El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no recibió este viernes el Premio Nobel de la Paz que tanto desea, pero sí el mayor reconocimiento internacional hasta la fecha de las ocho guerras a las que afirma haber puesto fin: el Premio de la Paz de la FIFA.

«Es uno de los mayores honores de mi vida», afirmó el republicano. Es un premio que parece hecho por y para él en nombre de su querido amigo Gianni Infantino, el presidente de la FIFA.

Sin embargo, este es sólo el último homenaje a Trump en una lista más que extensa. Tal vez el El avión de la familia real de Qatar valorado en 400 millones de dólares ser el más espectacular, aunque desató una ola de críticas y preocupaciones éticas.

ley americana prohíbe al presidente aceptar regalos superior a $480, a menos que se acepte en nombre del país. Por tanto, entendemos que habrá sido Estados Unidos y no Trump quien haya recibido un retrato de Putin, o un Rolex y un lingote de oro de 130.000 dólares de regalo de la Delegación Suiza para bajar los aranceles.

La mejor estrategia para ganarse a Trump es la adulación, y los tecnomogules lo saben bien. Durante una cena en la Casa Blanca hubo más peleas que millones por pie cuadrado. Y El director ejecutivo de Apple le regaló un cristal a base de oro de 24 quilates.

Aunque en el ranking de los más balones no podemos olvidarnos del Secretario General de la OTAN. Todos han aprendido que para mantener a Trump feliz y no enojado, necesitan elogios y mucho oro.

Califica a un periodista de «estúpido y repugnante»

Y si hay algo que Trump no acepta son las críticas. El presidente estadounidense ha insultado a un periodista, al que ha calificado de «estúpido y repugnante», por preguntarle por qué el salón de baile de la Casa Blanca costará más de lo previsto.

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