminantes del medioambiente, el sol, etc. La limpieza tiene que ser suave, con tensioactivos libres de sulfatos y no hay que arrastrar todo el sebo ni el film hidrolipídico natural«.
La dieta, un factor clave contra la inflamación crónica
Alejarse de las prisas, seguir unos horarios racionales, no tomar el sol ni exponerse a cabinas de bronceado y elegir cosméticos eficaces son medidas indispensables para poner bajo control la inflamación cutánea, pero también la alimentación es crucial. «La dieta tiene un impacto significativo en el proceso inflamatorio de la piel. Y los alimentos que consumimos pueden aumentarla o reducirla«, sentencia la doctora María Casado, médico estético y especialista en medina integrativa y en nutrición de Clínica Palasiet.
«Una dieta rica en antioxidantes, vitaminas, y minerales combatirá el estrés oxidativo y la inflamación, promoviendo una piel más lozana y retrasando los signos de envejecimiento»
A esto, añade que «una dieta rica en antioxidantes, vitaminas, y minerales combatirá el estrés oxidativo y la inflamación, promoviendo una piel más lozana y retrasando los signos de envejecimiento. En cambio, si es alta en azúcares, grasas trans y alimentos procesados, puede exacerbar la inflamación, contribuyendo al envejecimiento prematuro y favoreciendo problemas cutáneos«. Entre los productos que habría que consumir para reducir el inflammaging, según está experta, que acaba de publicar el libro Tu belleza en tus manos, estarían estos:
• Frutas y verduras: ricas en antioxidantes, vitaminas y minerales. Especialmente útiles son los frutos rojos (como arándanos, fresas y frambuesas), el brócoli y las espinacas.
• Grasas saludables: aceite de oliva virgen extra, aguacates, y frutos secos como las almendras y las nueces contienen ácidos grasos omega-3 y antioxidantes que reducen la inflamación.
• Pescado graso: salmón, caballa y sardinas son ricos en ácidos grasos omega-3, conocidos por sus propiedades antiinflamatorias.
• Especias y hierbas: la cúrcuma, el jengibre, y el ajo tienen compuestos antiinflamatorios naturales. La cúrcuma, por ejemplo, contiene curcumina, un poderoso antiinflamatorio.
• Té verde: contiene polifenoles y antioxidantes que pueden ayudar a reducir la inflamación y proteger la piel.
Qué productos podemos incluir en una rutina facial para combatir la inflamación crónica
5B Nutri’Vital Intense Rich Cream, de Maria Galland. Tratamiento nutritivo intensivo con activos que mejoran la autoprotección de la piel frente a los factores de estrés externos (123 €).
White Caviar Pearl Infusion, de La Prairie. Los minerales de caviar dorado actúan como activadores de las enzimas de la piel que combaten la inflamación oculta (560 €).
Daily Rejuvenating Cream, de Eve Lom. Contiene neurophrolineTM, un activo que descompone el cortisol en la piel y activa la liberación de neuropéptidos calmantes para controlar el estrés cutáneo (135 €).
Watercress & Copper Lyric, de Byoode. Sérum calmante, equilibrante e iluminador con poder cicatrizante, seborregulador y antiinflamatorio
(55 €).
Génifique Ultimate, de Lancôme. Fórmula potenciada con Beta-Glucano-CM, de eficacia demostrada para aumentar la autorreparación de la piel (135 €).
La Micro-Huile de Rose Activated Serum, de Dior Prestige. Forma parte de una línea superinnovadora, especializada en la reparación cutánea y el inflammaging (395 €).
Stimulskin Plus, de Darphin. Reactiva las proteínas, mejora la producción natural de colágeno y la red estructural de la piel y restaura la barrera cutánea (245 €).
Abeille Royale Honey Treatment Crème Riche, de Guerlain. La miel que incorpora es antiinflamatoria, antiséptica y actúa sobre el estrés oxidativo (137 €).
Sérum Antioxidante, de Mi Rebotica. Con prebióticos, niacinamida y vitamina E, tiene acción antioxidante y antiinflamatoria (31,90 €).
Primary Veil, de Valmont. Emulsión que fortalece las defensas antes las agresiones externas y previene la inflamación cutánea (117 €).
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí