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Renault Scenic, terrenos

Renault Scenic, terrenos
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  • Publishednoviembre 26, 2025



Don’t go around tonight Creedence Clearwater Revival («Bad Moon Rising», 1969)

Despierto de un sobresalto. Están rascando y golpeando la puerta. Saben que si no descansamos tienen más oportunidades para cazarnos. Busco con la mano la escopeta que he apoyado al lado del sofá, mecánicamente vuelvo a examinar cuántos cartuchos me quedan en el bolsillo aunque lo se perfectamente. Ocho cartuchos. Ocho oportunidades para llevarme a uno de esos engendros conmigo al infierno. Suspiro y me siento en el sofá para mirar a mi alrededor. Las gemelas duermen abrazadas en el otro sofá, sus revólveres en la mesa de centro también una sobre el otro. No llegan a los veinte pero son guerreras feroces que nos han sacado de más de un apuro. En el suelo sobre la fina alfombra junto al sofá de las gemelas ronca Emilio. Todo músculo aunque con algo de sobrepeso y muy poca puntería. Tanto que ha renunciado a las amas de fuego para blandir una enorme estaca. Desde el sillón reclinable me observa Diana. No creo que haya dormido nada a juzgar por las ojeras. No se si por los ruidos de las bestias o por la preocupación de no saber dónde está su familia. Nos encontramos todos en el atasco de la autopista cuando los cielos se abrieron con estruendo y la civilización desapareció en pocos segundos. Corrimos juntos sin conocernos, protegiéndonos de criaturas que solamente habíamos visto en película o en sueños. Los que esperaron a la llegada de las autoridades no lo contaron porque pronto las autoridades dejaron de existir. En cuanto la tecnología hincó la rodilla el caos se apoderó de la ciudad y creemos que del resto del planeta.

Diana enciende un cigarrillo. Me contó que no fumaba pero al registrar un cadáver en busca de armas encontró el mechero y el tabaco y pensó que era algo que le quedaba por hacer antes de morir. Tose con violencia. Aún no se ha acostumbrado. Sonrío. «Diana, esos cigarrillos te van a matar» ella me devuelve la sonrisa «mira que lo dudo» y nos reímos a carcajadas. Una de las gemelas se despierta y nos mira con odio. Callamos. Es una de esas miradas que te dejan helado, la mirada de una superviviente. Una vez nos hemos callado vuelve a abrazar a su hermana. Susurro a Diana «no entiendo cómo ha escuchado nuestras risas si tiene al lado a Emilio roncando…» ella se ríe, esta vez en voz baja. Las bestias vuelven a golpear la puerta. Instintivamente Diana y yo cogemos nuestras armas mientras miramos hacia la entrada. Allí hay en el suelo todavía zapatos y abrigos ordenados que pertenecieron a los antiguos dueños de la casa. No encontramos ni rastro de ellos pero lo que sabemos es que había dos niños pequeños. Ayer me entretuve en dar la vuelta a todas las fotos que había en la casa, no se por qué. Quizás no quiera que esos ojos inocentes, aunque sean los de una fotografía, vean en qué ha quedado la supervivencia de la raza humana. «Queda poca agua» dice Diana. Asiento con la cabeza. Entonces pienso que quizás tendríamos que salir y acabar con ellos. Quizás sea mejor jugárselo todo a una carta. Matar o morir… hasta que vengan los siguientes. Pero la sangre me hierve solamente de pensar en llevarme por delante a alguno de esos malditos unicornios.

El Renault Scénic ha sido históricamente el exponente del monovolumen, uno de los pioneros de esta categoría de vehículos. Por ello siempre ha sido un sinónimo de habitabilidad y uso familiar, un modelo que definió un segmento hace décadas y que ahora regresa transformado por completo y ha utilizado su potente imagen para que Renault intente liderar la ofensiva eléctrica de la marca francesa. En esta nueva generación el Scénic, como tantos otros modelos (tristemente) abandona su silueta de monovolumen para abrazar la estética crossover, aunque sin renunciar a su filosofía de coche familiar. Este lanzamiento es una pieza fundamental en la estrategia «Renaulution» y se posiciona en el corazón del segmento C situándose por tamaño y prestaciones por encima del Mégane E-Tech y ofreciendo una alternativa cien por cien eléctrica al Renault Austral. Su importancia es tal que ha sido galardonado como Coche del Año en Europa 2024, un título que avala el salto cualitativo que la marca ha dado en términos de tecnología y eficiencia.

