Russell Vought, arquitecto de Project 2025, paraliza temporalmente la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor
El asalto a las instituciones de Donald Trump y su gobierno prosigue. Una de sus más recientes dianas las ha puesto en la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor (CFPB por sus siglas en inglés), una agencia independiente establecida por ley en respuesta a la crisis de 2008 y financiada a través de la Reserva Federal. Al frente de ese ataque está Russell Vought, uno de los principales arquitectos del radical e iliberal Project 2025, que fue confirmado la semana pasada por el Senado para volver a dirigir la Oficina de Gestión y Presupuesto, donde ya estuvo unos meses al final del primer mandato de Trump, y el viernes fue nombrado por el presidente como director interino de CFPB.
Desde entonces Vought ya ha puesto en el limbo a una oficina que se dedica a luchar contra abusos a los consumidores con normativas que, por ejemplo, han abordado comisiones bancarias o deuda médica y que han asegurado casi 20.000 millones de dólares en compensaciones para los estadounidenses y más de 5.000 millones en multas por abusos. También ha sembrado el pánico entre sus empleados y ha puesto en duda la continuidad de la financiación y funcionamiento de la oficina, al informar de que no buscará que la Fed le otorgue fondos para el próximo trimestre.
El fin de semana Vought ordenó el cierre temporal de la sede central y la suspensión de muchos de sus servicios. El domingo se escoltó a los funcionarios que estaban en el interior y se impidió la entrada de otros que querían entrar a pos sus pertenencias. Este lunes Vought ha enviado un correo a todos los empleados en el que les insta a quedarse en casa y “no realizar ninguna labor de trabajo”.
Se ha dado además acceso a los datos de los cerca de 2.100 funcionarios al grupo de trabajo de Elon Musk, que ya el viernes colgó en X, su red social, un mensaje donde colocó un emoticono de una lápida junto a las palabras “CFPB RIP”. Musk ha declarado públicamente su intención de destruir la agencia, que podría regular uno de sus planes de negocio para crear un sistema de pagos con Visa.
Todas las acciones de Vought van en contra de la normativa existente, pues la Ley Dodd Frank de 2010 dio un mandato a la CFPB y solo el Congreso podría cerrar la agencia. Y aunque el fin de semana sindicatos de funcionarios plantearon un par de demandas contra las medidas de Vought, que plantean vulneraciones de la separación de poderes y extralimitaciones de su autoridad y también pueden haber puesto en peligro los datos de los empleados, a la hora de escribir estas líneas nada ha cambiado en el cierre temporal ni en la suspensión del trabajo.
La Casa Blanca, además, ha apoyado los pasos de Vought y este lunes ha enviado un comunicado en el que denuncia que la oficina, que tilda como “un invento de la senadora Elizabeth Warren”, “lleva tiempo funcionando como otro brazo ‘woke’ de la burocracia”
Vought, Project 25 y la meta de “traumatizar” a los funcionarios
La acometida contra la agencia sigue el guion que se había marcado en Project 2025. En aquel manifiesto político de extrema derecha del que Trump intentó distanciarse durante la campaña se instaba a disolver CFPB inmediatamente, así como a hacer que sus funcionarios volvieran a las agencias y departamentos donde trabajaban antes de la formación de la agencia. También se animaba a que el edificio que acoge su sede volviera a las Administración de Servicios Generales, uno de los órganos del gobierno donde se han instalado Musk y su equipo con su campaña para recortar presupuesto y empleados en el gobierno.
Vought, un devoto del nacionalismo cristiano, fue uno de los principales arquitectos de Project 2025 y su retorno al gobierno constata la fuerza de aquel proyecto en el actual gobierno de Trump y lo polémico de su figura.
En un discurso en 2023 cuyo contenido se conoció a través de la filtración de una grabación por parte de ProPublica, Vought dejó claro sus objetivos: “Queremos que los burócratas estén afectados de forma traumática. Cuando se despiertan por la mañana, queremos que no quieran ir a trabajar porque se les ve cada vez más como villanos. Queremos que se acabe con su financiación. Queremos ponerlos en trauma”, dijo en aquella intervención en un acto de su laboratorio de ideas, Center for Renewing America.
Vought ha dicho que abraza el “constitucionalismo radical” y en un ensayo en 2022 llamo a la derecha a “acabar con los precedentes y paradigmas legales que han desarrollado erróneamente a lo largo de los últimos dos siglos”. En su capítulo en Project 2025 escribió que el presidente tendría que “usar de forma agresiva los vastos poderes del poder ejecutivo”.
Su laboratorio de ideas ha recomendado propuestas políticas como invocar la Ley de Insurrección para responder a manifestaciones y protestas. Abogó también por acabar con la ley que limita la capacidad del presidente de bloquear la distribución de fondos ya apropiados por el Congreso, uno de los más polémicos pasos con los que Trump ha arrancado su segunda presidencia y en el que, de momento, le han puesto freno los tribunales.
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