En el mercado español, el Scénic E-Tech llega con la misión de competir contra gigantes establecidos con la bandera del coche práctico y la tradición Renault. Si bien el Tesla Model Y sigue dominando las cifras de ventas globales de eléctricos, el Scénic ha logrado irrumpir con fuerza en las listas de matriculaciones, alcanzando posiciones de liderazgo en meses clave tras su lanzamiento y superando a rivales directos como el Volkswagen ID.4 o el nuevo Peugeot E-3008. Renault ha sabido leer el mercado ofreciendo un producto que ataca directamente una de las principales preocupaciones del comprador de coche eléctrico familiar: la autonomía real para viajar. Este modelo se asienta sobre la plataforma AmpR Medium, anteriormente conocida como CMF-EV, una arquitectura modular específica para vehículos eléctricos compartida con Nissan que permite optimizar el espacio interior al ubicar las ruedas en los extremos y alojar una batería extremadamente plana en el suelo del vehículo.

Modelo analizado Renault Scenic E-Tech
Motor y acabado E-TECH iconic 220CV gran autonomía
Potencia 218 CV
Velocidad máxima 170 Kmh
Aceleración o-100 7,9 s
Largo/ancho/alto 4470/1864/1571 mm
Potencia máxima RPM 218 caballos
Par máximo Nm/RPM 300 Nm
Caja de cambios Automático
Web https://www.renault.es/
Precio 45.434 euros (antes de ayudas)

El diseño exterior marca una ruptura total con el pasado, adoptando el nuevo lenguaje estilístico de Gilles Vidal. En la parte delantera, la parrilla tradicional desaparece en favor de un panel cerrado con un sofisticado patrón de pequeños rombos que juegan con la luz y convergen hacia el logotipo central, aportando una sensación de profundidad y un aire tecnológico que se ha convertido en la marca visual del fabricante. Los faros delanteros son afilados y se complementan con unas luces diurnas verticales (al estilo de sus rivales de Peugeot) en forma de triangular en los extremos del paragolpes lo que ensancha visualmente el coche y le otorga una firma lumínica inconfundible.

Un SUV con aspiraciones

La vista lateral revela un equilibrio interesante entre las proporciones de un SUV y la eficiencia aerodinámica de una berlina, un equilibrio de diseño con el que parece que los responsables de la marca francesa se propusieran enviar el mensaje de que este es un nuevo Scenic. A pesar de montar unas enormes llantas de 20 pulgadas con diseño aerodinámico en este acabado Iconic, la altura total del vehículo se contiene en 1,57 metros, una cota baja para su segmento que es clave para reducir la resistencia al aire y por lo tanto mejorar la atonomía. Destacan los tiradores de las puertas enrasados en la carrocería, que se despliegan automáticamente al acercarnos con la llave, y la línea de cintura alta que junto con el techo en contraste negro brillante aligera la silueta visual del conjunto.

En la parte trasera el diseño busca enfatizar el aplomo del vehículo sobre la carretera dando la impresión de que es más ancho de lo que las medidas dicen. Los grupos ópticos traseros están muy separados y presentan una forma de flecha apuntando hacia el interior, con una tecnología de micro-óptica grabada con láser que crea un efecto de fibras luminosas flotantes muy llamativo cuando están encendidos. Las líneas son tensas y angulosas alejándose de las curvas suaves de generaciones anteriores para transmitir una imagen de mayor robustez y modernidad.

Al acceder al interior encontramos el habitual cuidado que viene aplicando Renault a sus nuevos modelos con un diseño muy personal. El acabado Iconic prescinde totalmente del cuero animal apostando por materiales reciclados y sostenibles que,sorprendentemente ofrecen un tacto que nos ha parecido más agradable que si fuera una fibra natural. El salpicadero incorpora inserciones de madera de tilo real, algo realmente notable para un coche relativamente asequible, con un tratamiento que resalta su textura natural combinada con textiles técnicos de tacto agradable. Los asientos delanteros son excepcionalmente cómodos y muy aptos para largos viajes y conducción dinámica con un diseño envolvente, ajustes eléctricos y una función de masaje que se agradece en los trayectos largos. Toda una declaración de intenciones que casa muy bien con el resto de características ruteras del modelo.

Comodidad interior

La habitabilidad es uno de los puntos fuertes gracias a la batalla de 2,78 metros que permite la plataforma eléctrica que ya comentamos. En las plazas traseras, el espacio para las piernas es sobresaliente, permitiendo que adultos de gran estatura viajen con total holgura. El suelo es completamente plano lo que facilita el uso de la plaza central aunque esta sigue siendo algo más estrecha que las laterales como ocurre en la práctica totalidad de los vehículos de la categoría.

El maletero ofrece una capacidad de 545 litros, una cifra muy competitiva que supera a muchos de sus rivales y permite alojar el equipaje de una familia completa sin problemas para unos días. Las formas son regulares y cuenta con un doble fondo muy útil para guardar los cables de carga sin que estorben, un detalle interesante para no restar espaico de carga. En cuanto al almacenamiento interior, el habitáculo tiene una serie muy completa de huecos portaobjetos que suman casi 40 litros adicionales incluyendo una gran guantera tipo cajón y espacios modulares en la consola central. Una tradición que hereda de su antepasado monovolumen.

El sistema de infoentretenimiento OpenR Link es, sin duda, uno de los mejores que hemos probado. Basado en Android Automotive con Google integrado se maneja a través de dos grandes pantallas dispuestas en forma de «L»: una horizontal de 12,3 pulgadas para la instrumentación y una vertical de 12 pulgadas para el sistema multimedia. La fluidez es total, idéntica a la de un smartphone de gama alta y la integración de Google Maps es nativa lo que permite una planificación de rutas que tiene en cuenta la orografía, el clima y el estado de la batería con una buena precisión. Además dispone del asistente con reconocimiento de voz de Google que aunque algo limitado en las funcionalidades responde sin problemas.

En este acabado tope de gama, el sistema de sonido viene firmado por Harman Kardon, con 9 altavoces y una afinación específica realizada en colaboración con el músico Jean-Michel Jarre, ofreciendo una experiencia acústica inmersiva de primer nivel. La insonorización del habitáculo es notable, gracias al «Cocoon Effect», una tecnología que utiliza una capa de espuma entre la batería y el suelo para amortiguar las vibraciones y el ruido de rodadura. Esto si se suma al silencio habitual de las motorizaciones eléctricas hace que este Scenic sea un buen lugar para escuchar música mientras viajamos.

Despliegue de seguridad

En el apartado de seguridad, el despliegue de sistemas de ayuda a la conducción (ADAS) es completo. Destaca el control de crucero adaptativo inteligente que lee las señales y la orografía para ajustar la velocidad además de emitir avisos si superamos los límites, y el sistema de mantenimiento de carril que actúa con suavidad y que también emite avisos. También cuenta con un espejo retrovisor interior digital que utiliza una cámara trasera para ofrecer una visión despejada incluso si llevamos el maletero cargado hasta el techo, y una cámara de visión 360 grados con modelado 3D del vehículo que facilita enormemente las maniobras de aparcamiento.

El sistema de propulsión merece un análisis técnico detallado. Renault apuesta por un motor síncrono con rotor bobinado, una solución de ingeniería que se diferencia de los motores de imanes permanentes utilizados por la mayoría de la competencia (como Tesla o los grupos coreanos). La gran ventaja de esta tecnología es que no utiliza tierras raras en el rotor evitando la dependencia de materiales costosos como el neodimio. En su lugar, utiliza bobinas de cobre para generar el campo magnético mediante la inyección de corriente. Una interesante decisíon estratégica del grupo. Este motor entrega 220 CV (160 kW) y 300 Nm de par, transmitidos exclusivamente al eje delantero. La respuesta es inmediata pero muy progresiva, calibrada para evitar pérdidas de tracción bruscas y ofrecer una conducción fluida.

La batería es el corazón de esta versión de Gran Autonomía. Fabricada por LG Energy Solution, cuenta con una química NMC (Níquel, Manganeso, Cobalto) que ofrece una alta densidad energética. Tiene una capacidad neta utilizable de 87 kWh y está compuesta por 12 módulos que pueden ser reparados o sustituidos individualmente un detalle importante para la longevidad y reparabilidad del vehículo a largo plazo. Todo el sistema funciona con una arquitectura de 400 voltios y cuenta de serie con bomba de calor un elemento crucial para mantener la eficiencia y la autonomía en climas fríos al climatizar el habitáculo aprovechando el calor residual de los componentes y el aire exterior.

Al volante: confort

Al volante el Scénic E-Tech muestra un comportamiento dinámico muy equilibrado. En ciudad, se mueve con agilidad gracias a un buen radio de giro y a la suavidad de la dirección eléctrica. Las levas tras el volante permiten gestionar la frenada regenerativa en cuatro niveles, desde un modo vela que deja el coche rodar libremente hasta una retención fuerte que permite la conducción con un solo pedal en la mayoría de situaciones urbanas. En carreteras secundarias con curvas, el coche camufla bien sus casi dos toneladas de peso gracias a un centro de gravedad muy bajo y a una dirección directa y precisa, aunque la suspensión prioriza claramente el confort sobre la deportividad, permitiendo cierto balanceo de la carrocería si forzamos el ritmo, aunque siempre con reacciones nobles y seguras.

La verdadera prueba de fuego para este modelo es el viaje por autopista el entorno donde tradicionalmente los eléctricos sufren más. Para comprobar sus capacidades, realizamos un viaje de Madrid a San Sebastián. La experiencia fue reveladora. En autopista, a velocidades legales de 120 km/h, el Scénic demuestra un aplomo de gran berlina y un confort de marcha excelente. Los asientos y el aislamiento acústico reducen la fatiga al mínimo. En términos de eficiencia, el consumo se estabilizó en el entorno de los 21 kWh a los 100 km, una cifra razonable teniendo en cuenta la orografía y el tamaño de la batería. Esto se traduce en una autonomía real en autopista que roza los 400 kilómetros, lo que permite afrontar viajes largos con tranquilidad.

Para cubrir los 460 kilómetros de la ruta, paramos a recargar una sola vez, tal y como haríamos con un coche de combustión para descansar y tomar un café. El sistema de navegación de Google preacondicionó la batería automáticamente antes de llegar al cargador rápido, calentando las celdas para que admitieran la máxima potencia de carga posible. En un cargador de alta potencia, vimos cómo el coche alcanzaba picos cercanos a los 150 kW de potencia máxima que admite en corriente continua. La curva de carga es bastante plana al principio, lo que nos permitió recuperar del 15% al 80% en algo menos de 40 minutos, tiempo suficiente para estirar las piernas. Llegamos a San Sebastián con batería de sobra para movernos por la ciudad y dejar el coche cargando en un parking con , demostrando que con una batería de 87 kWh, la ansiedad por la autonomía desaparece y el viaje se convierte en una experiencia cómoda y sin sobresaltos.

Otro elemento tecnológico que marca la diferencia en la vida a bordo es el techo panorámico Solarbay. Desarrollado conjuntamente con Saint-Gobain, utiliza una tecnología de cristal líquido disperso en polímeros (PDLC) que permite cambiar la opacidad del cristal en segundos mediante un campo eléctrico. Podemos volverlo transparente u opaco por segmentos o en su totalidad simplemente pulsando un botón o pidiéndoselo al asistente de voz. Esto elimina la necesidad de una cortinilla física, ganando 3 centímetros de altura libre para la cabeza, algo vital para aumentar la sensación de espacio, y ofrece un aislamiento térmico superior al de los techos convencionales.

Conclusiones

En conclusión, el Renault Scénic E-Tech Iconic 220 CV Gran Autonomía es un producto redondo y que es uno de los pocos modelos eléctricos que podemos recomendar sin reservas para realizar viajes con toda comodidad. Aunque no conserva la carrocería original de monovolumen, el espacio interior es amplio a pesar de que el diseño se queda a medio camino entre un SUV y una berlina. Por lo que este modelo une una línea casi deportiva con una habitabilidad sorprendente, gracias también a un suelo totalmente plano.

No hay que engañarse con esa imagen dinámica: el Scenic no busca ni mucho menos ser el más rápido en el 0 a 100 ni el más llamativo, sino ser un buen compañero de viaje, especialmente para las familias. Combina una estética atractiva, una tecnología de a bordo que es referencia absoluta de usabilidad y eficacia gracias a la alianza con Google, y un sistema de propulsión eficiente y sensato. Su batería de 87 kWh y la buena capacidad de carga rápida son factores diferenciales que le permite funcionar como coche único del hogar, eliminando las barreras para recorrer kilómetros. Renault ha logrado reinventar un icono manteniéndose fiel a su esencia práctica, pero proyectándolo hacia un futuro sostenible y tecnológico con una ejecución brillante.

Valoración final

RESUMEN

Un coche que hace honor a su tradición con una buena habitabilidad y excelente capacidad rutera. Lástima que la carga rápida no sea algo más potente.

Sistema de infoentretenimiento9



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